Punto de fuga

Vestigios que se niegan a desaparecer


Frecuentemente nos encontramos con piezas de arquitectura o ingeniería industrial o fabril, que por más abandono que presenten, pareciera que se niegan a desaparecer. Tal es el caso de un histórico elevador de granos, realizado en concreto, el cual se encuentra ubicado en el condado de Erie, en Buffalo, Nueva York. La obra fue construida entre 1915 y 1917 y fue utilizada para el almacenamiento de granos hasta 1966. La imponente obra, que tiene casi poco más de 400 metros de largo. Está considerado el más grande en su tipo construido en Buffalo. Cabe decir que la forma de elevador a granel –antes el grano se manipulaba en bolsas– fue inventado por el comerciante José Dart y por el ingeniero Dunbar, durante 1842-1843 en el mismo Buffalo, NY, dado que a mediados del siglo XIX era la ciudad más importante en materia de transportación de granos. El modelo a seguir fueron los molinos de harina a vapor creados por Oliver Evans.


Cuando estaba en operaciones esta gran obra tenía la capacidad de poder albergar un total de 4.5 millones de toneladas de grano. El ascensor contaba con equipos de carga y descarga a través de 20 vagones de tren que cada hora cumplían la función de cargar y descargar el producto alimenticio. En 1966 la pieza cambió de propietario con lo cual comenzó a ser subempleado. Finalmente, en 1975 esta central de almacenamiento a granel fue abandonada. Con el paso del tiempo comenzó a ser saqueado el edificio, desapareciendo maquinaria muebles y demás artículos ahí existentes. Sin embargo, en 2003, el Registro Nacional de Lugares Históricos de los Estados Unidos –generado por el propio gobierno norteamericano– decidió incluirlo en su lista de sitios históricos importantes.


 

Texto por: Gabriela celis navarro

 

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