Ingeniería

Planeación: palabra clave

En este año de grandes celebraciones; es necesario reflexionar sobre lo que México ha logrado en 200 años, así como lo que aún tiene por resolver.

Emonumento del arco conmemorativo del Bicentenario del inicio de la Independencia, conocido popularmente como “Arco del Bicentenario”, llamado así por los festejos del Bicentenario de la Independencia Mexicana, será inaugurado proximamente. Por su parte, la gira nacional “200 años de ser Orgullosamente Mexicanos” resulta una ventana a nuestra historia que ha quedado enmarcada dentro del programa de actividades de las conmemoraciones.
Estas conmemoraciones son una oportunidad para analizar el pasado, el presente y conocer otra perspectiva de los dos grandes acontecimientos históricos; por tanto, es el marco ideal para iniciar una reflexión de la evolución que tomaron la ciencia, la tecnología en el desarrollo del México independiente y posrevolucionario a lo largo de más de doscientos años y del impacto que se dio en todos los ámbitos.

En torno a los festejos
El copresidente de la Comisión Especial de Apoyo a los Festejos del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución Óscar Lara Salazar, aseguró que en el marco de las conmemoraciones patrias puede generarse un pacto nacional que permita a todos los sectores reflexionar y plantear los nuevos caminos que el país necesita. Por su parte, el ing. Carlos Martín Del Castillo –en la presentación de las conclusiones del seminario Planeación Estratégica de la Infraestructura en México 2010-2030, auspiciado por el Colegio de Ingenieros Civiles de México– expuso que “Las obras que necesita el desarrollo nacional y que benefician a millones de mexicanos, con frecuencia son vistas con recelo y desconfianza por parte de los habitantes de las zonas en que son emprendidas. No es infrecuente que afecten sus intereses legítimos, aunque los beneficios que arrojan a nivel nacional sean mucho más grandes que los costos que imponen a nivel local. En otras ocasiones, las obras son vistas de manera oportunista, como ocasión para obtener beneficios económicos o políticos, e inclusive como medio para fortalecer liderazgos semi-mesiánicos”. Sin duda, esta contradicción de intereses puede detener los grandes proyectos; aunado al hecho de que son más aquellos que se ven frenados por la desatención de los problemas sociales, que los que detenidos por falta de capacidad técnica o financiera. Por ello, resulta cada día más importante que los proyectos cuenten con una vertiente de planeación de las acciones en materia social desde su inicio.
Las obras que resuelven los problemas del abasto del agua y o de defensa contra las inundaciones; las de comunicaciones y transportes, cuya función integradora fortalece nuestra identidad; las del turismo y el comercio; las de la generación de energía –actividad cada vez más relevante–; las medioambientales, cuyo cuidado fortalece la salud física y mental del ser humano, y del desarrollo urbano, que debe ser un proceso que logre un ordenamiento territorial racional que signifique un avance social y económico simultáneo, constituyen todo lo que en economía se llama infraestructura, y que es la única y verdadera cimentación del progreso para todos. En nuestro país, esta actividad logrará realmente sus metas cuando esté dirigida por un Estado fuerte, donde exista un equilibrio entre lo social y lo económico. Su correcta realización debe ser llevada a cabo por equipos multidisciplinarios, dentro de los cuales ocupe un lugar importante el de los ingenieros civiles. Para que este plan sea una realidad, debe contar con un sólido respaldo político pues es la política la forma planificada de resolver todos los problemas. La política debe tener una perspectiva histórica, y eso es la planeación. Los políticos mexicanos (dentro de los que debiera haber muchos ingenieros) deben adquirir la dimensión de estadistas que piensen no en las próximas elecciones, sino en las próximas generaciones.
El fruto principal de la Revolución Mexicana está representado por la Constitución de 1917 que, al establecer por primera vez en la historia de la humanidad los derechos sociales a la educación, al trabajo justo y bien remunerado, a la salud y a la vivienda, le proporciona al Estado mexicano un programa en cuya ejecución nuestros ingenieros civiles tienen una gran tarea por desarrollar. Dicha tarea fue iniciada por Plutarco Elías Calles al crear en 1926 la Comisión Nacional de Irrigación de cuyo trabajo damos cuenta en la sección “Bicentenario” de esta misma edición) y la Comisión Nacional de Caminos. Éstas fueron quieren decidieron que los ingenieros mexicanos proyectarían, construirían y operarían las obras que el pueblo estaba necesitando. De 1926 a 1976, con la participación de grandes ingenieros mexicanos, el país creció, y se generaron empleos.
A partir de 1982, México adoptó un sistema económico diferente donde no hubo equilibrio entre lo social y lo económico. El Estado fuerte es sustituido por el mercado; la especulación sustituye a la creación. En ese marco, los ingenieros civiles poco o nada tienen por hacer. Los extraordinarios equipos de trabajo integrados por ingenieros civiles son eliminados paulatinamente.
La pobreza aumenta y veinte millones de mexicanos son obligados por las circunstancias a emigrar a los Estados Unidos, en principio los trabajadores más jóvenes y capaces, y recientemente también los jóvenes profesionales de la ingeniería
El agua sigue siendo un problema, pues en el norte del país casi no llueve y en el sureste llueve tanto que provoca inconvenientes a la población. Los efectos negativos de las inundaciones se agravan, demostrando que las obras de ingeniería son de seguridad nacional. Al invertir en caminos, obras hidráulicas, energía y desarrollo urbano hay empleo, crecimiento, y se combate eficazmente el problema de las drogas.
Las obras hidráulicas que se construyeron en el pasado en el centro y en el norte de México formaban parte de un plan de desarrollo regional; en cambio, en el sur y el sureste, estaban destinadas a contener inundaciones y generar energía eléctrica. En los próximos veinticinco años, todas las obras hidráulicas que se construyan deberán formar parte de un plan de desarrollo regional, especialmente en el sureste de México, y la superficie de riego se debe incrementar, cuando menos, cuatro millones de hectáreas, buscando recuperar la soberanía alimentaria. Además, deben usarse sistemas de riego que eviten el desperdicio del agua, y desarrollar la hidroponía y la acuacultura. En el futuro habrá que construir grandes acueductos que eviten las filtraciones de agua y la perdida por evaporación; de esta forma se podrá aumentar la dotación de agua para consumo humano.
La sobreexplotación de los acuíferos ha provocado problemas y su capacidad ha disminuido notablemente, por lo que en el futuro será necesario aumentar el número de plantas de tratamiento de agua y adoptar un intenso programa de recarga de acuíferos. Para desarrollar tal programa es necesario que el agua para consumo humano y para la industria se cobre a su precio real, y que tenga un valor razonable para la agricultura, de modo que permita el desarrollo del campo.
México tiene 11,000 kilómetros de corredor de 130 lagunas litorales. Esta circunstancia representa un extraordinario recurso que se debe explotar racionalmente en beneficio de todos los habitantes del país, pero se da el caso de que sólo el 25% de los mexicanos vive en zonas costeras. Hay que promover el desarrollo costero de México creando nuevas ciudades especialmente cerca de los ríos, pero aun en zonas desérticas del norte y noroeste de México, rescatando del Plan Hidráulico la idea de desarrollar esas zonas despobladas, llevando agua desde donde abunda a donde no la hay.
Por otro lado, el 70% de la energía es generada sobre la base de derivados del petróleo y el gas. Es necesario disminuir esta dependencia, exportar menos petróleo crudo y promover la petroquímica nacional. El 25% es energía hidroeléctrica, renovable, no contaminante, que emplea tecnología mexicana. Es conveniente continuar con el correcto planteamiento del Programa de Obras e Inversiones del Sector Eléctrico (POISE).

Las energías alternas
Debe ampliarse el porcentaje de energías alternas. México es un país de sol y esto representa un recurso que se debe aprovechar para generar energía solar. Asimismo, los planes iníciales para generar energía eólica se deben incrementar. Debe también llevarse a cabo una campaña permanente para informar al pueblo de México la importancia que tiene, no sólo en su aspecto económico, sino en su contribución al desarrollo del país, el ahorro y uso eficiente de la energía eléctrica.
Es vital el cuidado del medio ambiente; en ello, por su formación académica, los ingenieros civiles deben participar ampliamente. En los próximos veinticinco años se deben limpiar todos los cuerpos de agua del país. Tenemos una ciudad capital donde los ríos se han entubado y se han convertido en cloacas, circunstancia que es
urgente revertir. México contaba con 80 millones de hectáreas de bosques, y en la actualidad son algo menos de 70 millones. Además, muchas playas de México están contaminadas. Ante esto, es necesario elaborar un plan para descargar en el mar sólo aguas tratadas. La tendencia a bajar el costo por metro cuadrado de plantas desalinizadoras debe ser aprovechada.

 


 

 

 

 

 

 

Para abordar de manera eficiente el problema de la contaminación por residuos sólidos se debe eliminar el concepto de basura: todo desperdicio deberá ser reciclado y reutilizado, además de realizar una gran campaña de concienciación entre la población sobre el cuidado del medio ambiente.

Reflexión final
Etimológicamente, ingeniero civil quiere decir ingeniero de ciudad, y en tal sentido hemos cometido también otro pecado de omisión: no hemos asumido la responsabilidad que nos corresponde en el desarrollo urbano, que significa avance social y económico simultáneos en un medio ambiente sano con un porcentaje adecuado de áreas verdes y servicios de transporte, agua, drenaje y energía para sus habitantes.
Se contempla la recuperación de centros históricos; política que debe continuar ampliando progresivamente el número de calles peatonales. Sin embargo, la mayoría de las ciudades del país crece anárquicamente; no se ofrecen los servicios requeridos, y lo que permanece es el desorden y la marginación Todo esto, en buena medida, es por falta de la participación de los ingenieros civiles. c

 

Referencias
• Comisión Nacional Organizadora de las Conmemoraciones del 2010. (www.bicentenario.gob. mx). “Informe de la Comisión Organizadora para los Festejos del Bicentenario de la Independencia y Centenario de la Revolución. Presente, pasado y perspectivas de México”. (www.bicentenario2010. buap.mx).

• Planeación Estratégica de la Infraestructura en México 2010-2030, Colegio de Ingenieros Civiles de México, 2009.

 

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