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Forma y estructura


En la carretera Mérida-Progreso se encuentra la Universidad Marista, un interesante trabajo que de nueva cuenta demuestra que en Yucatán, la calidad arquitectónica y constructiva, es cosa de todos los días.



El proyecto de la Universidad Marista de Mérida representó por sí mismo un reto, primero por tener que responder a una demanda de crecimiento que se da con el paso del tiempo y en el cual diversas licenciaturas y maestrías con requerimientos distintos de espacios se van sumando a la oferta que la Universidad hace a la sociedad. Otra reto interesante que tuvieron que enfrentar los responsables de la construcción de esta institución fue el poder desarrollar un proyecto que tuviera pocos materiales, así como reducir al mínimo los costos de operación y mantenimiento del edificio.


Adicionalmente a esto, señala el arquitecto Mario A. Peniche, uno de los coautores del proyecto –quien por cierto, fue fundador de la Escuela de Arquitectura de esta institución educativa–, es “que tendríamos que resolver la construcción en diversas etapas, dentro de un plan maestro. Queríamos que tuviera una imagen siempre completa al irse desarrollando cada una de ellas”. Cabe decir que el tiempo completo para la construcción de todo el conjunto no podía ser determinado con anterioridad; este proceso se fue dando en función de la demanda y del crecimiento de la universidad.


Para la obra, continúa informando el arquitecto Peniche, “elegimos plantear un proyecto que pudiera agrupar las distintas áreas comunes de las diversas carreras; como la aulas, que son comunes a todas; a éstas las denominamos Aulas típicas. Por otro lado, tuvimos que ir desarrollando pequeños módulos autónomos que cubrieran las necesidades específicas y le dieran sentido de pertenencia a las distintas áreas del conocimiento. Ejemplo de esto son los talleres, laboratorios, centros de cómputo, etcétera”. Por su parte, las áreas de uso común son la biblioteca, cafetería, salones de usos múltiples, entre otros, que van estructurando y ligando el proyecto. También se incorporaron las áreas administrativas y finalmente las deportivas. Todas igualmente importantes porque le dan sentido a la universidad y se entretejen en las actividades de la vida cotidiana. Cabe subrayar que la orientación de las aulas típicas se propuso norte-sur, ubicando los ventanales al norte dado que tienen una luz más uniforme durante el año. Por su parte, las circulaciones están hacia el sur donde se incorporan unas cartelas de una sola pieza de concreto aparente prefabricado que funcionan como expresión del edificio y a la vez como parteluces que dosifican la entrada de luz por el sur.


Para la construcción de esta pieza de la arquitectura emeritense se eligió un sistema constructivo basado en prefabricados de concreto, manteniendo los elementos en su estado original, sin recubrimientos; facilitando su construcción, mantenimiento, ampliaciones y permitiendo con su fuerza expresiva, tener un proyecto siempre nuevo, al tiempo que se conservaba una de las virtudes de esta universidad que es la sencillez. Además, los sistemas constructivos de zapatas, columnas, trabes y losas son también elementos de concreto prefabricado, todos aparentes, permitiendo así que los muros sean del tipo mamparas o divisorios lo que genera que puedan ser modificados constantemente según las necesidades de tamaño de los grupos y las dimensiones de los espacios.


Por otro lado, cabe decir que el proyecto cuenta con diferentes rampas que permiten a los estudiantes con capacidades diferentes poder movilizarse con libertad por el edificio. También posee un elevador para las circulaciones verticales. En cuanto a la elección de los materiales y del sistema constructivo, éstos permitieron ir desarrollando las distintas etapas con rapidez; así las nuevas etapas se fueron incorporando fácilmente al conjunto dándole además la unidad que se buscaba.


El edificio en su conjunto traduce el sentido de solidez; de fuerte presencia física; de austeridad en sus elementos pero a la vez recrea y enfatiza la belleza plástica de la solución. Los elementos claves de la arquitectura se conjugan armónicamente en la en la propuesta arquitectónica, en donde la estructura es a la vez forma; la forma es la estructura y ambas cobijan la función. Forma, función y estructura quedaron así amalgamadas en un solo lenguaje que se traduce formalmente en los diversos edificios de este campus universitario.


Acerca de los prefabricados


La empresa encargada de los prefabricados fue Predecon, quien informó que “la planeación y ejecución del proyecto de esta obra se basó en transformar la idea arquitectónica en un gran mecano estructural con base en precolados de concreto aparente que cumplen con una funcionalidad estética y de soporte. En este sentido, los principales elementos que integran este gran rompecabezas son:


Columnas de concreto gris aparente de 45 cm x 60 cm de sección, ancladas a un candelero colado en sitio. Éstas incluyen ménsulas metálicas para recibir trabes portantes y de rigidez.


Cartelas de concreto gris aparente con acabado de molde metálico a tres caras; éstas con una sección de 20 cm x 150 cm. Cabe decir que estos elementos quedaron anclados a una zapata candelero corrida colada en sitio. Incluyen preparaciones y ménsulas para recibir elementos portantes y de rigidez.


Cartelas de concreto gris aparentede 50 cm x 120 cm de sección, aligeradas con poliestireno. Fueron incluidas las preparaciones para portar elementos de fachada.


Trabes del tipo rectangular de 30 cm de ancho, reforzadas y presforzadas. Estos elementos cuentan con un accesorio metálico en sus extremos para su fijación a las columnas y las cartelas.


Trabe tipo “Trabe panel” de concreto gris aparente que quedó integrado a la edificación como un elemento de fachada y portante a la vez. Incluyó las preparaciones para su correcta fijación a las cartelas.


Losa plana aligerada presforzada de 20 cm de sección con un acabado aparente de color gris.


Panel de fachada de concreto reforzado. En este caso, se trata de un elemento aparente de color gris que incluyó preparaciones para su correcta fijación a la estructura.


La hechura


Predecon expresa que el diseño, fabricación, transporte y montaje de todos los elementos precolados obedeció a una planeación cronológica desarrollada por los diferentes departamentos asociados con la ejecución de la obra. De esta manera fue posible saber desde el inicio el tiempo que se tenía que cumplir para cada una de las etapas del proceso, desde su concepción hasta su término. En este sentido, señalan en Predecon, “es fundamental que exista una buena coordinación entre los involucrados durante su desarrollo para evitar atrasos de tiempo y costos no deseados”.


Las etapas que intervinieron en la realización del proyecto fueron: el diseño, que consistió en tomar el proyecto arquitectónico y transformarlo en un despiece de elementos prefabricados. Este proceso incluyó identificar los diferentes tipos de elementos que intervinieron (como losas dt, columnas, paneles, etcétera), generando una lista de ellos y poniéndoles una nomenclatura para su identificación. El diseño también incluyó la realización del cálculo estructural de cada una de las piezas precoladas bajo estándares específicos de Predecon. En cuanto a los planos de taller de cada elemento involucrado en el proyecto, éstos incluyeron la geometría de la piezas; diagramas de refuerzo; especificación de acabados; datos útiles para su montaje como su peso y dimensiones, entre otros.


Una vez fabricada la pieza se pasa a la etapa de envío de la obra atendiendo al programa de montaje que indicaba el día que era necesario recibirla para su instalación. Para este propósito se requirieron camiones de transporte de carga pesada que puedan transportar hasta 30 toneladas. Cabe acotar que es necesario en muchas ocasiones, analizar la manera de enviar elementos que por sus dimensiones o peso no se puedan transportar de manera normal a la obra. Para el caso específico de la Universidad Marista fue indispensable diseñar sujeciones especiales para las cartelas de manera que pudieran transportarse de canto (sobre el grosor de 20 cm/50 cm), sobre la cama del tráiler.


En cuanto al proceso de instalación/ montaje de los precolados, éste quedó diseñado con base en las siguientes preguntas que fueron resueltas de manera satisfactoria: ¿Cuántas piezas se montan al día? ¿Cuántos camiones se pueden recibir en obra en un solo día? ¿Cuál es el avance óptimo que permite al contratista de obra civil realizar sus trabajos sin estorbar ni ser estorbado por el montaje? ¿Se puede trabajar de día o existen restricciones de horario? o ¿Cuántos equipos de montaje se requieren?


Los principales recursos para efectuar el montaje de precolados son: las grúas y el personal de montaje. El equipo a utilizar y el personal se definen con base en el programa de obra y a los cuestionamientos realizados anteriormente. Es importante señalar que para esta etapa es necesario conocer las conexiones temporales y permanentes de los precolados durante y después del montaje. Se implementaron algunas conexiones provisionales como son los tensores para plomo y alineación de columnas y cartelas; los puntales metálicos para trabes y trabes panel o las sujeciones tipo placa y tornillo para alineación de muros.


Por su parte, los sistemas de conexión definitiva usados –entre otros–, fueron un mortero tipo grout para anclaje de cartelas y columnas a candeleros; una soldadura en nudos de soporte entre trabes y columnas y/o cartelas, así como un colado de nudos en unión de trabes panel y cartelas utilizando concreto f´c=350 kg/cm2. Conviene mencionar también que en la Universidad Marista se diseño un proceso para el montaje de las cartelas utilizando cables de acero y una polea auxiliar que permitió izar estos elementos con una sola grúa.


Posterior a la etapade montaje y muchas veces durante el avance de esta, suele colocarse un firme de compresión sobre la losa aligerada de concreto. Este colado debe tener ya el acabado final indicado por el proyectista respetando los niveles establecidos en las especificaciones de proyecto. La etapa final y consiguiente entrega de la obra consistió en retirar apuntalamientos provisionales, detallar y limpiar todos los precolados que por efecto del transporte y montaje hubieran sufrido alguna mancha o despostillamientos, así como pintar los elementos metálicos visibles. Así, finalmente, se logró terminar esta obra que es ejemplo de buena arquitectura y de buena construcción. Por cierto, en noviembre pasado la obra de la Universidad Marista obtuvo el segundo lugar en la XIX edición de los Premios Obras CEMEX, en el rubro de Diseño de Edificación Institucional.


 

Texto: Luisa López Ventura

Fotos: Cortesía despacho arq. Mario Peniche

 

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