La vivienda sustentable


Los daños ocasionados al ambiente van en aumento. Crecimiento y consumismo desmesurado; escasa voluntad política y ausencia de educación ambiental son disparadores para que diversos profesionales, ciudadanos y algunos gobernantes, comiencen a trabajar sobre un problema tan evidente.

 

 

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Durante mucho tiempo se ha pensado la idea de desarrollo de la mano del crecimiento. Sin embargo, con el correr de los años, se ha demostrado que todo tiene un límite. Por lo que un crecimiento desmedido sin una mirada integradora de sus factores no ha hecho más que generar beneficios económicos, sólo para algunos pocos, en detrimento del resto de las personas. Cabe decir que los países que llevan la punta de lanza respecto al desarrollo sustentable son: Holanda, Austria y Alemania. Cabe destacar que el llamado Grupo de los Ocho concentra la tercer parte de contaminación en el mundo.

Teniendo en cuenta que nos estamos acabando los recursos, el modelo de crecimiento ya tiene un tope, si no se cuidan los recursos ya no va a haber negocio. Entonces decidieron establecer una serie de criterios y lineamientos para reducir la producción de óxido nitroso, dióxido de carbono, metano, que son los que producen el efecto invernadero.
Dentro de la arquitectura sostenible, el ahorro de energía es una pieza clave. Las casas solares, son una propuesta interesante para reducir el uso de gas y energía eléctrica en nuestros hogares.

Paneles solares
La arquitecta Ruth Lacomba ha dedicado su carrera al estudio y construcción de este tipo de viviendas. La ciudad sustentable y Las Casas Vivas, son dos libros de su autoría. Las casas que proyecta, permiten ahorrar energía ya que combinan diseño bioclimático con calentadores solares.

Respecto a los materiales, la arq. Lacomba asegura que deben ser los adecuados para cada clima. "Si queremos que la casa sea cálida en un lugar frio, vamos a utilizar tabique rojo, adobe, piedra, madera. Es importante usar materiales de la región, que no sean tóxicos". Cabe aclarar que estas casas cuentan con calentadores solares planos. Estos paneles absorben los rayos solares y transfieren su energía al agua que circula por tuberías. Para que el agua no se enfríe, se almacena en un tanque; finalmente se distribuye por medio de una serie de conductos. Aproximadamente, tienen una vida útil de 20 años y su costo oscila en los 9 mil pesos. Si bien, la inversión inicial puede ser algo costosa, en pocos meses se recupera, ya que se disminuye considerablemente el consumo de gas o electricidad para calentar agua, como también, contribuye a bajar las emanaciones de CO2.

Actualmente Alemania y Austria, alentados por sus gobiernos, llevan la delantera en este tipo de tecnología. En México, la Comisión Nacional de Energía se encuentra impulsando un programa para la promoción de calentadores de agua con el objetivo de facilitar el acceso a los mismos, pero aun no se ha implementado a gran escala.

En otro orden, las casas solares también pueden contar con celdas fotovoltaicas. En ellas, el ahorro de energía no sólo se registra por medio del diseño bioclimático y calentadores solares sino que pueden generar energía eléctrica gracias a la radiación solar. Por su parte, en Japón, Estados Unidos y Australia se utilizan estos módulos en viviendas. En México, se ha usado esta tecnología, básicamente, en zonas rurales para electrificación, bombeo de agua y refrigeración. Según la Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía, se espera que para 2013 se tengan instalados 25 MW con tecnología fotovoltaica y se genere 14 GWh/año.

Cabe destacar que muchos países europeos invierten grandes sumas de dinero en investigación, con el objetivo de mejorar el rendimiento de este tipo de celdas. En México, el presupuesto destinado a ciencia y tecnología representa para este año el 0.33 % del producto interno bruto. Sin embargo, dentro de este panorama poco alentador, algunas universidades están desarrollando proyectos que tienen en cuenta las energías alternas, como por ejemplo, el laboratorio Solar de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Autónoma de Baja California, quienes se encuentran perfeccionando diversas tecnologías para extender los beneficios de la energía solar. La cierto es que esta tecnología es demasiado costosa y muchas veces se hace inaccesible para los usuarios. Sin embargo, el uso de calentadores y un buen diseño bioclimático sería un aporte por demás importante en nuestras casas. Ruth Lacomba resalta la importancia de utilizar estas ideas y equipos dentro de la arquitectura: ”Hay que estudiar, practicar, hacer modelos y maquetas, ver que se está haciendo en otros lugares. Mucha gente hace casas que son monumentos a su ego y entonces no importa si funcionan. No importa el impacto ambiental, no importa nada, y eso es cuestionable“.

Si se genera conciencia seguramente se pueden evitar mayores daños al ambiente. Pero también hay que reconocer que México, debido a su posición geográfica, es un país beneficiado con grandes cantidades de radiación solar. En este sentido, se tendrá que aprovechar al máximo este tipo de energía, también los arquitectos deberán tener en cuenta el diseño bioclimático y equipos solares a la hora de encarar sus proyectos, una combinación que definitivamente permita ahorrar energía colaborando con el ambiente.

¿Pero de qué se habla cuando se dice que una construcción es sustentable? Hay que tener en cuenta una serie de puntos, entre ellos, la utilización de eco-tecnologías. Una de ellas se refiera al manejo, recuperación y tratamiento del agua.

Otro de los puntos importante es la eficiencia energética, lo cual,significa que el edificio o casa funcione con la menor energía posible. Esto se puede lograr a través de la utilización de iluminación natural y luminarias de bajo consumo. Como así también, por medio del diseño bioclimático.

Por lo tanto, la forma y distribución interior de una construcción debe ser una respuesta a la orientación.

Respecto a la ventilación puede ser de tres tipos: térmica, higiénica y cruzada. En el sitio en el que se vaya a construir es esencial el conocimiento y aprovechamiento de los vientos dominantes, ya que de esa forma nos permite utilizar al máximo los recursos naturales y, de esa manera, reducir el consumo de energía de los sistemas de calefacción y refrigeración. En México, los vientos dominantes, casi todo el año, provienen del nordeste. Cuando se diseñe un edificio, se debe considerar que esos vientos crucen al edificio para que se refresque, o que se cierren las ventilas cuando haga mucho frío y el calor se mantenga. Si se deja de utilizar la electricidad, se deja de producir monóxido de carbono y si se deja de producir monóxido de carbono, se deja de contribuir al cambio climático. Otra manera de reducir el consumo de energía dentro de la construcción es a través del uso de materiales aislantes. Esto es, utilizar aquellos materiales que tengan un valor R elevado y de esa manera lograr un mayor aislamiento. El valor R, es la medida que representa la capacidad que tiene un material de resistirse a la conducción del calor y del frío. Por ejemplo, materiales como el adobe o la madera, presentan entre un 3 y 5 de valor R.

Para que los materiales sean considerados sustentables deben también tener estos valores: Reutilizar, Rehabilitar y Reciclar. El uso de materiales reciclables permite frenar el crecimiento innecesario, permitiendo equilibrar el impacto en el ambiente. Cabe decir que las viviendas que muestran el máximo respeto con el medio ambiente como las cubiertas de los edificios que se plantean como zonas jardinadas que permiten la recuperación de los espacios verdes que la propia planta del edificio elimina. Estos jardines en cubierta actúan como magnífico aislante térmico, reduciendo los requerimientos energéticos de la vivienda, al tiempo que permiten la recolección de aguas pluviales para su posterior filtrado y reutilización en cisternas. Las aguas grises, a su vez, también se utilizarían para el abastecimiento de inodoros. Este sistema permitiría un ahorro de hasta el 60% de los recursos hídricos de cada vivienda.
A su vez, las cubiertas que también reciben el sistema de placas solares térmicas y fotovoltaicas, que en unión con el equipamiento de electrodomésticos especiales y con la utilización de fachadas ventiladas y persianas inteligentes, permiten un ahorro considerable de energía en cada vivienda.

El concreto y el ahorro de energía
La energía es un bien valioso. Esto queda patente, entre otras cosas, por los elevados precios del crudo y de los carburantes. Por eso, la energía se debe utilizar de la forma más eficiente posible, también para reducir las emisiones de CO2 que se generan en la combustión de recursos y combustibles fósiles. Ante esta situación se plantea la cuestión de lo que puede aportar el uso de una planta de reciclaje de concreto residual en las Plantas de concreto premezclado y de prefabricados.
El ahorro resulta de la reutilización del material recuperado en el proceso de reciclaje y porque la maquinaria no genera emisiones adicionales como sería el caso de la extracción de materias primas. Asimismo, se eliminan los transportes desde la cantera hasta la planta de concreto, o a la de los prefabricados.

Por su parte, el concreto ligero en base a arcilla expandida ofrece innumerables ventajas con respecto al concreto tradicional, como son: menor peso para facilitar el transporte (ahorro de combustible);
mayor aislamiento térmico (menores costos de energéticos para calefacción o enfriamiento); mayor aislamiento acústico; menor dilatación térmica; mejor comportamiento a temperaturas extremas; mejor resistencia al fuego; fraguado más rápido y mayor durabilidad.

Los concretos de alto comportamiento y los reforzados con fibras
Éstos son objeto de estudios científicos en el CERIB (Centro de Estudios e Investigación de la Industria Francesa del Concreto) para cuantificar el impacto ambiental de productos fabricados con estos nuevos tipos de concreto con ayuda de análisis de los ciclos de vida de los productos. Como ocurre con todos los materiales de construcción nuevos, en estos nuevos concretos se debe tener en cuenta su contribución a la vida útil total de las construcciones para las que se utilizan: materias primas (costos, disponibilidad, etc.), energía, impacto ambiental, ahorro de energía en la compactación, así como aspectos de durabilidad, atractivo estético, posibilidad de reciclaje, etc. Los primeros resultados son muy prometedores.

En cuanto a las emisiones de CO2, en comparación con los convencionales, estos concretos contienen, por ejemplo, un mayor porcentaje de cemento por metro cúbico; pero, gracias a sus propiedades mecánicas, para los productos fabricados con este tipo de concretos, ofrece un rendimiento equivalente y se utiliza menos concreto. Los diferentes tipos de concreto constituyen una amplia gama que completan a los concretos tradicionales ya existentes. Sus propiedades hacen que sean más bien rivales para materiales como el acero, aluminio y resinas que para el concreto armado tradicional. Los nuevos concretos abren posibilidades de aplicación completamente nuevas a los nuevos materiales compuestos aprovechando al máximo diferentes materiales (acero, vidrio, concreto normal, madera, etc.) y técnicas de pegado. Los costos adicionales de las materias primas se compensan con el ahorro de tiempo en la obra. Un montaje más rápido, cimientos más pequeños –gracias a estructuras más ligeras– y también en ahorros a largo plazo obtenidos gracias a su extraordinaria durabilidad. Los nuevos materiales de construcción se pueden utilizar para fabricar productos más complejos incorporando funciones adicionales en una estructura nueva. c

Referencias: PHI Planta de Hormigón Internacional, 5, 1, 2008.
www.casamexico.com.mx
www.habidite.com