motor; entonces cuando el usuario está en su casa por la noche, cierra la puerta que se vuelve hermética. Por la mañana, los condóminos comienzan a ‘abrir’ sus departamentos. Cuando las puertas de madera se abren se ve un edificio muy tecnológico, pero en realidad es un motor de garage dentado que, con su control remoto, abre o cierra la habitación. En sí es una doble piel, porque la primera es de vidrio.
Hicimos un espejo de agua de grandes proporciones en el cual se colocaron plantas, peces y árboles. Pusimos también un jardín seco en donde los árboles del jardín conviven con el agua”, comenta Garduño. Por su parte, el vestíbulo tiene 180 metros cuadrados de granito negro con un ‘dibujo’ al centro que, en realidad, es una caja de luz con la representación de un árbol negro y un espejo de agua. En esta área se pretendió cambiar el carácter
de concreto que se ve en todo el edificio; así, fueron colocadas once columnas que se contraponen y que parecieran emerger del agua. Finalmente, a la pregunta de cómo define su obra, el arquitecto Juan Garduño afirma contundente.
Cabe decir que esto sólo lo tiene la recámara principal”. Otro de los aspectos que hacen diferente a este edificio residencial de cualquier otro es la intención escultórica que se le dio al espacio. “Lo que quise hacer fue algo que no pasara de moda.
“Es una nueva mamanera de ver un edificio de departamentos pensando en lo que las personas de la zonas necesitan. ¿Qué busca la gente ahora? Seguridad, predial razonable, mantenimiento no tan costoso; siempre sin sacrificar la comodidad”.
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Construcción y Tecnología®
Febrero 2007
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