Anualmente se generan toneladas de deshechos a raíz de la producción, transporte y utilización del concreto. A la par, la demolición de estructuras preexistentes de concreto genera una gran cantidad de escombros que contaminan el ambiente. Como una manera de aliviar esta situación diversas instancias -como es el caso de la Iniciativa por la Sostenibilidad del Cemento (CSI)-1 han promovido encarecidamente el reciclaje del concreto como un componente más de las mejores prácticas para el desarrollo sostenible.