Sustantibilidad

PAVIMENTANDO CAMINOS:

hacia una reducción del efecto invernadero

El concreto es uno de los materiales más empleados en todo el mundo; en promedio, más de dos toneladas por año de material pétreo se produce por cada hombre, mujer y niño sobre la tierra, teniendo además el segundo lugar en uso, después del agua. Esa gran cantidad de concreto nuevo es responsable de entre 5 y 10% de las emisiones de gas que producen el efecto invernadero, por lo que es un importante objetivo para realizar mejoras.


Sustentabilidad Con este propósito, en 2009, el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT por sus siglas en inglés) creó un grupo de investigación llamado Centro de Sustentabilidad del Concreto (CSH: Concrete Sustainabilty Hub) con el apoyo de la industria cementera. Dos interesantes reportes del CSH –el primero dedicado a los pavimentos de concreto, y el segundo sobre edificaciones de concreto– examinan de manera detallada los costos de los ciclos de vida de los productos, tanto en cuestiones financieras como en el caso de las emisiones de gas que producen el efecto invernadero. Cabe subrayar que los principales investigadores de este selecto grupo del MIT afirman que hasta el momento, éstos son los análisis más amplios y transparentes que se han escrito.


Contribuciones innovadoras


Un ejemplo de una de sus contribuciones innovadoras es el hecho de tomar en cuenta los efectos del uso de diferentes métodos y materiales empleados para la construcción de pavimentos. Estas consideraciones pueden impactar de manera importante en el desempeño de los vehículos que circularán sobre ellos. Sin embargo, conviene subrayar que en los intentos por cuantificar los costos y las emisiones del ciclo de vida de los pavimentos, estas variables se habían considerado de manera mínima o, en algunos casos, ni siquiera habían sido tomadas en cuenta. De forma similar, las prácticas de mantenimiento, incluyendo las emisiones debidas a las demoras por tráfico o desviaciones provocadas por reparaciones del camino, a menudo no se incluyen en las evaluaciones.


El estudio sobre pavimentos del MIT ha buscado cuantificar todos estos elementos y evaluar su impacto general. Por ejemplo, las diferencias en la rugosidad de la superficie y rigidez del pavimento tienen un impacto muy pequeño en el consumo de combustible de los vehículos, sin embargo, al multiplicarse por la gran cantidad de vehículos sobre el camino, pueden provocar una diferencia importante en la cantidad de emisiones durante todo el ciclo de vida del pavimento. Sobre este aspecto, se lee: “Queremos implementar una tecnología que sea amplia, considerando todos los factores que influyen en el ciclo de vida”, afirma Nicholas Santero, investigador del Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental del MIT y autor principal del reporte sobre pavimentos, que por cierto, está escrito en 100 hojas.


El equipo considera la rigidez del pavimento en el modelo para análisis por computadora mediante esfuerzos previos, para medir directamente los efectos físicos que se presentan “en todo el mapa”, ya que las diferencias son demasiado pequeñas, afirma Santero. Esencialmente, en los caminos menos rígidos, que ceden más al pasar los vehículos sobre ellos, se crea una leve huella al pasar las llantas. Esto significa, en cierto modo, que los vehículos siempre van “cuesta arriba” y consumen más combustible. Los caminos más rígidos, como aquellos de concreto y no de asfalto, pueden mejorar la eficiencia. Debido a que existen muchas variaciones en los patrones de uso y en las condiciones climáticas en los diferentes caminos, el equipo del MIT seleccionó para su análisis 12 tipos específicos de caminos, variando desde carreteras interestatales hasta caminos locales.


Sustentabilidad Además de establecer un método que otros pudieran aplicar para evaluar las opciones para un proyecto específico, el equipo presentó algunas sugerencias de acciones que pueden mejorar los costos, las emisiones del ciclo de vida de los caminos, o ambos:

 • Incrementar los trabajos de mantenimiento en los caminos para que la superficie se conserve suave, lo cual disminuirá el consumo de combustible de los autos y camiones que lo empleen. Por ejemplo, en vez de programar el mantenimiento del camino para cada 20 años, hacerlo para cada 10 años.

 • Cuando se reemplace el pavimento, se debe pulverizar el concreto viejo dejándolo expuesto al menos un año, así, este absorberá dióxido de carbono del aire, ayudando a eliminar parte de las emisiones liberadas cuando se produjo el cemento.

 • El color de un camino puede mitigar el efecto general en el clima de la Tierra: los colores claros reflejan más luz solar, mientras que los más obscuros la absorben y se calientan. De la misma manera que los techos pueden reducir el calentamiento del clima, los pavimentos claros también pueden contribuir. Esto se puede lograr añadiendo agregados de colores claros (grava o piedra triturada) a la mezcla de concreto.

 • Revisar los criterios de diseño de los caminos para considerar las diferencias locales y regionales. Actualmente la mayoría de las especificaciones son genéricas, lo cual ocasiona que muchos caminos estén sobre diseñados, haciéndolos más fuertes de lo que necesitan ser. El simple hecho de reducir el espesor del pavimento en los lugares donde sea posible sin afectar el desempeño, puede reducir de manera importante la cantidad de cemento empleado, reduciendo tanto los costos como las emisiones.

 • Añadir más ceniza volante, producto de desecho en las plantas eléctricas cuyo combustible es el carbón, a la mezcla de concreto. Este material ya es ampliamente usado, pero el incremento de su uso puede desplazar más el polvo del cemento, el cual es un material que necesita mucha energía para su producción.


Según Santero, al aplicar estas medidas es posible reducir, de manera relativamente sencilla, las emisiones generales de carbón asociadas con la pavimentación de concreto en 50%.


Desde el IMCYC


Sustentabilidad La industria del cemento y concreto trabajan en proyectos para contribuir con la reducción en la emisión de Gases de Efecto Invernadero. La industria cementera y concretera está orientando sus esfuerzos para disminuir el número de toneladas de emisiones de Gases de Efecto Invernadero que anualmente se generan en México, implementando el uso de nuevas tecnologías y utilizando materiales elaborados con productos naturales y suplementarios. Esto fue expuesto en la pasada edición del Foro Internacional del Concreto 2011 que tuvo como tema general “Hacia una Construcción Sustentable”, y el cual, como saben, estuvo organizado por el Instituto Mexicano del Cemento y del Concreto (IMCyC) del 28 al 30 de junio pasado en el Centro Banamex de la ciudad de México. Actualmente el Instituto Mexicano del Cemento y del Concreto trabaja a nivel internacional en comités especializados en el tema de la sustentabilidad, en donde se evalúan la selección, el uso y aplicación de materiales, además de los procesos y los sistemas constructivos. En materia de sustentabilidad, nuestro director, el M. en C. Daniel Dámazo Juárez, durante el Foro Internacional del Concreto señaló que: “Tenemos que permear a la industria del concreto y a la industria de la construcción en general y eso es parte de la aportación en este Foro. El compromiso por parte del Instituto, y de las muchas cementeras mexicanas es mejorar la calidad de vida de los mexicanos a través de la mejora en las prácticas ambientales… En eso estamos trabajando.


 

Textos: Gabriela Celis Navarro ádriana (Artículo basado en el texto de David L. Chandler, miembro del Departamento de Noticias del MIT)

 

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