El nido de Quetzalcóatl

J Gregorio B. Mendoza
Fotos: Cortesía Despacho Javier Senosiain


Dueño de una fuerza
expresiva única, el arquitecto
Javier Senosian nos presenta
uno de sus más recientes
proyectos, pleno de
simbolismo y verdor.


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Dice el dicho que no hay terreno malo y, así lo hizo valer el arquitecto Javier Senosiain, su grupo de colaboradores y un pequeño equipo de inversionistas que a través de visión, talento y entrega lograron hacer realidad un ejercicio de arquitectura que parecía onírico. Vuelto realidad en 2008 y reconocido ese mismo año a nivel internacional por foros como el World Architectural Festival de Barcelona, el llamado Nido de Quetzalcóatl mantiene más de una razón para denominarlo ¡sorprendente! Así lo afirmaron un grupo de críticos y arquitectos reunidos en la ciudad española, quienes calificaron 700 obras provenientes de todo el mundo y otorgaron menciones de honor a dos de las obras de Senosiain Arquitectos.

En entrevista para Construcción y Tecnología, el arquitecto menciona que hubo bastantes años de por medio –casi diez– para lograr el objetivo de construir el proyecto en un terreno accidentado y, por obvias razones, relegado en su venta dentro del fraccionamiento Paseos del Bosque en Ciudad Satélite, Estado de México. Parecía comprensible el rechazo de los compradores potenciales pero no se justificaba la carencia de propuestas y la decisión de los desarrolladores por designar la zona de mayor presencia de árboles y cambios de pendiente como terreno factible para condominios.

“Realizamos una primer visita y entendimos el por qué. Sin embargo, con el tiempo nos dimos la oportunidad de hacer una segunda inspección y encontramos que además de los dramáticos cambios de nivel existían diversas cuevas en el predio. Por ello, tuvimos que hablar con los lotificadores y aceptaron reducir el precio por las condiciones que presentaba. A partir de ahí, comenzamos a trabajar en diversos anteproyectos –para generar diez viviendas– bajo la consigna de preservar todos los arboles y adaptarnos a las características existentes; algo interesante”, afirma Senosiain.

El despacho determinó que el centro geográfico del terreno era la zona más uniforme por lo cual era conveniente construir ahí; con ello se obtuvieron dos respuestas precisas: edificar un pequeño edificio vertical y utilizar una arquitectura común, o generar un concepto basado en un tubo que recorriera y se apoyara en las cañadas, siguiendo las curvas y respetando los árboles existentes. La segunda propuesta representaba un excelente reto y la oportunidad de llevar aún más lejos los sistemas constructivos utilizados por la oficina en los últimos años y fundamentados en el uso del ferrocemento.

Descubrir entre libros
Para Senosiain el trabajo no sería un tema ajeno; su acercamiento con esta tecnología, como comentó a CyT, comenzó en el IMCYC al investigar sobre su tema de tesis. “Por esos años de estudiante, casi al término de mi carrera comenzaba a realizar formas libres y recurrí innumerables horas a la biblioteca del IMCYC, dada la valiosa colección de volúmenes sobre el tema que posee. Para mí fue el lugar que me brindó un conocimiento invaluable. Ahí descubrí entre muchos libros, artículos y otras investigaciones al ferrocemento, el cual es la materia prima de ésta y otras de mis obras”.

Con este sistema que, al final sería el seleccionado se erigiría, un cuerpo vertical de 20 m de altura y un volado con la misma distancia, albergando al interior las viviendas en una longitud total de 180 m. “Ya que teníamos determinado que emplearíamos este sistema, comenzamos a definir que existirían dos niveles al interior del volumen y que en ellos se privilegiarían las vistas y la orientación de cada unidad habitable. Poco a poco fuimos determinando detalles exteriores como muros de piedra y barandales con la finalidad de hacer un espacio seguro para niños y adultos en cualquier recorrido de las áreas comunes y así terminamos colocando la cabeza de una serpiente y un cascabel que es el depósito de agua, la conserjería y bodegas para las viviendas”, acota el entrevistado.

Contrario a lo que pudiera pensarse no hubo un concepto inicial de carácter formal. Nunca se pensó en realizar una serpiente; la forma surgió como respuesta al programa y condiciones particulares del terreno. Al descubrir que una de las cavernas era viable y factible para ser utilizada fue reforzada con concreto lanzado descubriendo que las viviendas serpenteaban por el terreno entrando y saliendo por cavernas comportándose de forma dinámica como una serpiente: la metáfora era innegable. Para Senosiain, en este proyecto se enfatizó su idea de que la arquitectura debe de ser un acto natural, casi espontáneo, el cuál no se puede estar pensando en números o presupuestos. “Creo que la profesión es algo más”.

El interior es congruente con su imagen externa mimetizada al paisaje. Elementos como el mosaico fragmentado, vidrio o cerámica generada especialmente para esta obra, configuran lo que podría denominarse un “bosque habitable” que permite –por su forma tubular– apreciar en todo sentido y forma la naturaleza, obteniendo peculiaridades únicas que fueron dándose lentamente en el proceso de diseño. Es evidente que el proyecto exalta las cualidades artesanales con que la mano de obra desarrolló cada espacio o detalle diseñado. Más que paciencia por el tiempo de construcción, había que encontrar talento para materializar una idea difícil de comprender por su singularidad y redoblar esfuerzos en todos los sentidos. “Afortunadamente todos los involucrados sabíamos a lo que le ‘tirábamos’ y por eso cuidamos todo con esmero: mantener verde la cañada, los árboles existentes, privilegiar benefactores como el confort, etc. Por eso el resultado es contundente”, comenta el autor.

Cascarón arquitectónico
Había que solucionar la estructura. Para lo cual fue necesario realizar diversas maquetas de estudio preliminares en el despacho y, ya en términos de construcción, realizar una cimentación con zapatas aisladas únicamente en el cuerpo vertical. A partir de ahí todo se resolvió con una especificación técnica de ferrocemento (f´c=200 kg/cm2) combinado con arena proporción 1:3, permitiendo que la idea escultórica permaneciera. Así se edificó un esqueleto conformado por varilla de 3/8“, trenzada y cubierta con una malla de gallinero tensado que protege en su totalidad el esqueleto principal tanto al exterior como en el interior, para de esta forma recibir el recubrimiento con mortero (cemento-arena).

La estructura final es un cascarón de ferrocemento de 4cm de espesor que logra un desarrollo de más de 180m (130 en su sección principal), manteniendo una sección de 8m y una altura de 6.5m, que le permite funcionar de manera confortable durante todo el año ante las exigencias climáticas del emplazamiento a través de un recubrimiento de poliuretano espreado de 1”, con el cual se garantiza además, un aislamiento acústico perfecto.

La geometría de la estructura fue redondeada en las esquinas y obtiene una ligera curvatura tanto en la parte superior como la inferior en forma toral (doble curvatura) con dos niveles a todo lo largo, en donde se aloja la losa y los muros de las casas, construidos con panel W que al aplanarlos rigidizan el sistema tubular. ”Es un procedimiento constructivo en el que se utiliza poca cimbra ya que el esqueleto de varilla con las telas de gallinero tensados se autosostiene para después aplicar el mortero”, subraya el despacho.

La solución estaba lista; no obstante había que verificar su comportamiento bajo tres diferentes acciones de trabajo: un comportamiento ideal que respetaba todas las variantes de cálculo; un comportamiento estructural suponiendo la falla de uno de los apoyos y finalmente, un comportamiento considerando un incremento de las cargas vivas a 500 kg/m2. Por tal motivo, fue necesario realizar otro modelo en el cual se observaron los movimientos longitudinales –cercanos a 3cm- y bajo lo cual se generó una junta constructiva de 7cm donde comienza el cuerpo principal para dar finalmente el visto bueno.




Una grata sorpresa
“Fue raro participar en el Festival de Barcelona y recibir buenas noticias del proyecto. Casi no participamos en concursos y en éste se dio la oportunidad. Fue satisfactorio porque simplemente buscamos que nuestra arquitectura diera satisfactores que impacten la calidad de vida de nuestros usuarios, más en esta época en que buscamos refugios por todo lo que vivimos en la ciudad. Generamos una estrategia diferente para equipar el predio e introducir la infraestructura necesaria y mantuvimos nuestro compromiso por preservar lo que teníamos desde un inicio. En la actualidad, trabajamos en Australia en un proyecto similar y nos llena de satisfacción ser reconocidos por lo que consideramos correcto”. Concluye el alarife de la arquitectura orgánica. c

Nota: Si quiere usted apreciar la obra en video, pulse aquí >