El lado humano
de la ingeniería

Gregorio B. Mendoza
Retrato: A&S Photo/Graphics
Fotos: Cortesía Odesa.

 

Con más de cinco décadas de
iniciar una larga vida en la
ingeniería civil de Jalisco,
el ingeniero Jorge López Güitrón
platicó para CyT acerca de
su trayectoria profesional

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El ingeniero Jorge López Güitrón es, sin duda alguna, un referente dentro de la industria de la construcción en México. Con cambios y una evolución que no se detiene, la nueva generación de la familia mantiene la filosofía de construir con calidad y ética dentro de la empresa Obras y Desarrollos Especializados SA de CV (Odesa), misma que destaca por la construcción de emblemáticas obras como el Palacio de Justicia Federal de Toluca y Xalapa, el Museo del Templo Mayor, o el Palacio Legislativo Federal, entre otras tantas que han superado siniestros naturales y el apremiante paso del tiempo. Para saber un poco más de su trabajo, Construcción y Tecnología charló con el ingeniero, preguntándole, en primera instancia, sobre sus primeros años de vida.

“Nací en Guadalajara, el 4 de Noviembre de 1934. Estudié en una escuela marista, primaria, secundaria y preparatoria, en una familia de clase media, siendo mi papá médico cirujano y director de una clínica del IMSS. En el colegio tuve muchos amigos; siempre influía en mí estar compitiendo por los primeros lugaresde la clase, me escogían algunas veces para decir algunos discursos en las festividades del colegio y ya estando en la universidad fui el primero de mi grupo en graduarme como ingeniero civil. Recuerdo que en las vacaciones ya estando en la universidad, contrataba estudios topográficos para laComisión Lerma Chapala Santiago y estando en tercer año de la carrera empecé a construir algunas casas para mi papá y algunos amigos o familiares”.


¿Cuándo decidió ser ingeniero civil? “Cuando analicé qué quería estudiar, vi que no tenia vocación para doctor, ni abogado, ni contador, sino que tenia deseos de crear algo que se viera y además recuerdo que, estando en la secundaria, buscaba la forma de ganar algún dinero en mis tiempos libres trabajando como comisionista para contratar la instalación de azulejos o canteras, visitando despachos de ingenieros y arquitectos con los que logré hacer amistad. Con esas relaciones me fue fácil decidirme por esta carrera la cual cursé en el Instituto Tecnológico de la Universidad de Guadalajara. En esos tiempos no se usaba continuar estudiando maestrías y como tuve la oportunidad al recibirme de conseguir el contrato de ejecución de dos obras de introducción de agua potable en dos poblaciones de importancia media en Jalisco, para la entonces Secretaria de Recursos Hidráulicos, ya no tuve tiempo de continuar estudiando algún postgrado”.

¿Cuál fue su experiencia más grata a nivel académico? “Pues fui el primero en mi generación en graduarme. Mi tesis profesional trató de un proyecto de generación eléctrica sobre el Río Santiago. A decir de mis profesores en mi examen profesional les gustó mucho por el grado de dificultad que tenía, ya que la mayoría de las tesis de mis compañeros trataban proyectos de alguna casa habitación”.

¿Hubo algún profesor que lo motivara o le enseñara algo que hasta la fecha le ha resultado relevante? “La facultad de Ingeniería tenía muy buenos profesores, dos de ellos fueron rectores de la Universidad de Guadalajara y siempre tuve muy buenas relaciones con ellos. Uno de ellos, el ing. Jorge Matute Remus, me motivó a buscar la ejecución de obras relevantes, ya que él fue reconocido por ejecutar el movimiento del edificio que alberga la telefónica de Guadalajara, el cual impedía la ampliación de la avenida Juárez y esto lo hizo sin que dejara de trabajar el personal en ese edificio”.

¿Cuál fue su primera gran obra y que le enseñó? “Realmente al inicio de mi carrera –con 23 años de edad–, tuve la oportunidad de ser contratista de dos obras de agua potable de la Secretaria de Recursos Hidráulicos. En aquel tiempo eran muy buenos contratos, y cuando tenía 25 años realicé la primera obra de introducción de agua potable en Puerto Vallarta. Cinco años después gané un concurso con el Banco Nacional Hipotecario y de Obras Publicas y, con el Gobierno del Estado de Jalisco, la obra de edificación más importante que se realizó en ese sexenio: el mercado Corona, en Guadalajara; fue el segundo mercado más grande de la ciudad. Estas obras fueron las que me consolidaron en mi carrera como contratista, dándome la seguridad y confianza en mi capacidad para poder realizar con éxito obras relevantes”.

¿Cuándo decide fundar su propia empresa e integrar el talento profesional de sus hijos en ella? “Inicié trabajando como persona física; después de algunos años, como persona moral como Constructora López Güitrón, SA de CV, y en 1992 se creó Odesa, para dar cabida en primer lugar a mi hijo Alejandro López Obregón, y posteriormente a mi hijos Jorge y Federico López Obregón; el primero abogado, y el segundo licenciado en mercadotecnia. Alejandro, comparte conmigo desde hace algunos años la dirección de la empresa. En el 2005 formamos la empresa Desarrollos y Construcciones Patrimoniales, SA de CV, para la realización de desarrollos propios, donde son accionistas todos ellos”.

A nivel constructivo ¿Cuál ha sido su filosofía de trabajo? “Hablando sobre mi filosofía de trabajo y de la vida me gustan dos pensamientos, uno que dice “Tengo una gran ambición de morir exhausto y no aburrido”, y otro de Woody Allen: “Me gusta el futuro porque es ahí donde voy a vivir el resto de mi vida”. El ingeniero piensa en varias frases; refiriéndose al éxito indica “nunca pensemos que hemos alcanzado el éxito, porque si así pensamos detendremos nuestro camino”. Para él “el poder, la fama, el prestigio y la riqueza son cosas pasajeras; incidentes de una vida y lo único perdurable es el afecto entre los seres humanos, el respeto que seamos capaces de profesar y merecer”. Asimismo, señala para CyT que: “el laborar de acuerdo a estos pensamientos y filosofías, me ha permitido trabajar con éxito y contar con el reconocimiento en el medio de ser una empresa que realiza las obras que se le encomiendan en el tiempo contratado y con excelente calidad. Esto lo hemos logrado durante 50 años en los que he trabajado en 22 estados de la republica, realizando más de 400 obras de diferentes especialidades como son: edificación, infraestructura urbana, carreteras, desarrollos turísticos, obras
hidráulicas, y vivienda residencial y popular”.


¿Qué ha representado para usted el uso de concreto y el cemento? El concreto y el cemento son materiales extraordinarios con los que se pueden construir grandes obras, pero siempre hay que ser muy cuidadosos y estrictos en su fabricación o en su uso, respetando los reglamentos que vigilan el comportamiento de ellos, quizá uno de los más importantes son los dictados por el American Concrete Institute (ACI)”.

¿Tiene alguna anécdota constructiva que le haya sucedido con el concreto?
“Tengo la experiencia de ser el primer contratista en Guadalajara en construir fachadas de edificios con elementos prefabricados, esto lo comento porque cuando estaba por recibirme de ingeniero en 1957, tuve la idea de proponer este sistema para que fuera utilizado en la fachada de un hospital de 12 niveles para la Secretaría de Salubridad y Asistencia. Para lograrlo preparé unas muestras que hice en mi casa moliendo piedras de diversas canteras y le propuse su uso al Ing. Matute Remus, mi profesor en la universidad y director de
esa obra. Posiblemente fue la primera vez que se usó ese tipo de fachadas prefabricadas en México. Cuando se le mostró esta piezas al arquitecto director de la obra que le decían “el pelón de la Mora”, arquitecto muy reconocido en México [se refiere al arq. Enrique de la Mora], realizador de grandes obras para el gobierno y para particulares, afirmó que no conocía ese material y lo aprobó para que fuera utilizado como fachadas de este hospital. Una vez que diseñó la forma y medidas de cada elemento prefabricado, me otorgó el contrato y para realizarlo formé una empresa que se llamó Prefabricación S de R L, para tal motivo instalé una planta en la obra”.

A más de cinco décadas ¿existe algún proyecto que le hubiera gustado realizar? “Tengo la ilusión de apoyar la renovación del Centro Histórico de Guadalajara, para lo cual estoy promoviendo con una fundación extranjera que destina fondos para este proyecto. Ojala lo pueda lograr”.

¿Qué proyectos actualmente realiza su empresa? “Estamos cerrando un ciclo de las obras 2007–2008. Hemos entregado obras como el Palacio Federal de Justicia en Xalapa, una Unidad Deportiva en Ciudad Netzahualcóyotl, en 45 hectáreas de superficie, para el Grupo CARSO, varias obras de puentes y casetas en el proyecto Arco Norte, tres edificios de condominios de lujo en Guadalajara y en San Miguel de Allende. Además, estamos iniciando un hotel en Puerto Vallarta de 35 mil metros cuadrados de superficie; el Hospital de Cancerología para el Gobierno de Guerrero en Acapulco, y bajo la modalidad de General Contractor, la construcción de un fraccionamiento residencial en 60 hectáreas de superficie para el Grupo Hines, en Monterrey; entre otros. Tenemos actualmente diez presupuestos en ejecución para concursar en importantes edificios de diversa índole, de los cuales esperamos se nos contrate alguno de ellos”.

¿Cuál es el perfil que debe cumplir un profesional para integrarse a su equipo? “El perfil que solicitamos es que demuestre su experiencia y capacidad con su currículum y que de inmediato se ponga la camiseta de la empresa como la tienen todos los que trabajan con nosotros y que su intención sea hacer carrera en la empresa. Los que nos demuestren su capacidad y lealtad siempre tienen trabajo con nosotros”.

¿Qué debe aportar la ingeniería a México en este momento? “Ser los realizadores de la infraestructura de un México modernocomo lo han logrado los países de primer mundo”.

¿Qué debe cambiar en el gremio de la construcción? “Que las constructoras tomen en cuenta para sus cotizaciones los elementos que les permitan cumplir en calidad y tiempo obteniendo una utilidad razonable
y no presentar cotizaciones bajas que las lleven a un quebranto económico o a su posible desaparición”.