ANIPPAC:
Un rubro con fuerza

Juan Fernando González G
Retrato: A&S Photo/Graphics
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Desde hace mucho tiempo ha quedado demostrado que con la inclusión de prefabricados en la construcción se puede conseguir una mayor rapidez y la consecuente reducción de tiempos y costos además de que se obtienen obras de gran calidad.

    

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Para conocer más acerca de los prefabricados, Construcción y Tecnología charló con el ing. Octavio Rodríguez Carranza, quien desde hace unas semanas funge como presidente de la Asociación Nacional de Industriales del Presfuerzo y la Prefabricación AC (ANIPPAC), posición desde la que, como señaló, buscará impulsar este sistema constructivo para que alcance un mayor dinamismo en el desarrollo industrial del país.

  Concreto versus estructuras metálicas

Para el ingeniero Octavio Rodríguez Carranza, presidente de ANIPPAC, el concreto y la prefabricación tienen amplias ventajas si se compara con una estructura metálica. “Al principio puede ser más barata, pero resulta que el problema de la estructura metálica es el mantenimiento y la seguridad porque deben colocarse recubrimientos muy caros para cumplir con las normas de incendio, etcétera. En cambio, el concreto prefabricado es un material más noble que no requiere mantenimiento.
La calidad del cemento mexicano es de primer nivel y con calidad de exportación. También podemos mencionar las ventajas del concreto autocompactable, que ofrece resistencias rápidas en cortos plazos Nosotros estamos ligados a la calidad del concreto, y en ese sentido hemos mejorado la calidad de nuestros productos”.

El especialista –egresado de la Universidad Iberoamericana– relata cómo desde niño, su vida ha girado en torno a la ingeniería. “Mi tío es René Carranza, socio fundador de ANIPPAC y dueño de la empresa para la que trabajo desde hace 20 años. Eso ha hecho que desde siempre yo haya escuchado hablar de los sistemas prefabricados, por lo que tengo muy presente los primeros congresos de la especialidad, que se celebraban en el entonces Hotel de México, en los que recuerdo que se le daba mucha importancia a la vivienda”. Este sector se encuentra íntimamente relacionado con la economía del país y con el impulso que cada gobierno le ha dado a la infraestructura, dice el ingeniero Rodríguez Carranza, por lo que, por ejemplo, durante el sexenio de 1988 a 1994 “hubo mucho dinero y la ANIPPAC creció mucho.
Después de 1995 se redujo en forma importante. En la actualidad las cosas van muy bien y podemos decir
que los prefabricadores hemos resurgido y tenemos todo para crecer. El momento es ideal ya que se ha anunciado la inversión que se va a hacer en la infraestructura en el país, lo que nos abre la puerta para participar en autopistas y muchos proyectos de gran envergadura, establece el entrevistado.

Ventajas innegables
La prefabricación está quizás desaprovechada en nuestro país, y estamos muy lejos de alcanzar los estándares de los países europeos en la materia, dice el directivo, quien no obstante apuesta por la expansión del sector que representa: “Hay mucho potencial y lo que necesitamos es difundir nuestro trabajo, porque realmente la prefabricación es un sistema eficiente, competitivo y de gran calidad que, además, ahorra costos”. La experiencia dicta, explica el directivo, que cuando existe un proyecto definido y se entrega un presupuesto difícilmente se incrementará al momento de su ejecución, “a menos que cambie el proyecto”, lo que no ocurre en el mundo de la construcción tradicional.

  Beneficios para todos

La ANIPPAC brinda numerosos beneficios, por ejemplo:
A los socios:
• Descuentos especiales en eventos (seminarios, congresos y cursos), publicaciones y programas de cómputo.
• Manual de diseño de estructuras prefabricadas y presforzadas gratuito.
A las empresas prefabricadoras:
• Certificación de plantas, difusión, relaciones, investigaciones acerca del uso y la aplicación de los elementos prefabricados y presforzados.
A los constructores:
• Asesoría especializada sobre el uso, propiedades e instalación de elementos prefabricados y presforzados.
A los proveedores:
• La posibilidad de ser asociados y colaboradores manteniendo un contacto constante con su mercado potencial (seminarios, congresos, desayunos, etc.)
A los estudiantes:
• La oportunidad de desarrollar su servicio social y tesis con el apoyo de la industria en el desarrollo de los temas relacionados con la prefabricación y el presfuerzo, así como la realización de prácticas profesionales y servicio social.
• Oportunidad de influir en las decisiones de la industria. Esto a través de su correo electrónico: anippac@hotmail.com, al cual puede enviar sugerencias, ideas, investigaciones, etc.

En cuanto a la intervención del prefabricado en el sector vivienda ésta aún es marginal; deben cambiarse paradigmas porque en México “cada quien construye su casa como quiere además de que tenemos una cultura de muchos años del tabique y del ladrillo. Claro, si hablamos de vivienda de interés social hay sectores de la prefabricación que entran fuerte, como es el caso de la vigueta y bovedilla, usada muchísimo para este tipo de construcciones y que le facilita a las empresas constructoras de megaproyectos de vivienda la construcción de estas casas. En esa parte sí podemos participar, pero en otra, la que corresponde a la residencial o de lujo, más bien hablaríamos de cumplir los deseos de los arquitectos”, dice en tono amable.
Rodríguez Carranza, quien cuenta con una especialización en Alta Dirección de Empresas por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, señala que la calidad arquitectónica de las empresas mexicanas dedicadas a la prefabricación es reconocida a nivel internacional, y como muestra señala a dos de sus agremiados, PRETECSA y FAPRESA, compañías dedicadas a las fachadas prefabricadas que han obtenido infinidad de premios.
“Una de las ventajas que quiero resaltar es el sistema de control de calidad con el que cuentan cada una de las compañías agremiadas a ANIPPAC”, dice el presidente de este organismo, quien abunda en su explicación y apunta que el hecho de tener personal calificado y con experiencia les permite ofrecer un servicio con menores tiempos de producción y con una calidad mucho mejor”.
Hay casos increíbles, que parecen inventados, “en los que se ven envueltos personas que no conocen lo que es la producción de este tipo de elementos; gente que ignora la tecnología y la manera en que deben producirse. Puedo comentar casos ‘de fábula’ en la que contratan trabes para puentes y un maestro las hace allí. Ven el plano, le meten el cable de presfuerzo y sacan sus piezas y jamás vieron que había que tensar sus cables, lo que provoca que al primer movimiento se reviente.

Esto sucede porque hay empresas que desconocen este ramo de la construcción, que contratan sin saber del asunto y que se basan en el precio. Claro está, se llevan una gran sorpresa con esta especie de piratería”, sentencia.

  A favor de un futuro sustentable

El nuevo presidente de ANIPPAC señala que: “en el proceso de producción de nuestras piezas usamos moldes metálicos que pueden utilizarse entre 10 y 15 años.
En cambio, la cantidad de madera que se utiliza en la cimbra para construir un centro comercial, por ejemplo, es enorme. El gasto que se tiene en ese rubro es impresionante… y finalmente hablamos de madera y de pegarle a la ecología. Hay que mencionar, asimismo, a los nuevos concretos que traen aditivos y aceleran el procedimiento. Antes utilizábamos calderas y ahora ya no
necesitamos quemar diesel. La contaminación que generamos es mínima, que no es comparable con la que se produce en una construcción de tipo tradicional”.

Crecimiento a la vista
Es difícil cuantificar el porcentaje con el que participan los elementos prefabricados en la industria de la construcción mexicana, pero lo cierto es que ronda el 2%, cantidad muy baja si se compara con la situación que se vive en Europa donde más del 50% de las edificaciones tienen el sello de la prefabricación.
Quizá una de los factores más importantes para que esto ocurra es que no existe suficiente información al respecto, por lo que los ingenieros y los arquitectos en su gran mayoría desconocen lo relativo a este tipo de técnicas. Hay que tomar en cuenta también que la situación económica de México es diferente a la que se experimenta en otras latitudes, donde el costo de la mano de obra es muy elevado y ello obliga a que se utilicen técnicas mecanizadas que abaraten el mismo. Aquí ocurre lo contrario, pues al disponer de mano de obra barata se promueve la continuidad de los sistemas tradicionales de construcción.
A pesar de esta visión el ingeniero Rodríguez Carranza apuesta por el crecimiento de la prefabricación, lo que ya ocurre con algunas empresas mexicanas que se especializan en fachadas y que exportan sus productos al extranjero; aunque en el caso de Estados Unidos, la desaceleración de su economía frenará quizás la incursión de estos pioneros. Por el contrario, al referirse a las empresas extranjeras que participan en el mercado nacional, el presidente de ANIPPAC dice que “no es imposible porque con la globalización todo puede suceder; pero el nivel de tecnología y de diseño nos permite competir fácilmente a
nivel internacional.

Yo he visitado plantas en el extranjero y realmente existen empresas mexicanas que tienen el mismo rango, si acaso con la quinta parte del tamaño de aquellas pero con la misma tecnología y equipos. Siento que por el tipo de obras y el volumen manejado en nuestro país podemos ser considerados como el líder de América Latina en este rubro, lo que no demerita lo que se hace en el resto de los países del continente”. El ingeniero Rodríguez Carranza se muestra optimista al asumir su responsabilidad al frente del gremio de la prefabricación y el presfuerzo y reafirma: “Estoy convencido de que esta industria realmente proporciona un servicio y beneficia a la construcción en México. Mi interés es seguir promoviendo las ventajas de estos sistemas y darle más difusión a nivel nacional para que un día el porcentaje de las obras prefabricadas sea similar a la de los países del primer mundo”, concluye.