Y ahora… una
nueva obra

Gabriela Celis Navarro

Hace apenas unas cuantas semanas, el mundo entero felicitaba al brasileño Óscar Niemeyer por los 100 años que cumplía, convirtiéndose en el arquitecto más longevo del mundo, sin lugar a dudas. Hoy, la felicitación para este maestro no sólo del arte de buen diseño sino de “la eternidad”, se extendió al haber sido terminada su obra más reciente: el Teatro Popular de la ciudad de Niteroi, lugar de nacimiento de este gran personaje.


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Con este colorido inmueble, donde destacan el verde, amarillo, azul y blanco, el propio arquitecto demuestra su vitalidad al haber estado presente en la inauguración del recinto el cual, por cierto, continúa con las líneas sinuosas que caracterizan su obra, así como con el uso del concreto desde una perspectiva alegre y dinámica. Esta obra, más otras existentes en Niteroi, como son el Museo de Arte Contemporáneo, por ejemplo, convierten a la localidad en la segunda ciudad brasileña -después de Brasilia, considerada por muchos como su obra maestra-, en albergar el mayor número de trabajos de este icónico arquitecto. Cabe decir que este teatro forma parte de una interesante revitalización de todo Niteroi, ciudad que, tiempo atrás, fuera la capital del estado de Río de Janeiro.
El teatro proyectado por Niemeyer, como se dijo, muestra unas interesantes curvas —que ya son casi sello de identidad de Niemeyer— hechas en concreto así como dos paneles gigantes de azulejos en donde están representados bocetos de figuras humanas en movimiento. Dentro de la obra, sobresale la existencia de un “palco reversible” multifuncional, que puede servir para espectáculos, de platea interior (para 350 personas), pero que también puede abrirse hacia una plaza —con capacidad para unas 10, 000 personas—con el fin de contar con una espléndida vista de la bahía. Destaca en este trabajo —pieza clave dentro del denominado “Camino Niemeyer”— la presencia de una pared de vidrio que brinda una bella vista al exterior. Cabe decir que Niemeyer tardó ocho años en realizar esta obra, entre otras razones, por no contar con presupuesto suficiente y de manera regular. Este retraso, comentó Niemeyer en una entrevista, generó que, en diversas ocasiones tuviera que modificarse el proyecto.