Bioclimática
creativa

Gregorio B. Mendoza
Fotografías: Cortesía Rec Arquitectura

En esta ocasión presentamos una impresionante obra internacional de hechura de uno de los arquitectos que mayor compromiso está demostrando con la
sustentabilidad: Emilio Ambasz.

Un despacho comandado por el arq. Gerardo Recoder, está realizando obras donde el concreto comulga y mantiene un diálogo intenso con el entorno; brindando no sólo belleza sino también gran confort. La casa “La Estadía” surge por la inquietud de crear un proyecto de diseño moderno en armonía con su entorno climático sin tener los problemas comunes de incomodidad térmica producida por diseños caprichosos estéticamente llamativos pero que ignoran las necesidades funcionales de la arquitectura.

    

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“Nuestra arquitectura es viable: optimizamos todos los recursos con los que como arquitectos o constructores podemos valernos para obtener resultados de alta calidad en su ejecución y habitabilidad. El
concreto es en este proyecto, sin duda alguna, uno de los mejores aliados que tuvimos pues no sólo resolvió con alta calidad nuestro diseño, sino que nos respaldó para lograr soluciones benéficas con enfoque bioclimático”, afirma Gerardo Recoder, director de Rec Arquitectura.

Hacia una arquitectura viable
El proyecto está dentro del fraccionamiento La Estadía; en un terreno de accidentada topografía. Al iniciar el trabajo conceptual de la obra —rememora Recoder— se pensó que esta condición sería una de las principales características a respetar del contexto, ya que inicialmente sugería el manejo de visuales hacia un paisaje contundentemente verde. Por lo anterior se posicionó la construcción en el punto más alejado del paramento de la calle denominada Calzada de los Pirules, para que al mismo tiempo no se alterara la visual en las fachadas de las construcciones aledañas del fraccionamiento, el cual exigía se respetarán condiciones tales como el uso de techumbres inclinadas de teja, divisiones colindantes con elementos verdes de 1.20 metros de altura, porcentajes estrictos de áreas libres y hasta el uso de equipos hidroneumáticos en las instalaciones del proyecto.
De esta forma el proyecto fue evolucionando hasta que la modulación de todos sus elementos resultó una de las condicionantes más importantes en su planeación, así lo demuestran los muros aparentes de concreto, los cuales son congruentes con el máximo aprovechamiento de los materiales, directriz constante que reduce el costo por desperdicios en obra. El resultado obtenido en un proyecto basado en un esquema en “L” lo que permite un sistema estructural modulado, muy funcional, encaminado a buscar la orientación sur, ya que el clima en la zona tiende a ser de temperaturas bajas en la mayor parte del año.

La creación bioclimática
El primer paso para el correcto diseño arquitectónico fue el estudio climático de Atizapán de Zaragoza, localidad situada en las afueras de la Ciudad de México, en una zona un poco más fría y húmeda que el centro de la metrópoli. La zona es boscosa y el terreno tiene una pendiente hacia el sureste. Las principales características detectadas son que el clima de “La Estadía” es semifrío (con una temperatura media al mes más cálido inferior a 21°C y una precipitación pluvial moderada, entre 650 y 1000 mm anuales) por lo que se considera que tiene requerimientos de calentamiento la mayor parte del año en las primeras horas del día. No tiene problemas de humedad relativa y los vientos dominantes provienen del noroeste. Consecuentemente se determinó que era prioritario promover la ganancia solar y proteger la casa de los fríos vientos invernales.
En base a las anteriores conclusiones Rec sugirió el empleo de las siguientes estrategias: se construiría un cuerpo de concreto estrictamente supervisado —para evitar agrietamientos— en sus etapas de colado y vibrado; se utilizaría una cimbra reforzada de poco uso y se dispondría de atención especial en la cimbra ya que las betas de los tableros serian el acabado final. También se realizarían colados parciales divididos según los elementos estructurales.
Aunado a esto se determinó que la mejor orientación solar para este emplazamiento fluctúa entre el sur y el sureste, por ello se utiliza una fachada desfasada 23º del sur hacia el sureste debido a que coincidía con la orientación que puede proveer la mejor vista, además de ofrecer una mayor protección contra los vientos fríos provenientes del noroeste ya que la pendiente natural del terreno desciende desde el noroeste hacia el sureste. Esta situación evita el impacto de los vientos menos favorables sobre la fachada con mayores zonas acristaladas. Por último también se consideró esta orientación por la posibilidad de aprovechar los restos de una antigua construcción inconclusa existente.

Estudio solar
Mediante el estudio solar se logró determinar que el área acristalada deseada era susceptible de crear un problema de confort térmico por enfriamiento en las noches y sobrecalentamiento de día ya que dicho material tiene altas propiedades de conductividad térmica por lo que deja escapar gran cantidad de calor en temporadas frías mientras que crea efecto invernadero cuando hay sol. Para remediar el enfriamiento se dispuso de un doble acristalamiento en la fachada principal y una cámara de aire de 5 cms de espesor con la finalidad de aprovechar las propiedades aislantes del aire. Asimismo, se propuso el uso de parteluces horizontales que están calculados para que sólo permitan la ganancia por radiación en los meses fríos cuando el sol tiene un ángulo de incidencia más bajo y lo detengan en los meses cálidos.

El concreto como elemento de almacenamiento térmico
Se propuso el aumento en el espesor tradicional de los muros y de los firmes de concreto de la casa con la finalidad de contener una mayor cantidad de calor actuando como una “pila” que capta el exceso de calor introducido al espacio habitable durante el día, evitando que se sobrecaliente el espacio, y que lo libera en la noche cuando existen requerimientos de calor. Si bien un espesor más delgado habría sido suficiente para cubrir las necesidades estructurales no habría tenido la masa suficiente para captar la energía solar disponible. También se emplearon muros de concreto ubicados hacia el norte para aumentar el efecto de inercia térmica y lograr una temperatura más homogénea a lo largo de las 24 horas del día. El espesor recomendado en estos muros fue de 15 centímetros por lo menos. La eficiencia térmica del concreto se evaluó con metodología de modelos matemáticos. Cabe mencionar que en el equipo de diseño de Rec trabaja un arquitecto ganador del Premio Nacional de Ahorro Energético otorgado por la CFE, el IIE y el FIDE.

Uso de muro Trombe
Esta técnica demostrada es considerada como un sistema solar activo ya que el calor captado mediante un efecto invernadero es almacenado en un muro muy grueso de concreto –en este caso de 25 centímetros- para que en la noche sea conducido al interior generando un consumo mucho menor al de los sistemas de calefacción convencionales.
La planta alta de la casa ha sido provista de un sistema de doble techumbre; la superior tiene como finalidad anular el impacto del viento frío sobre la losa verdadera y así minimizar las pérdidas térmicas conductivas durante los meses del invierno. Es como si el segundo techo actuara como sombrero del primero, enfatiza Recoder.

Sistema móvil de vagón sobre alberca
Se concibió la idea de usar una estructura móvil para cubrir la alberca pero que también se pudiera invierno. Es como si el segundo techo actuara como sombrero del primero, enfatiza Recoder. Sistema móvil de vagón sobre alberca Se concibió la idea de usar una estructura móvil para cubrir la alberca pero que también se pudiera integrar a la casa dependiendo de las necesidades. En días cuando el agua de la alberca se puede calentar a la intemperie se deja su superficie al descubierto, y en épocas de frío, cuando el calor acumulado durante el día se puede perder hacia el medio ambiente, se recorre la estructura con el fin de cubrir la alberca e integrarse a la casa y así minimizar la perdida térmica del agua y que el poco calor disipado permanezca dentro de la casa; arquitectónicamente permite nuevos espacios o coordenadas con funciones ajustables.
Este sistema móvil tiene una solución sencilla que se integra por un desplazamiento horizontal de rieles y ruedas. Como lo demuestra esta obra, para Rec, vale mucho más el ingenio que la inversión, por ello el proyecto adquiere importancia. Más allá de los logros y beneficios de la tecnología están las soluciones de bajo impacto y grandes beneficios. Por ello, esta casa deja claro que las soluciones sustentables también pueden realizarse con bajos presupuestos .

  El arquitecto sin modas

Emilio Ambasz nació en Argentina en 1943; obtuvo el grado de Maestro en Arquitectura en la Universidad de Princeton, donde se destacó como profesor del área de Proyectos. A mediados de la década de los setenta, su sentido crítico lo llevan a que un grupo de catedráticos lo seleccionen como curador del Departamento de Arquitectura y Diseño del Museo de Arte Moderno de Nueva York. Cabe decir que este personaje es quien da a conocer en el plano internacional al maestro Luis Barragán, a través de una gran exposición y libro que realiza en torno a la obra del maestro jalisciense. A partir de esas fechas comienza a generar obras donde la sustentabilidad es la principal restricción estilística y espacial; fundamenta su visión del espacio haciendo uso de concreto, acero y materiales locales demostrando que puede manejarse la arquitectura verde a nivel global y sin restricciones.

La Casa de Retiro Espiritual es la primera obra que le da fama en todo el mundo y su manifiesto contundente sobre el ideal ecológico del siglo XX. Ha dictado diversos seminarios en universidades norteamericanas, así como en la Hochschule fur Gestaltung de Ulm, Alemania. Entre sus proyectos se destacan el Centro Cultural Mycal, en Japón, el Museo de Arte Folklórico Americano, en Nueva York y los invernaderos para el Jardín Botánico de San Antonio, Texas, que recibiera varios premios, así como el Museo de Arte en Grand Rapids, Michigan. Desde 1980 es jefe de consultores en diseño de la empresa de motores Cummins, el mayor grupo industrial del mundo para la producción de motores diesel.

En el 2007, dentro del marco del Segundo Congreso de Arquitectura Sustentable, celebrado en la UNAM, recibió la medalla “Manuel Tolsá” por sus aportaciones en el tema. En el evento se destacó la influencia que ha provocado en arquitectos tan prestigiados como Herzog&De Meuron, quienes, actualmente recurren a soluciones que Ambasz usó hace más de tres décadas. Actualmente Ambasz reside entre Nueva York y Milán donde produce gran parte de su obra.