Un museo en
San Francisco

Gregorio B. Mendoza
Fotos: Cortesía Museo de Young

El Young Museum, de San Francisco
toma un segundo aire modernizándose por completo para mostrar una nueva piel con enriquecido contenido.

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La idea que llevó a Michael de Young a establecer en 1894 el primer museo de la ciudad se mantiene  vigente a pesar de su longeva historia y los cinco años que tuvo que pasar cerrado al público. La larga vida de esta sede cultural bien puede resumirse en tres palabras: crecimiento, intervención y futuro.

Precisión suiza

Con el último trabajo realizado a cargo de los arquitectos suizos Herzog & De Meuron (premio Pritzker 2001), esta sede cultural exhibe numerosas colecciones que representan a una amplia variedad de culturas de todo el mundo. Las obras de arte que forman parte de ellas cubren un periodo que va desde el comienzo de la historia de la humanidad hasta el presente. Así, el museo
reitera a nivel temático que sigue abierto y receptivo a la diversidad artística del planeta. Bajo esta condicionante ¿por qué no invitar al dúo de arquitectos más destacados de los últimos años y plantear un nuevo discurso arquitectónico y constructivo?

La respuesta se encuentra en cada rincón del proyecto galardonado en 2007 con el Premio Obras CEMEX en la categoría Internacional, como el mejor edificio sustentable. A pesar de todo en un principio el escenario parecía muy poco favorable para su realización.

  Acerca del despacho

Jacques Herzog & Pierre de Meuron
nacieron en la ciudad de Basilea,
Suiza en 1950. Después de estudiar
arquitectura en el Instituto Suizo
Federal de Tecnología, en Zurich entre
1970 y 1975, formaron su oficina en
1978, convirtiéndose en “Herzog
& de Meuron”. En 1997. Harry
Gugger y Christine Binswanger se
unieron al estudio como asociados y
posteriormente Robert Hösl, Ascan
Mergenthaler y Stefan Marbach.
Actualmente su despacho se
integra por 12 asociados y cerca
de 220 arquitectos trabajando en
más de 40 proyectos alrededor
del mundo. Cuentan con
oficinas en Londres, Munich,
San Francisco, Barcelona y
Beijing. Dos de sus iconos más
conocidos son el estadio Alianz
Arena en Alemania y el Estadio
Nacional de Beijing, sede de
los Juegos Olímpicos.

 

Cuando la nueva propuesta fue presentada al público local, la mayoría la rechazo. No entendían su valor y mucho menos los beneficios que planteaba. En vista de ello, el patronato decidió recaudar donaciones privadas para la construcción convencido de que la firma suiza era quien debía realizar el proyecto. Lo habían demostrado con anterioridad: una vieja estación eléctrica en Londres se convirtió en el Tate Modern, el museo de arte contemporáneo más visitado en el mundo actualmente.

No había ninguna duda y entonces comenzó la construcción. Si bien el diseño era singular, existía una preocupación latente sobre el comportamiento de éste ante los terremotos de esta zona geográfica. Pero la firma Rutherford & Chekene diseñó un sistema estructural tomando en consideración un estricto criterio contra desplazamientos verticales y horizontales (viento y sismo) por los antecedentes de daños previos causados por sismos como el de 1906 y 1989. Al reunirse por primera vez con los arquitectos, los ingenieros se comprometieron a no modificar ningúno de los aspectos físicos del proyecto: dobles alturas, cancelerías de piso a techo, visuales predominantes, etc. El trabajo les fue asignado y además de cumplir innovaron de forma sorprendente.

Diseño estructural y arquitectónico

El Museo Young es un rectángulo irregular –dividido en tres crujías longitudinales– construido sobre una gran losa de cimentación de concreto tratado con aditivos especiales contemplados para contrarrestar la humedad excesiva del lugar. Alrededor de esta plataforma existe un foso de poco más de un metro de ancho que tiene la función de absorber el movimiento del cuerpo principal de tres niveles y el estacionamiento del museo, a través de varias capas de neopreno y concreto que posteriormente serían imperceptibles gracias a diferentes acabados o vegetación contemplados en el diseño paisajístico.

Con esto se garantizaría que durante un evento sísmico este foso absorba por completo el  movimiento, botando los acabados para liberarse y no provocar ningún daño estructural como fisuras o desprendimientos. Por lo anterior, se dispuso de una retícula integrada por contratrabes y dados de cimentación de concreto donde se colocaron diversos dispositivos de control que permiten que la superestructura del edificio trabaje de forma independiente y pueda desplazarse en cualquier dirección hasta un máximo de 90 cm absorbiendo las vibraciones provocadas por algún sismo. En total se cuentan con más de 120 columnas de acero que generan marcos irregulares para dar sostén a entrepisos de losacero, patios interiores y la cubierta principal de todo el conjunto. Casi imperceptibles pero muy importantes resultan ser los contraventeos diagonales que se dispusieron en las galerías a doble altura y algunos sitios específicos que resultaron ser, según el proyecto estructural, los puntos más vulnerables a esfuerzos o cargas accidentales. Con todo lo anterior se diseñaron tres niveles y un sótano para albergar la museografía y el programa principal, todas ellas con la presencia constante de terrazas, voladizos y jardines interiores. Llegando a la gran plaza de acceso y comenzado el recorrido se localiza debajo de este nivel el auditorio, una galería para exhibiciones temporales y la tienda de souvenirs. En la primera planta, se ubican las galerías de arte iluminadas naturalmente, una cafetería y una sala de estar. Finalmente, el piso superior fue configurado para albergar pintura, escultura y artes aplicadas estadounidenses exhibiendo desde mobiliario hasta piezas maestras de diseño textil.

Si bien su diseño sorprende CyT preguntó a Robin Wander, director de relaciones públicas del museo: ¿Qué lo hace sustentable? A esto respondió: “La obra ha reducido en un 37% la superficie de construcción del museo original con lo que ahora se disponen de 27 mil m2 de construcción y un excelente proyecto de paisajismo –producto de esta área ganada– que fundamenta su  composición en piezas icónicas o de valor histórico de la sede original, algunas de ellas rescatadas y con más de un siglo de vida.

  Datos de interés

Nombre de la obra: The Young Museum.
Ubicación: San Francisco, California.
Superficie de construcción: 27, 000 m2.
Construcción: The Corporation of Fine Arts Museums of San Francisco.
Proyecto arquitectónico: Herzog & De Meuron y Fong & Chan Architects.
Diseño estructural: Swinerton Builders.
Cálculo estructural: Rutherford & Chekene.
Ingeniero residente: Patrick Kevin Hoy.
Proveedor de concreto: CEMEX Concretos.
Volumen empleado: 15, 000 m3.

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Pero evidentemente lo que más destaca del conjunto son los 7,200 paneles de cobre perforados, los cuales fueron fabricados en Kansas, y fueron diseñados bajo un complejo algoritmo matemático que permite el paso de luz natural en todas las fachadas que con el paso del tiempo se cubrirán de vegetación y teñirán de verde por la humedad. Es sustentable porque además cuidamos la  procedencia de los materiales: utilizamos más de 15,000 m3 de concreto integrado por cenizas volcánicas, desarrollado por CEMEX. Fuimos muy cautelosos en los procesos de construcción que los contratistas desarrollaron. Sabíamos que este material debe ser sumamente supervisado y así lo hicimos asesorándonos con especialistas porque buscábamos que este edificio envejezca  dignamente y este material en específico ayudó a resolver el punto clave: la estructura”.

Observatorio en torsión

Para Fong & Chan Architects –los socios locales– el mayor reto que tuvieron que enfrentar fue la construcción de la emblemática torre que supera los 40 metros de altura. El único gesto vertical del conjunto que se levanta en uno de los extremos, se resuelve con un gesto estructural que parece hacerla girar sobre sí misma; sin embargo, el verdadero efecto es propiciado por cada una de las losas de entrepiso que rotan alrededor del núcleo de elevadores. Cada una de estos entrepisos fueron construidos con concreto bombeado, cuidando con precisión el proceso de cimbrado autodeslizante y los ángulos de rotación de cada elemento estructural.

Uno de los principales retos a solucionar a nivel constructivo fue el maximizar cada una de las superficies y privilegiar las vistas de la ciudad que este elemento tiene. Por ello, el equipo de diseño de Herzog & de Meuron decidió ubicar las escaleras de emergencia a un costado de los lados cortos de cada losa extendiendo el espacio designado para aulas, tienda de souvenirs, biblioteca, y mirador. No fue algo fácil, la oficina tuvo que demostrarle al Fire Department local que la solución propuesta ofrecía la misma seguridad que un sistema tradicional. No es casualidad que éste sea el más reciente edificio vertical construido en San Francisco en los últimos años y aunque rompe el arquetipo de la torre convencional, ésta que por perspectiva simula una pirámide integra en su parte más alta un mirador panorámico desde el cual es posible apreciar todo el horizonte.

La arquitectura e ingeniería desarrolladas fueron excepcionales. Hoy, es uno de los iconos obligados de la costa oeste y la fórmula que plantearon los arquitectos de invertir para revitalizar, funcionó. Es uno de los sitios más visitados por turistas y actualmente de él se han desprendido diversos estudios estructurales que seguramente detonaran una fuerte influencia en obras posteriores.