Quién y Dónde

Al servicio de la
sociedad


Un hombre es capaz no sólo de transformar su destino, sino de hacerle ciertas afrentas a su pasado y sobresalir a base de esfuerzo entrega y pasión. El doctor Luis Esteva Maraboto es un ejemplo de ello en todos los sentidos


Quién y donde

Investigador del Instituto de Ingeniería de la UNAM desde 1959, Subdirector del mismo de 1970 a 1977 y Director de 1982 a 1991, así como Coordinador de la Investigación Científica de la UNAM de 1991 a 1993, Luis Esteva Maraboto es además profesor de las Divisiones Profesional y de Posgrado de la Facultad de Ingeniería desde 1959. Recibió en 1958 el grado de Ingeniero civil en la Universidad Nacional Autónoma de México y en 1959 el de Maestro en Ciencias en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT); nueve años más tarde obtuvo el grado de Doctor en Ingeniería en su alma mater.


Desde su cubículo en la UNAM, del cual señala que le da fuerza y mejoría con sólo llegar a éste a trabajar. El doctor nos recibe amable y emocionado. Comienza contándonos de sus primeros días como estudiante y sobre todo del por qué cree que decidió dedicarse a la ingeniería civil. “Estudié para ser ingeniero ya que mi padre no pudo hacerlo pero tenía mucha relación con el sector. Él se dedicaba a la venta de lotes en la colonia Romero Rubio; ahí se dio cuenta que también podía construir con mucha pasión y entrega. Quizá ahí fue donde inició mi motivación por estudiar ingeniería, ya que visitaba constantemente sus obras”. Un verdadero a ejemplo a seguir para él.


Quién y donde

En 1953 trabajó en la Escuela Nacional de Ingenieros, como profesor auxiliar. Y hacia 1955 ingresó a la Facultad de Arquitectura dando clases de estática, un año más tarde se convirtió en el auxiliar del ingeniero Oscar de Buen, quién posteriormente lo invitaría a trabajar en su despacho sembrándole un claro interés por las estructuras. Era aún un estudiante, y a pesar de su corta edad el talento ya comenzaba a serle reconocido por profesores y compañeros.


Con todo y su breve trayectoria las oportunidades siempre estuvieron ahí. El gran sismo de 1957 generó una reflexión en el país y en particular en las sociedades gremiales que motivaron el inicio de un proceso de mejoría para las normas sísmicas de construcción, tema que conoció muy de cerca casi al final de su formación profesional. Fue entonces cuando decidido a continuar sus estudios, buscó la beca de la embajada americana para irse al MIT y rechazó la posibilidad de iniciar posteriormente su doctorado en aquel país así que volvió a México. “En ese tiempo no se acostumbrada mucho aún el tema del doctorado y francamente pensé que se me requería más aquí que continuar mi estadía en aquel país”.


Regreso a México


Cuando llegó al Instituto de Ingeniería de la UNAM (IINGEN) a finales del año de 1959, comenzó a trabajar en las primeras pruebas en muros de mampostería sujetos a carga vertical y en modelos analíticos para análisis de losas con bordes libres para establecer criterios de diseño. Comprendió también a su regreso del posgrado en Estados Unidos que si se hacia una carrera profesional no sólo era para vivir cómodamente, si no para servir a la sociedad y ese compromiso lo refrenda día a día. El dr. cuenta que le tocó vivir en una época de grandes esperanzas donde existía la promesa constante que indicaba que el trabajo duro por cierto tiempo generaba progreso y así fue su panorama hasta los años setenta cuando se dio cuenta que eso a veces sonaba optimista.


Teniendo un amplio campo de conocimiento su práctica profesional lo llevó a emprender el diseño estructural y la consultoría en proyectos especiales colaborando con profesionales de la talla del ingeniero David Serur u Óscar de Buen, éste último uno de sus profesores. Además a nivel gremial comenzó su participación en la formulación de diversos reglamentos de construcciones para México y otros países. Fue profesor visitante en el Instituto Tecnológico de Massachusetts y de la Universidad de Stanford, así como conferencista magistral en numerosas universidades de México y del extranjero. Destacó como presidente de la Sociedad Mexicana de Ingeniería Sísmica (SMIS) de 1976 a 1980 y como miembro del directorio de la Asociación Internacional de Ingeniería Sísmica de 1969 a 1977 y de 1984 a 1992. Su voz tenía ya amplio reconocimiento.


Quién y donde Su quehacer en los últimos años ha estado vinculado a la investigación y sobre todo, a los estudios en el análisis de los peligros sísmicos. “En ese tiempo cuando inicié con el tema teníamos que acercarnos a la respuesta de, qué tan frecuente podíamos obtener intensidades de cierta magnitud en un lugar determinado tomando en cuenta la actividad del afluente sísmico”. Su planteamiento sería más tarde su tema para la tesis doctoral y su enfoque profesional estaba plenamente consolidado en el análisis probabilístico del peligro y amenaza sísmica, marcando cierta distancia de las estructuras (laboratorio) e introduciéndose más a la estimación de riesgos.


En el ámbito profesional –nos dice– quizá el mayor logro del doctor Esteva es haber establecido líneas de investigación que se han aplicado mundialmente en el estudio de riesgos sísmicos; la primera vez que se presentó una fórmula aproximada sobre el tema en criterios para el diseño la demostró un colega en 1967, el ingeniero Coronel ya fallecido. “Él posteriormente se fue a la Universidad de Stanford a impartir cátedra y logró cierto reconocimiento porque pudo publicar diversos artículos en inglés y español sobre el tema. Hace tiempo encontré con orgullo un escrito de uno de sus alumnos donde aborda la historia de la investigación que desarrollé y me sentí bien de saberlo. Sin embargo, para mí más allá del conocimiento, trayec-toria y los reconocimientos obtenidos -nos dice con mucha tranquilidad- el logro más importante que he tenido es el poderme brindar a la sociedad”.


¿Qué ha cambiado desde su perspectiva en la investigación y cómo influyen estos cambios en la práctica profesional?, le preguntamos, a lo que nos dice: “La posibilidad de tener concretos de mayor resistencia y la capacidad que las que se tenían en mi etapa de formación ha hecho posible que haya edifi-cios más altos y de muy diferentes cualidades. Mucho de lo que se puede hacer ahora no se podía hacer antes, sobre todo en estructuras donde necesitamos no sólo resistencia sino capacidad de deformación y no degradación mayúscula ante ciclos de carga, eso es lo que hemos ganado con las estructuras de concreto hoy en día. Debo decir que aunque mi énfasis en la investigación no sólo va dirigido al concreto, en su mayoría los casos que he analizado son de ese tipo. Siendo profesor me encuentro trabajos de becarios interesados en profundizar más en el tema o en el acero y nos interesa utilizar bastantes modelos para comprender el comportamiento de secciones de con-creto y hacer modelos matemáticos más avanzados sólo que hay que tener un equilibrio entre precisión y tiempo”. Asimismo, Esteva Maraboto explica que en la actualidad se presenta una evolución radical en el poder de definir las condiciones de compor-tamiento de una estructura ante un temblor no en términos de su coeficiente o resistente lateral, sino de los parámetros al exceder su resistencia nominal y saber hasta dónde se puede deformar. “Ahora eso es claro, lo podemos hacer ahora con los medios de cómputo que se tienen, hace 30 años no se tenía una tecnología así y eso implica otro tipo de compromisos profesionales”.


Su legado


A sus colegas les pide que sean rigurosos con su tra-bajo ya que desde su perspectiva la computadora ha cambiado el sistema de trabajo. “Tienen que compren-der por qué está pasando algo, entender lo qué pasa con los resultados y realizar todo estudio necesario, no dejarse llevar por los números que nos den los pro-gramas. A los alumnos simplemente les hago ver todo lo que hay detrás de los modelos simples con que los ingenieros trabajamos, no podemos utilizar para condi-ciones de diseño normal todo lo de una metodología. Me gusta mucho enfatizar que si éste es el criterio de diseño que está propuesto estoy de acuerdo pero el hecho de que lo haga uno de esa forma no garantiza que no hay factor de riesgo”.


Señala que parte de los problemas que tiene la ingeniería como profesión es que en muchos casos no se tiene la visión clara de que los modelos que se presentan en la práctica tienen la finalidad de ri-gidizar las cosas y que tienen que cuidarse muchos aspectos relacionados con satisfacer las condiciones de confinamiento para garantizar aún más el tipo de comportamiento dúctil se requiere. “Está claro, la re-sistencia no es lo único, la ductilidad, la capacidad de no degradación, se garantiza en los detalles y éstos han sido la razón de muchas fallas de estructuras de concreto y acero”.


Para finalizar nos recuerda con orgullo su relación con el IMCYC, la cual la tiene muy presente. “Siempre ha sido muy estrecha ya que me han invitado en diver-sas ocasiones a dar conferencias en los eventos que realizaban. En general me hablaban muy seguido ya que al principio trabajaba en el área de estructuras de mampostería reforzadas con elementos de concreto, no recuerdo si llegué a ser miembro de algún comité especifico del Instituto; recuerdo que yo asistía mucho al IMCYC y de mi gran amistad con Cutberto Díaz Gómez, uno de sus primeros directores. Es un honor estar en sus páginas”.


Convencidos de que el honor es todo nuestro esperamos que sean muchas más las voces de ta-lentosos personajes mexicanos como este que nos ayudan a replicar el compromiso por un país en franca mejoría.


 

TEXTO: Gregorio B. Mendoza

RETRATOS: a&s photo/graphics

 

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