La suiza Holcim dio a conocer un acuerdo para comprar a la francesa Lafarge, lo que permitirá la creación de la mayor cementera del mundo con ventas combinadas de 32,000 millones de euros o lo que es equivalente a 44,000 millones de dólares.
Los accionistas de Lafarge recibirán una acción de Holcim por cada papel que tengan de Lafarge, mientras que el grupo combinado tendrá sede en Suiza y cotizará en Zurich y París.
Esta fusión ayudará a las empresas a reducir costos, recortar deuda y hacer frente mejor a los crecientes precios de la energía y una menor demanda que han golpeado al sector desde la crisis económica de 2008.
Los grupos se complementan bien geográficamente, pues Lafarge es más fuerte en África y Holcim tiene más peso en América Latina, por lo que los mercados emergentes, generarán alrededor de 60% de las ventas, pero ningún país por sí solo representará más de un 10%.
Lafarge y Holcim confirmaron que venderían negocios por entre un 10 a 15% de las ganancias antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización (EBITDA ) del grupo para satisfacer las preocupaciones antimonopolio, por un total de 5,000 millones de euros.
Con esta unión prevén erigirse como el mayor grupo mundial de materiales de construcción, ya que la presencia de ambas en los mercados Europeos y de Norteamérica es equilibrada.
Al respecto el presidente del Consejo de Administración de Holcim, Rolf Soiron, destacó que en Latinoamérica el mayor centro de actividades de Holcim está en México, donde cuenta con más de 3,000 empleados y siete plantas con una capacidad de producción de 12.2 millones de toneladas anuales; de ahí se extiende a Brasil, Argentina, Chile y Ecuador, con más de un millar de trabajadores en cada uno de estos países, así como a Colombia, Nicaragua, El Salvador y Costa Rica.
Por su parte, Lafarge opera en Brasil, Ecuador, Honduras, México y Jamaica, y cuenta con más de 2,500 empleados en un total de 16 plantas de producción.
Los analistas de ambas firmas han proyectado que el 60 % de las ventas conjuntas se realizarán en países de fuerte crecimiento y en países en desarrollo, en donde hay necesidades en infraestructura y en construcción.