La obra de un visionario

Published on Thursday, 24 October 2013 09:56
Written by Yolanda Bravo Saldaña
La obra de un visionario

Conocido por pocos; el húngaro Antti Lovag es un arquitecto que definitivamente, dejó honda huella con sus obras en ferrocemento y su imaginación.

Hay muchos arquitectos famosos en la historia y en el mundo; sin embargo, pocos llegan a ser legendarios, llegando a obtener un halo de misterio y curiosidad en torno a su vida y a su obra. Este es el caso de Antti Lovag, un grandioso creador que nos legó una obra en verdad única, visionaria y plena de autenticidad.

Nacido en Hungría en 1920 (hijo de padre ruso y madre finalndesa), Antti Lovag estudió primero Arqui.tectura naval en Estocolmo. Posteriormente, se fue a la ciudad de París para ingresar a la Escuela de Bellas Artes, de donde se graduó en 1947. Sin embargo, fue a partir de 1960 que comenzó a poner en práctica parte de su ideario plástico, a lo que él denominaba “habitología” (habitologue, en francés). Una serie de experimentos de vivienda en los que no sólo él sino otros personajes igual de audaces y visionarios, como Pascal Haüsermann, Jacques Couëlle y Jean-Louis Chanéac, compartieron el concepto de la llamada Arquitectura orgánica u Organicismo; ésa que está basada en las formas de la naturaleza y hasta en el propio cuerpo humano.

Para muchos, Antti Lovag no es considerado un arquitecto, sino un artesano; una especie de “antiarquitecto”; un ser radical que estuvo en activo hasta los 87 años inmersos en su ideario personal; mismo que fue seguido por algunos y retractado por otros, y quien tuvo en su concepto de “habitología”, el pro.yecto de su vida.

Muchos de los arquitectos inmersos en el organicis.mo, entre los que se encuentra Antti Lovag, han consi.derado que el círculo es la esencia de la arquitectura. Por ejemplo, el especialista Heinz Rasch decía que el círculo pertenece a una de nuestras más tempranas impresiones, como pueden ser, el ver la luna, el sol, los ojos, la boca, una manzana o una pelota; de ahí que desde la antigüedad troglodita, esta forma se encuentra presente en la mente del ser humano; por tanto, es lo más natural su reproducción en los espa.cios habitables.

Así, por ejemplo, en la casa estudio del propio Antti Lovag, la naturaleza pareciera adentrarse en los domi.nios del creador; él respeta el entorno que tiene. Seacomoda a éste, no éste al creador. Para Antti Lovag, la línea recta es una agresión contra la armonía, dado que en la naturaleza, la línea recta, en sí no existe, señala este artífice. Los espacios habitables deben ser respetuosos de la tierra, no en sentido contrario.

La casa Pierre Cardin

Una de las piezas más emblemáticas de Antti Lovag, y quizás la más conocida de este extravagante personaje, coloquial como la “Casa burbuja”, localizada en la es la casa que realizó en la costa mediterránea y que Costa Azul francesa, en la localidad de Théocule sur fuera de tal agrado del diseñador Pierre Cardin, mer, entre Niza y Cannes, se trata de un palacio casi de color rosa, de aspecto futurista que sin duda, llama la atención a cualquier persona que lo conozca.

Antti Lovag inició esta obra en 1968 pero aún no está terminada. En la actua.lidad pertenece a la oficina de Patrimonio de Monumen.tos Históricos de Francia. El nombre de “Casa Burbuja” proviene del hecho de que la residencia está realizada con estructuras circulares de ferrocemento, que semejan pompas de jabón.

Las estructuras se van uniendo unas con otras, conformando así la impresionante vivienda de 1,200 metros cuadrados. Por su parte, el jardín tiene 8 mil 500 metros cuadrados. La comunicación interior se da a través de pasillos con curvas, escaleras y túneles subterráneos con los cuales se puede acceder a las diferentes habitaciones.

El interior va completamente de acuerdo con el exte.rior: camas de forma circular; tinas redondas en los baños; mobiliario de características minimalistas; ventanas en forma de ojos de buey; sinuosos y mullidos sillones, así como lámparas y esculturas provenientes de la imagina.ción de este artista. Destaca una gran piscina, también redonda, que cuenta con una pequeña cascada rodeada de palmeras; pero sobre todo, con una espléndida vista al mar Mediterráneo. También cuenta con varios miradores interiores con algún sillón de forma curva que invita a go.zar de la vista exterior, pero guardando cierta intimidad.

Otra obra notable de este radical creador es la Casa Bernard, realizada en 1971 para el industrial Pierre Ber.nard; una obra en la cual nuevamente la postura de la “habitología” de Lovag está presente al darnos una obra que pareciera escaparse de la propia arquitectura, pues para él, “la arquitectura no me interesa. Es el hombre; el espacio humano el que me interesa. El crear una envoltura para que el ser humano; hechas a la medida”.

Más allá de la originalidad que puedan tener las obras de Antti Lovag, lo que nos ha demostrado, al igual Organicismo, que pueden darse otro tipo de viviendas más allá de las convencionales.

En este sentido, la obra de Lovag nos sirve para preguntarnos sobre la profundidad, o banalidad de la habitación humana, después de décadas de estudios y de estilo. De cómo la imaginación humana puede estar por encima de los convencio.nalismos; no obstante que en su momento, Antti Lovag tuvo sus detractores quienes lo acomodaron dentro del esquema de “arquitectura pintoresca”, llegando a decir que sus obras “ensuciaban” el paisaje. Como dice el re.frán: “Para gustos se hicieron los colores”. En este caso, también es importante reco.nocer en este notable autor, a un maestro del ferrocemento, ese gran sistema constructivo que brinda posibilidades infinitas dada su flexibilidad. En suma: no se puede negar que son muchos los legados que nos heredó el ensoñador Antti Lovag.

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