La casa del piano

Published on Tuesday, 22 October 2013 10:07
Written by Gregorio B. Mendoza
La casa del piano

Con esta obra del despacho T3arc, vemos una arquitectura honesta, sin ornamentación, ni pretensiones. Una obra que presume la mano de su creador y el empleo correcto de la luz, la tectónica y la eficiencia constructiva.

Simplicidad estética

Alfredo Cano se graduó como arquitecto en la Universidad de las Américas de la ciudad de Pue.bla en el año 2000. Hizo estudios de posgrado en la Universidad Politécnica de Catalunya, con el arquitecto Josep Muntañola y con el arquitecto Carlos Ferrater, en 2002. Trabajó para diferentes arquitectos entre los que destacan Zvi Hecker, en Berlín durante el 2003. Inició su trabajo indepen.diente bajo la firma T3arc - Taller de Arte y Arquitectura en el 2005 en la ciudad de Cuernavaca, More-los, buscado responder con cons.ciencia al entorno natural, histórico y social, de cada obra.

Merecedor de diversos reconocimientos, su trabajo se caracteriza por una síntesis particular de la es.tética espacial y de los procesos de construcción. Así, Casa Materka, es un proyecto que la firma desarrolló para el pianista y concertista Radek Materka, en la Ciudad de Puebla.

El arquitecto Alfredo Cano comenta a CyT sobre el origen de la encomienda. “Radek conoció una casa que construí en Cholula años atrás; le gustó y pensó que yo podría hacerle una casa a ellos. Nuestra relación fue muy buena, todo fue claro desde el principio y nos permitieron hacer exactamen.te lo que propusimos. Creo que el hecho de que él sea un artista, faci.litó nuestro trabajo, pues creyó en nuestras ideas y se comprometió con nosotros a intentarlas”.

La vivienda se construyó dentro de un fraccionamiento; funciona y fue diseñada alrededor de un piano cuyo sonido debía de conte.nerse. “Se desplanta en un terreno de 220 m2, en el cual debíamos conseguir que el pianista –nuestro usuario- obtuviera correctas con.diciones acústicas en un espacio amplio para poder dar recitales y clases en grupo. Al mismo tiempo debíamos proteger de la música y de los ensayos constantes a los vecinos y el resto de los habitantes de la casa. Por ello, formamos un cajón de piedra en los linderos del terreno, al que fuimos atravesando con trabes de concreto en sentido transversal que a modo de puentes cargaban la planta alta, dejando gran parte del terreno libre y ais.lado en planta baja.

Por su parte, en el centro de este espacio, bajo la recamara principal, queda la sala, donde el piano es el protagonista; el que tiene el rol principal de la escena. Destaca el hecho de que los pisos de madera reciclada, junto con la porosidad de la piedra, absorben todo el sonido que produce”.

La casa cuenta con dos recama.ras soleadas y un estudio de cine oscuro en planta alta. Envuelta en piedra, este proyecto se abre al sol durante todo el día, negando las vistas al exterior y consiguiendo que al contacto con el sol se per.ciba una casa muy ligera. Sólo se notan algunos detalles de ladrillo y el trabajo de carpintería con toda la cimbra en el concreto. Así, se logró que ningún acabado pudiera quitar la atención de una casa que parece en constante movimiento por la luz. Una representación y reinterpretación de la arquitectura mexicana, simple y real, como la que está en sus cercanías, afuera de los fraccionamientos; quizás siempre esperando ser modificada.

Evidentemente, el concreto se encuentra en franco equilibrio con su presencia solemne, en complicidad con la ligereza del vidrio y la calidez de la madera. El arq. Cano señala que decidieron emplearlo en esta obra porque la idea estructural era más completa e integral al hacerlo con concreto. “Pensábamos que al hacer trabes con esas proporciones, evitábamos gastar en herrería o acabados pos.teriores, así que lo empleamos y nos dio muy buen resultado. Debo decir que trabajar en concreto representa además hacer las co.sas bien una sola vez. Porque nos gusta su aspecto final; porque nos gusta la manera de hacerlo. La idea de poder colar y dejar listo implica un ahorro de tiempo y dinero. Sig.nifica rigidez y simplicidad”.

Simplicidad constructiva

Constructivamente podemos destacar los muros ciclópeos de piedra los cuales reciben una serie de grandes vigas de concreto impo.nentes pero estilizadas, marcos ideales para observar el cielo o parteluces irrefutables durante el día. La vivienda se apoya en éstas, y se limita con muros de ladrillo aparente y grandes ventanales.

En la fachada principal, tres huecos definen la máxima expre.sión formal de la vivienda: una pequeña ventana; el acceso para el coche y un gran panel de madera de dos niveles que da acceso al pa.tio-corredor exterior. Los espacios interiores, de apariencia austera, combinan los mismos acabados además de los pisos de madera. Su riqueza reside en su luminosi.dad, en su gran intimidad y en las conexiones visuales que se cruzan una vez que se ha traspasado el umbral de la entrada.

El clima actúa en los ambientes de modo indirecto: la luz se refleja sobre los muros de piedra para ilu.minar los interiores, a los que llega atenuada y enriquecida con matices únicos. Por otro lado, se prescinde de áreas verdes consolidando la idea de que el paisaje no sólo se consigue con la apertura visual o con la presencia de pasto. En este caso, se recurrió a la naturaleza de los materiales para evidenciar tex.turas y el paso del tiempo actuando sobre ellos para lograr un paisaje tectónico sin cosmético.

Se trata de una arquitectura de apariencia desnuda que evidencia que los valores espaciales, forma.les y funcionales van más allá de las modas y los acabados suntuosos; es decir, de la apariencia. En este proyecto se reduce el impacto de la arquitectura como imagen y se profundiza en el análisis de la expresión de todos los materiales en armonía con el tiempo, el sitio y la vida cotidiana de los usuarios. Es un proyecto que se aproxima a entender la manera en cómo viven los usuarios y no impone una forma preconcebida de su creador por habitar el espacio.

Dentro de los aspectos más memorables de este proyecto, Alfredo Cano comparte su expe.riencia al señalar “que trabajar de una manera ordinaria y obtener un aspecto no ordinario implicó tener problemas con los vecinos (muchos de los cuales ya se han solucionado). El aspecto de la casa no representa como se vive el lugar por dentro. Es una casa llena de luz, y la calidez que el concreto da, y que generalmente no se espera. Sin embargo, lo más memorable es haber tenido una relación con clientes que te permi.ten hacer completamente lo que propones; alguien que te da toda la confianza y respeto y que verdade.ramente confía en que harás lo me.jor para su presupuesto y su manera de habitar. Lo más complicado fue esperar que el resultado fuera grato. Cabe decir que los muros de piedra fueron complicados y costosos. También fue un reto el esperar que el piano verdaderamente tuviera buenas condiciones acústicas que al final, funcionó perfectamente. Las dovelas, lo rústico en el concreto, en la piedra y las maderas recicladas, hacen una muy buena combinación para fines acústicos. El piano se escucha con mucha claridad, y el objetivo se cumplió correctamente.

El espacio puro

Alfredo Cano señala que es motivo de satisfacción saber que los habitantes siguen contentos de vivir ahí; que les agrada el lugar que ahora, ya es su refugio: “Creo que este proyecto representa con claridad que lo importante de un lugar es mucho más que su aspecto y el acabado o los lujos que éste puede tener. Es un pro.yecto que me obligó a pensar más en cómo el espacio se relaciona con el exterior y cómo siempre existe una transición que debes preparar; cómo la luz lo modifica todo y cómo el cambio en alturas y proporciones genera lugares distintos y con características especiales en cada zona. Para mí, este proyecto me permitió quitar la atención a muchos materiales y sistemas constructivos que pre.tender hacer que la arquitectura dependa de ellos, haciendo una arquitectura mucho más susten.table al no necesitar de tantos otros materiales y/o accesorios en los que equivocadamente recaen las cualidades de la arquitectura comúnmente exaltadas”.

Una lección

Esta obra es ante todo un compendio preciso de contrastes entre materiales y sus cualidades constructivas, cromáticas y expresivas; una lección de arquitectura congruente, sin escenografía, que desarrollada entre líneas rectas y trazos duros, no deja de ser abrigadora y cálida. Es un proyecto que entiende al color como cualidad intrínseca del material; que comprende las cualidades del concreto para entablar un dialogo mucho más artesanal que industrial, que hace más humana la manufactura arquitectónica, que deja poco espacio para el engaño y que nos recuerda a grandes obras de maestros mexicanos como, por ejemplo, Juan O´Gorman.

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