LA CASA DEL INFINITO: Una poética de la arquitectura

Published on Friday, 09 January 2015 08:17
Written by Raquel Ochoa Martínez
LA CASA DEL INFINITO: Una poética de la arquitectura
Ver artículo en PDF

“En un lugar maravilloso que es como un trozo de paraíso terrenal, en Cádiz, levantamos un plano infinito frente al mar infinito, la casa más radical que jamás hemos hecho”.

La arquitectura sobre la playa de la bahía de los alemanes, junto a Zahara de los Atunes en Cádiz, se expresa con un lenguaje poético y radical que irrumpe y da continuidad a la historia del hombre, a través de la arquitectura de Alberto Campo Baeza.

La Casa del Infinito es diferente, da la sensación de trascender en el tiempo. No hay fronteras ni límites solo el espacio infinito que integra y define al hombre sobre un podio horizontal. Para la Revista Construcción y Tecnología en Concreto, el arquitecto español Alberto Campo Baeza, merecedor de múltiples menciones y pre- mios internacionales. Académico de número de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Catedrático de proyectos de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid, la ETSAM, entre otros espacios académicos mundiales. Expone su obra realizada en uno de los lugares más mara- villosos e históricos de Cádiz.

Al sur de la provincia de Cádiz y junto al mar del Atlántico, en la entidad de Zahara de los Atunes perteneciente al municipio español de Barbate, en Cádiz, Andalucía, está la radical y asombrosa Casa del In- finito, diseñada por el arquitecto Alberto Campo Baeza.

La Casa del Infinito no sólo es un lugar para habitar sino, al mismo tiempo, es un encuentro del hombre con el tiempo y su permanencia en la tierra. "Querríamos que esta casa fuera capaz no sólo de detener el tiempo, sino además de permanecer en la memoria y en el corazón de los hombres", enfatiza Campo Baeza.

La propuesta de tan singular vivienda es una solución arquitectónica que requirió de precisión casi poética. Pareciera una búsqueda por las sensaciones del hombre y su arraigo al espacio infinito, sin fronteras que lo aprisionen. El hombre y su tiempo en libertad y paz.

Para el arquitecto español, hay un principio esencial para crear espacios de formas sobrias, puras y precisas "pensar con las manos y construir con la cabeza".

Su obra -La casa del infinito- junto al Atlántico es la materialización de un proceso de reflexión sobre los sistemas constructivos y su irrupción sobre el espacio, para dar forma a una volumetría, donde el elemento central es el plano horizontal elevado. "Intento entender los sitios antes de nada. No impongo una arquitectura abstracta, cruel y dura", dice Campo Baeza.

La característica fundamental de la arquitectura del creativo es una constante investigación del espacio y su entorno. Para
él, la arquitectura es como la poética, re- quiere de precisión y de investigación. "Los arquitectos son investigadores para hacer una arquitectura a fondo". Una constante explotación de las tecnologías constructivas elementales para materializar ideas que se traducen en espacios sorprendentes que estimulan sensaciones. "En zonas con un entorno agresivo se decanta por proyectos más introvertidos. Cuando hay un paisaje que aprovechar, surgen sus poéticos mira- dores al infinito", ilustra el creativo.

TRAS LOS CIMIENTOS

El punto de partida es de la casa del infi- nito surge a partir de la necesidad de un matrimonio belga, por permanecer y echar raíces en uno de los espacios blancos de Andalucía. Campos Baeza ofreció una so- lución innovadora y básica que cuenta de los orígenes del sitio. El punto de partida de tan insólita vivienda tiene su origen en la petición de los clientes: permanecer y echar raíces en lo blanco de Andalucía. La solución creativa, innovadora y básica desciende de la historial del sitio.


"Los romanos estuvieron allí hace un puñado de siglos. Bolonia, las ruinas de las factorías pesqueras romanas donde elaboraban el garum y levantaron algu- nos templos a sus dioses. En su honor hemos construido nuestra casa, como una acrópolis en piedra, en travertino romano". "Un poeta griego, diría que éste es un ver- dadero tememos, el lugar donde, según la mitología, los dioses se encuentran con los hombres", reflexiona el creativo.

El sitio es "un lugar maravilloso que es como un trozo de paraíso terrenal, en Cádiz, levantamos un plano infinito frente al mar infinito, la casa más radical que jamás he- mos hecho. Al borde mismo de las aguas del Océano Atlántico, donde el mar une el nuevo y el viejo continente surge una plataforma de piedra. En el lugar por el que cruzaban y cruzan todas las naves que vienen del Mediterráneo a abismarse en el Atlántico".

¿Qué es el plano horizontal en alto, sino la búsqueda del equilibrio y la horizontali- dad? El reposar, permanecer, asentarse, no es otra cosa sino el origen del hombre en sociedad, del hombre que se encuentra en el plano horizontal, el gran podio o basamento que Campo Baeza lleva a su máximo en la Casa del Infinito. "Allí hemos levantado una casa como si de un muelle frente al mar se tratara. Una casa que es un podio coro- nado por un plano horizontal superior. Sobre ese plano horizontal rotundo, despejado y desnudo, nos situamos frente al horizonte lejano que traza el mar por donde se pone el sol. Un plano horizontal en alto, construido en piedra, en travertinos romanos, como si fuera de arena, un plano infinito frente al mar infinito. Nada más y nada menos".

Y es que, la construcción del plano horizontal no es un concepto "antiguo ni moderno, ni clásico ni vanguardista. Es un mecanismo, una situación que hace relación a los temas más básicos del hombre en su condición de ser físico dependiente de la ley de la gravedad, que no puede evitar. O mejor aún, que si la Arquitectura, que es para el hombre, que es su centro, no puede dejar de contar con la gravedad como ingredientes necesario, la cuestión del plano horizontal seguirá siendo un tema ineludiblemente básico".

"El plano horizontal es el límite entre lo tectónico y lo estereotómico, entre la cabaña y la cueva. El elemento superior desaparece y sólo nos queda la platafor- ma desnuda. Para materializar este plano horizontal elevado, que es la estancia principal de la casa construimos una gran caja de

20 metros de frente y 36 metros de fondo. Y bajo los primeros 12 metros excavamos dos plantas en el sólido capaz de piedra para desarrollar todo el programa de la vivienda”, agrega.

La plataforma desnuda, es el elemento principal del hogar, el primer espacio que sus habitantes encuentran una vez que traspasa sus muros. El plano infinito frente al Océano Atlántico cubre su desnudez con una piscina -elemento puro y sobrio-, y dos muros que protegen del viento. El tiempo desaparece sobre el plano horizontal que irrumpe al horizonte lejano transformando la mirada en el azul del océano atlántico.

En tanto que, en el primer nivel se ubican las habitaciones de los niños y una salida al jardín, que es de arena y, por tanto, se confunde con los límites de la playa. En la segunda planta están el dormitorio prin- cipal y las zonas comunes, como el salón y el comedor que disponen de vistas al mar. “Para que esa plataforma tenga más fuerza incorporamos todo el terreno hasta el muro de entrada que nos separa de la calle, también en travertinos romano. La entrada a la casa, traspasado este muro, se hará “en trinchera” por unas escaleras excavadas en el plano de la plataforma. sobre la desnuda plataforma de piedra, tres muros nos guardan la espalda y los costados protegiéndonos del fuerte viento allí dominante. A veces pareciera que al- guien allí abriera el odre de los vientos de Eolo. Los mismos vientos que empujaron la embarcación de Ulises en su nostos”.

Las asombrosas creaciones del arqui- tecto español se expresan a través de lo esencial, pero su carga se sintetiza en la historia del arte, y la búsqueda del hombre por la belleza. “Hay un precioso aguafuerte de Rembrandt de 1655, Cristo presentado al pueblo, que siempre me ha fascinado. Allí Rembrandt traza una línea recta, horizon- tal. Perfectamente recta y perfectamente horizontal. Es el borde del potente estrado, podio, sobre el que se desarrolla la escena. Allí, como Mies hiciera tantas veces, ha convertido el plano en línea. Estoy seguro de que a Rembrandt, y a Mies, esta nuestra casa podio, todo podio, sólo podio, les gusta- ría. Y a Adalberto Libera, pues eso fue lo que hizo cuando construyó la Casa Malaparte en Capri. Y a nosotros también. Y cuando desde la playa contemplemos nuestra casa, nos acordaremos de todos ellos”, finaliza Campo Baeza.

Print
DE CLICK AQUÍ PARA ENVIAR UN COMENTARIO