Continuidad en concreto

Published on Tuesday, 01 July 2014 13:00
Written by Gregorio B. Mendoza
Continuidad en concreto
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En 1981 el arquitecto yucateco Augusto Quijano Axle tuvo la responsabilidad de diseñar el Plan Maestro para el campus de la Universidad Anáhuac Mayab, más de tres décadas después, es él quien retoma el proyecto para incorporar en el planteamiento original el nuevo edificio para el Instituto de Biotecnología, el cual está destinado a la investigación y el desarrollo de empresas enfocadas a la producción alternativa de energías renovables. Con un lenguaje renovado que conserva la esencia original, este magno proyecto se suma a la larga tradición de la arquitectura de calidad del sureste mexicano.

VIENTO A FAVOR

Debido a las condiciones de viento y radiación solar que son particularmente favorables en la Península de Yucatán se presentan necesidades muy específicas de investigación; oportunidades de todo tipo dentro de un marco internacional muy dinámico de innovación y desarrollo que se fundamentan inicialmente en la formación académica de más jóvenes emprendedores, profesionistas futuros.

Por tal motivo, la Universidad Anáhuac Mayab determinó necesario e impostergable la construcción de una extensión arquitectónica, misma que en una primera etapa será destinada a albergar laboratorios y espacios para las empresas que apoyan las investigaciones que realiza este centro académico. A través del patronato universitario se determinó llamar al autor del Plan Maestro original (el arquitecto Augusto Quijano) para que lo interviniera diseñando un edificio que diera solución a sus nuevas necesidades, sabiendo que sería la persona idónea para mantener el espíritu del lugar sin perder el compromiso de reflejar la contemporaneidad institucional, el resultado es un conjunto en dónde cada edificio muestra orgulloso su momento histórico.

Ubicado en el extremo poniente del campus, en un terreno asignado como espacio de crecimiento futuro, el edificio integra elementos arquitectónicos o características constantes como las cartelas, la linealidad, y los materiales (principalmente concreto) para dar continuidad al lenguaje existente y también impactar lo menos posible en el espacio. Se trata de una construcción de forma oblonga con orientación norte-sur que le permite aprovechar mejor la iluminación y ventilación del sitio para convertirse en un espacio muy confortable para sus usuarios.

Cabe mencionar que con su posición y geometría se recupera al mismo tiempo la traza marcada por el Plan Maestro vinculando el espacio abierto y los andadores que conectan desde Rectoría -pasando por la escuela de Medicina- hasta llegar al nuevo edificio, el cual a distancia se lee como uno de escala pequeña, permeable a las visuales y ligero en su emplazamiento.

El diseño del espacio

La nueva sede del Instituto de Biotecnología continúa el mismo principio de los edificios que le anteceden: espacios lineales orientados correctamente en donde se busca atrapar la luz uniforme del norte, cortando y protegiéndose del asoleamiento del sur. De este modo, el nuevo edificio se desarrolla en tres niveles perfectamente diferenciados de las actividades que se desarrollan en el programa arquitectónico propuesto.

La organización interior del edificio surge del análisis de las actividades y va desde lo más público a lo privado, del exterior hacia el interior, desde lo abierto hacia lo cerrado. En la planta baja se localizan los laboratorios, las oficinas de dirección y los servicios de apoyo como cafetería y espacios de reunión como un auditorio. En el primer nivel se encuentran los espacios de trabajo para las empresas pequeñas y en el último nivel se ubican los espacios para empresas mayores.

Los niveles se van arremetiendo en los extremos del edificio, generando entonces terrazas-jardín que se abren al campus y están contenidas por una serie de peculiares celosías prefabricadas de concreto que acentúan la geometría empleada y se integran a la inclinación de las fachadas, produciendo una zona de jardín que sirve para proteger del sol y genera un ambiente fresco y ventilado al interior al tomar los vientos dominantes del oriente y dirigirlos hacia las circulaciones.

Las fachadas representan la organización funcional que sin perder la unidad arquitectónica, busca destacar sus diferentes funciones en un solo lenguaje a través de cartelas de concreto prefabricado. Elementos verticales que en la fachada norte se encuentran a 7.20 metros de distancia en sentido vertical y al sur cada 3.60 metros. Una variación en el ritmo que corresponde a la incidencia solar de cada sector donde se han instalado.

Finalmente, el arquitecto Quijano Axle, explica que “las circulaciones perimetrales enlazan las diferentes partes del programa arquitectónico y permitirán a futuro, ajustes y cambios en su organización sin perder el orden planteado en el diseño. Mientras tanto, la escalera principal conecta todos los niveles y se localiza en la parte central del edificio, mismo que inevitablemente nos evoca las proporciones y formas de los basamentos prehispánicos al observarse en perspectiva”.

Prefabricados protagónicos

Para la selección de los materiales y acabados de la obra, se tomó en cuenta los elementos ya característicos del entorno existente, de tal modo que este aspecto fuera una cualidad más que permitiera la integración del nuevo edificio con el resto del Campus sin sobresalir inadecuadamente. A decir de sus creadores, “el criterio para el empleo de materiales siempre fue utilizarlos de forma contemporánea, a partir del concreto aparente como elemento expresivo principal”.

Por lo anterior, se buscó que todos los acabados se vincularan al tratamiento formal del edificio y se rigieran por un módulo compositivo que se expresa en las fachadas por medio de las cartelas que ordenan la composición como ya se mencionó anteriormente. El módulo gobierna todos los elementos tanto en alzado como en planta y así, la solución estructural está vinculada directamente al diseño del edificio, una integración mediante la modulación rigurosa del proyecto a cada 90 cm y piezas estructurales de 7.20 x 10.80 metros.

Siendo la estructura el lenguaje que da unidad arquitectónica y constructiva a todo el conjunto, se buscó cumplir con la intención básica de que el aspecto constructivo permitiera una racionalización del proceso constructivo, que se reflejara directamente en una economía de los recursos empleados (tiempo y costo) para la edificación del inmueble. Tomando en cuenta lo anterior, se propuso el uso de concreto aparente por medio de elementos prefabricados que aportan rapidez en la ejecución y requieren poco espacio de maniobra y almacenaje para evitar afectaciones a la vida diaria de la Universidad.

“Además de eso, sabíamos que trabajando con PREDECON tendríamos muchas bondades a favor: desde la limpieza de obra y la rapidez del trabajo, hasta la claridad de las soluciones y los acabados de alta calidad controlada desde la planta de producción. La colaboración con la empresa y el ingeniero Enrique Escalante ha sido una constante debido a que tiene muy claro que es más importante la arquitectura, que simplemente construir una cantidad de piezas prefabricadas. Su trabajo va mucho más allá de ser un proveedor, es un diseñador de piezas estructurales y asume siempre una responsabilidad enorme para mejorar el proyecto desde la perspectiva constructiva”, enfatiza Quijano Axle.

Por su parte, el Ing. Escalante comparte para Construcción y Tecnología en Concreto que el proceso más complejo de todo el proyecto fue por un lado la realización de los volados de losa (realizada con el sistema prefabricado tipo Doble I, acabado aparente) que van de lado a lado del edificio y por otro, la fabricación de la celosía (un elemento estructural de 40 cm de espesor que tiene módulos promedio de forma rectangular de 7.3 metros x 5.7 metros y uno triangular, el más demandante que logra cerrar el detalle como punto diferencial de esta solución estructural que en conjunto con las cartelas producen juegos de luz y sombra bastante atractivos”.

Colofón

Augusto Quijano concluye: “sin duda, el principal reto fue proyectar un edificio 20 años después dentro de un conjunto que ha permanecido 30 años en perfectas condiciones y poder representar la vigencia de su arquitectura”. Lo ha concluido satisfactoriamente empleando la evolución de los materiales y las técnicas constructivas, en este caso los avances de la industria de la prefabricación, el resultado es para la institución motivo de orgullo.

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