Especial

Ricardo Legorreta:


In Memoriam


A fines de 2011 falleció uno de los más grandes maestros de la arquitectura mexicana. Recordarlo en este espacio es apenas mínimo homenaje.


Ricardo Legorreta



A veces, a algunas personas –o a muchas– nos toca vivir parte de nuestra existencia en espacios creados por determinados arquitectos. Yo puedo decir que nací en una época en la cual se comenzaron a construir obras tremendamente emblemáticas dentro de la arquitectura mexicana, algunas de éstas proyectadas por el arquitecto Ricardo Legorreta, recientemente fallecido. Se trata de edificios que siguen –quizás transformados– en pie, dignamente en funciones. Rememorar el trabajo de este maestro, me remite a lugares harto visitados o admirados por mí y por muchos.


Ricardo Legorreta En primer término, el Edificio Celanese –hoy sede de la SEMARNAT–, una obra que muchos no saben que es de la autoría del maestro Legorreta y que fuera terminada en 1968. Recuerdo que siendo niña, cada vez que veía ese edificio, se me figuraba una enorme paleta helada, de esas que venden en carritos; un gran caramelo con su base de concreto que aún hoy, a varias décadas de haber sido construido, muestra una frescura y naturalidad verdaderamente impresionantes. Por ser una de sus obras primeras, no muestra lo que se podría llamar el “estilo” de Legorreta; sin embargo, el tiempo, quien es el que tiene la última palabra, le ha dado su justo sitio dentro de la historia de la arquitectura mexicana.


Un hotel clásico


Otro edificio que sigo gozando cada vez que tengo que acudir a alguna actividad ahí, es el Hotel Camino Real de la avenida Mariano Escobedo; ícono de íconos dentro de la arquitectura hotelera en México. La elegancia de sus espacios, su colorido, tan mexicano y por ende, tan brillante y alegre, siempre provocaron que yo, al transitar por esa avenida, tuviera que hacer un giro visual hacia la entrada del inmueble. Para mí, sus colores y volúmenes siguen siendo un imán a la vista que no puedo controlar. Sin duda alguna, el Hotel Camino Real –inaugurado el 25 de junio de 1968– sigue ahí. Es quizás la obra clásica por excelencia de este maestro de los volúmenes y la luz, quien supo abrevar de manera extraordinaria de las enseñanzas del gran Luis Barragán. De esta obra de Ricardo Legorreta, se lee en la página web de Plataforma Arquitectura que: “El cliente solicitó como idea inicial, crear un conjunto de edificios-torre. Ricardo Legorreta estudió varios edificios de hoteles y llegó a la conclusión de que tenían un cierto grado de frialdad y de diseño convencional y poca personalidad. Por lo que propone un hotel con espacios y colores más cálidos, algo único y que tuviera el sentimiento de la verdadera cultura mexicana”. Aunado a los volúmenes, la luz y los espacios confortables, este hotel alberga diversas obras de arte, así como antigüedades colocadas de manera estratégica, amén de contar con 33 mil metros cuadrados de jardines, piscinas, fuentes y patios. Sin duda, desde su creación, a la actualidad, sigue siendo uno de los hoteles de mayor prestigio en México. Cabe decir que el inmueble fue objeto de dos remodelaciones, una en 1985 y otra en 2005.


Ricardo Legorreta


Otras obras


Otro trabajo importante que recayó en el despacho de Ricardo Legorreta fue la restauración de una impresionante casona novohispana: El Palacio de Iturbide –en 1972–, para funcionar, a partir de su rescate, como sede del Centro Cultural Banamex. Para 1981, el arquitecto realizaría otra de sus obras icónicas, el hotel Camino Real, hoy Westin Brisas, de Ixtapa, Guerrero, en el cual, la obra comulga con el entorno paradisiaco y que sigue siendo uno de los hoteles favoritos del turista que viaja a esa zona.


Otra obra de enorme valor para México, es el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey (MARCO), inaugurado el 28 de junio de 1991. Se trata de una obra donde nuevamente, como era costumbre en este arquitecto y en su despacho, se da un equilibrado juego entre volúmenes y luz. Sobre esta obra se lee: “El arquitecto Ricardo Legorreta crea en MARCO diferentes ambientes y atmósferas en cada rincón, provocando que la visita al museo sea una experiencia única; para ello se creó un edificio que corresponde no sólo al lugar urbano y a Monterrey, sino a todo el pueblo mexicano, mostrando el arte en un ambiente mucho más natural y menos artificial que como se hace en otras partes del mundo. Las obras se presentan combinando adecuada y equilibradamente la luz natural y la artificial, así, la visita al Museo no es como el recorrer un laboratorio donde hay obras de arte, sino una visita a una serie de espacios y elementos arquitectónicos que resultan una obra de arte en sí mismos”. Este importante recinto, uno de los más notables museos de la capital regiomontana, tiene 16 mil metros cuadrados de construcción, 5 mil para exhibición, los cuales están distribuidos en 11 salas. En el resto existen espacios como el patio central con un espejo de agua, el auditorio, la tienda, el restaurante y el llamado Patio de las Esculturas. Por cierto, en Monterrey, también el proyecto del Hotel Camino Real, es obra del maestro recientemente fallecido quien por cierto, con su despacho, estaba trabajando actualmente en la construcción del Corporativo BBVA Bancomer, en coautoría con el arquitecto Richard Rogers. Cabe decir que la Torre BBVA Bancomer, estará desplantada sobre un área de 6,600 m2, en la esquina de Paseo de la Reforma y la calle de Lieja (Colonia Juárez). Tendrá una altura de 225 metros y 50 pisos. Al terminar de ser construida, este 2012, se espera que alojará a 4,500 empleados.


Ricardo Legorreta


Breve presentación


Ricardo Legorreta, se lee en Arquitectura latinoamericana del siglo XX, “realizó sus estudios en México, obteniendo su título en 1953. Colaboró en el taller de José Villagrán García, llegando a ser su socio en 1955. En 1960 inició su práctica privada con la fundación de Legorreta Arquitectos, desarrollando una obra basada en el estudio y la comprensión de los valores mexicanos. A partir […] del Hotel Camino Real México, estableció un lenguaje propio, tanto en la arquitectura como en el urbanismo, con edificios de perfil horizontal, de gruesos muros y pequeñas aberturas, revistiendo los espacios de texturas y colores cálidos que provienen del empleo de materiales naturales, como el barro, la madera y los textiles”.


Del Hotel Camino Real Ixtapa (1979-1981), localizado en esa ciudad turística guerrerense, en el mismo libro se lee: “La vida en comunión con la naturaleza; los grandes espacios, la brisa y el mar son los temas de este hotel que ofrece la oportunidad olvidada del placer de caminar y meditar en un ambiente propicio. Las cuatrocientas cincuenta habitaciones aprovechan al máximo las vistas y el entorno natural, a la vez que la estructura que la sustenta se adapta al terreno siguiendo su inclinación; así, se utilizó el techo de una habitación para la terraza de la superior, auspiciando la privacidad y el contacto directo con los elementos. El edificio se integra en la topografía, destacando con fuerza en el paisaje y ofreciendo todos los servicios propios para el esparcimiento”.


Otras obras provenientes tanto del despacho del arquitecto, como de Legorreta + Legorreta (con la activa participación de su hijo Víctor) son: Hotel Camino Real Cancún (1975); Museo El Papalote, en la Ciudad de México (1993), la sede de la Secretaría de Relaciones Exteriores en el DF, o la Catedral de Managua, en Nicaragua. Dentro de los numerosos reconocimientos que tuvo a lo largo de su vida Ricardo Legorreta, uno de los más importantes fue la magna exposición que se organizó sobre su obra, en 2005, en el Antiguo Colegio de San Ildefonso, titulada: “Legorreta, poeta mexicano de luz y color”. Descanse en paz uno de los grandes íconos de la arquitectura mexicana: Ricardo Legorreta.


Ricardo Legorreta

 

Autor: Yolanda Bravo Saldaña

 

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