Quién y dónde

Presente y futuro

El 2009 ha sido una celebración continua por parte del IMCYC al cumplirse 50 años de haber sido fundado este Instituto; y quien mejor que las cabezas del equipo para contarnos del presente y futuro de este organismo.

Tres figuras emblemáticas de nuestro organismo quienes comparten sus experiencias y explican la manera en que perciben su trabajo al interior del IMCYC: el lic. Jorge L. Sánchez Laparade, presidente del IMCYC; el M. en C. Daniel Dámazo, director general, y el ing. Luis García Chowell, Gerente técnico y responsable del laboratorio.

La voz de nuestro presidente
El licenciado Jorge L. Sánchez Laparade, manifiesta que los últimos diez años de su vida ha estado ligado a la industria del cemento y el concreto, tiempo durante el cual se ha desempeñado en diferentes áreas de la empresa multinacional CEMEX. Fue en el años de 2003 que el licenciado Sánchez Laparade tomó las riendas del IMCYC, luego de que las cinco empresas que lo conforman consideraron que sería benéfico que en el cargo estuviera un administrador y no un ingeniero.
“Siempre he dicho –comenta el directivo– que el Instituto me apasiona y que tiene mucho potencial y posibilidades de crecimiento. Hoy cumplimos 50 años y hay que rendir homenaje a cada una de las personas que han pasado por nuestras instalaciones, ya que todas ellas han colaborado para que el IMCYC sea lo que es hoy y tenga el reconocimiento que tiene a nivel nacional e internacional. Por otro lado, recuerdo que en el tiempo que asumí la presidencia del IMCYC atravesábamos un momento crítico, quizá no tan difícil como el de hoy; pero en el que se imponía hacer muchas cosas para romper con un círculo vicioso que nos impedía abrir la puerta a la innovación.

El instituto con el que me encontré a mi llegada tenía un presupuesto limitado y reducido, y tal parecía que el ánimo era el de querer que las cosas se quedaran como estaban; cuando lo que se requería era ir a la conquista de nuevos mercados. Por ello, algo fundamental fue hacerle entender a la gente que para salir de ese letargo era
necesario actuar con dinamismo, creatividad y entusiasmo. Sólo así podíamos cambiar lo que éramos en esos momentos”, enfatiza.


La labor esencial del IMCYC es la de apoyar la educación, y en este sentido, el presidente del Instituto expresa: “Pienso que hace unos años no nos dábamos cuenta de la trascendencia que tiene el Instituto más allá de nuestras fronteras. Nada mejor para comprobar lo que digo que la gran aceptación que tienen los libros editados por nuestra organización, los cuales son elementos de consulta fundamentales en muchas Universidades de Centro y Sudamérica. Sin duda, el IMCYC ha sido un pilar para la educación de muchos ingenieros, y eso se pone de manifiesto en cada uno de los foros nacionales e internacionales a los que acudimos”, expresa con orgullo el licenciado Sánchez Laparade, quien señala que la relación del Instituto con las instancias académicas y gremiales más importantes de México y el mundo –como la UNAM y el ACI– contribuye en forma determinante a la capacitación de los ingenieros.

La Dirección general Egresado de la Universidad Autónoma de Puebla, el maestro en ciencias Daniel Dámazo Juárez inició su relación con el IMCYC en 1978, cuando formó parte de un programa de becarios mediante el cual obtuvo su tesis de licenciatura. Dos años más tarde, el actual director del organismo cementero regresó de la Universidad de Purdue –en West Lafayette, Indiana–, donde realizó la maestría en materiales al tiempo que se integraba a CEMEX, donde trabajo durante 21 años.

“Ingresé al IMCYC en 2003, como gerente técnico, justo en la época en la que el director era el ingeniero José Lozano Ruy Sánchez; acababa de tomar posesión como presidente el licenciado Sánchez Laparade. Fue un tiempo en el que se hicieron cambios importantes y en los cuales se ampliaron los servicios técnicos que se desarrollaban, toda vez que aprovechamos la estructura técnica y el equipo con el que contábamos”, comenta.

El ingeniero revela que hace seis años realizaron un estudio de mercado para saber cómo estaba posicionado el IMCYC. “Los resultados fueron sumamente interesantes ya que nos dimos cuenta que nos conocían poco fuera de la Ciudad de México, lo que sirvió para replantearnos algunas cosas. Primero, decidimos que era tiempo de salir y promover los servicios que prestábamos, así como ampliar las asesorías técnicas tanto en México como en Centro y Sudamérica. Vimos que era necesario ir al interior del país para ofrecer nuestros cursos porque había un sinnúmero de especialistas que necesitaban esa información y no podían venir a la capital”, recuerda el directivo, quien expone que también se incrementó el fondo editorial de la Institución y la presencia del IMCYC en muchas de las exposiciones relacionadas con la industria de la construcción”.

Tras la salida del ingeniero Lozano Ruy Sánchez de la dirección, Dámazo Juárez tomó dicha responsabilidad y le dio continuidad a lo que ya estaba planificado. Paulatinamente, rememora, “empezamos a observar que la gente recibía con mucho agrado los cursos y seminarios que organizábamos, así como los libros que poníamos a la venta”. Hoy, tras seis años de labor ininterrumpida, el ingeniero Dámazo Juárez se siente satisfecho de los logros
obtenidos, sobre todo porque un nuevo estudio de mercado señala que las cosas son completamente diferentes. En la actualidad, la gente ligada a la industria nos conoce muy bien; sabe quiénes somos y lo que hacemos. Hay una gran cantidad de profesionales que ha tomado un curso de certificación o asistido a alguno de nuestros seminarios, y eso es sumamente satisfactorio”.

El brazo fuerte del laboratorio, desde
el Laboratorio

El ingeniero Luis García Chowell, gerente técnico del IMCYC, conoce plenamente los entretelones del organismo y comenta que el Laboratorio existe por los mismos motivos por los que se fundó el Instituto: difundir el buen uso del cemento y el concreto, y procurar que haya mejores obras, más económicas y más prácticas.

El ingeniero, egresado de la Universidad de Guanajuato, recuerda que: “En sus inicios, era una especie de escuela a la que tenían acceso los profesionistas y estudiantes de las carreras relacionadas con la construcción; quienes iban a tomar cursos y a conocer el cemento y el concreto. La máquina de compresión que se usaba estaba colocada al centro del laboratorio, y había una especie de escalones en los que se colocaban las personas para ver cómo se comportaba el concreto, cómo se manipulaba y como respondía en un elemento estructural”. Al paso de los años, señala el entrevistado, el Instituto se ha enfocado en apoyar a la industria de la construcción con programas de investigación aplicada, muchas veces con el objetivo de adaptar y modificar los conocimientos que se tienen en otras partes del mundo para que sean aplicables en nuestro medio, porque hay que decir que el cemento y los agregados de México son diferentes a las de Estados Unidos o Venezuela. El ingeniero acota que históricamente hablando, los laboratorios pioneros en México fueron los de la Secretaría de Obras Públicas y Recursos Hidráulicos, los cuales se fundaron prácticamente al término
de la Revolución.

En la actualidad, el laboratorio del IMCYC es reconocido en el medio como una instancia confiable. Su prestigio, se lo ha ganado a través de los años por la calidad de sus servicios. “Hemos aumentado nuestro campo de acción y en la actualidad tenemos, por ejemplo, un Laboratorio de Metrología, cuya función es calibrar y hacerle algunas composturas a las máquinas de ensaye para que los resultados que se obtengan con ellas sean verídicos. También está el área de Sistemas y Control de calidad, con la que apoyamos a otros laboratorios y a empresas para que se organicen y tengan sus propios programas de calidad”.

Futuro prometedor
El IMCYC tiene como miembros asociados a CEMEX, Corporación Moctezuma, Grupo Cementos Chihuahua, Lafarge y Holcim Apasco. Desde hace tiempo se espera la integración de la cementera Cruz Azul para que la industria del ramo se encuentre representada en su totalidad. El licenciado Sánchez Laparade acepta que siempre ha habido lugar para un nuevo socio, y que es muy probable que sea a finales de este año que con los originarios de Jasso, Hidalgo, se oficialice la incorporación.

“Hay mucho por hacer como presidente del IMCYC; pero es algo que me apasiona. El Instituto es ahora mismo una de las organizaciones más importantes de Iberoamérica; pero quisiera que pronto seamos el mejor de toda la región. Si me preguntas cómo quiero que sea percibido nuestro Instituto la respuesta es: ’Como una organización que ofrece soluciones de tipo educativo, técnico; una institución que otorga las mejores soluciones a los constructores mexicanos”.

En el mismo sentido se manifiesta el ingeniero Dámazo Juárez, quien apuesta por una pronta recuperación de la economía y enfatiza que “no debemos bajar los brazos, sino cumplir con la responsabilidad que nos corresponde a cada quien. Nosotros debemos seguir promoviendo el buen uso del cemento y el concreto; pero también debemos asesorar y capacitar a los especialistas; certificar a los expertos y con ello lograr que las empresas que los contraten tengan la plena seguridad de que sabrán hacer su trabajo”.

Por: Juan Fernando González G.
Retratos: A&S Photo/Graphics.

 

Vota por el artículo

 

Índice

Anunciantes