Efectos sellantes con

las herramientas

de acabado

 

Bruce A. Suprenant y Ward R. Malisch 

Durante más de 50 años, los aca­badores de concreto han sido advertidos de los peligros de usar herramientas o métodos que densifican y sellan una superficie de concreto antes de detenerse el sangrado. Cuando el agua de sangrado, el aire, o ambos, quedan atrapados debajo de una superficie sellada, pueden originarse ampollas o delaminación superficial y acelerarse el descascaramiento del concreto exterior en climas fríos.

   La experiencia nos dice que las llanas de madera de mango largo son buenas herramientas para prevenir el sellado del concreto después del enrase. Ellas abren la su­perficie del concreto, permitiendo que el agua de sangrado se acumule allí y se evapore antes de proseguir con el acabado. Las fresno, por otro lado, son malas herramientas para usarse como llanas debido a que sellan la superficie, permitiendo que el agua de sangrado se acumule debajo de la misma; y las llanas de mango largo de mag­ne­sio no son tan buenas como las de madera para mantener abierta la superficie, pero son de todos modos necesarias al trabajar concreto con aire incluido, ya que las de madera rasgan la superficie.

   Para asegurar que los acabadores sin experiencia aprendan a usar la herramienta correcta en el momento adecuado, un ejercicio de entrenamiento les exige que den acabado a una superficie dejando una sección de prueba sin acabar de 40 a 60 cm de ancho. El agua de sangrado que aparece en la sección de prueba sin acabado (abierta), pero no en la secciones adyacentes acabadas, indica que las superficies acabadas han sido selladas prematuramente a causa de la herramienta o el método empleado, o de ambos. Pero estas suposiciones se basan en observaciones, no en datos. No nos dicen mucho acerca de la capacidad relativa de diferentes herramientas de acabado para mantener abierta la superficie. Sería de gran ayuda saber cuánta más agua sale del concreto cuando los acabadores usan una llana de mango largo en vez de una de magnesio o una fresno. Para investigarlo, ideamos una prueba para medir la pérdida de agua en la superficie y luego usamos la prueba con diferentes concretos y combinaciones de herramientas de acabado.

La pérdida de agua como una medida del sellado

El concreto sellado durante el acabado no pierde tanta agua cuando fragua y se cura. Así que nosotros modificamos un método de prueba desarrollado por otros (véase el recuadro de la página 30para medir los cambios en la pérdida de agua causados por el efecto de sellado en cinco secuencias, correspondientes a diferentes herramientas de acabado, hechas en el siguiente orden:

1. Enrase manual con una llana de magnesio de mango largo para carretera, sin aplicar ninguna otra herramienta de acabado.

2. Enrase manual seguido por una llana de madera de mango largo, de 120 cm de ancho.

3. Enrase manual seguido por una llana de magnesio de mango largo, de 120 cm de ancho.

4. Enrase manual seguido por una llana de magnesio de mango largo y acabado con una fresno de 75 cm de ancho

5. Enrase manual seguido por una llana de magnesio de mango largo y raspado con una llana  de magnesio de mango largo para carretera, de  3 m de longitud.

   La figura 1 muestra el patrón que usamos en un conjunto de moldes que contenían cajas insertadas que los técnicos removieron después de cada secuencia con las herramientas de acabado y que luego pesaron periódicamente. Agregamos más concreto para llenar los huecos en donde habían estado cada una de las cajas, permitiendo así las secuencias posteriores de acabado. Todas las secuencias se completaron antes de que apareciera el agua de sangrado en la superficie.

   Usamos primero este procedimiento de pruebas con concreto sin aire incluido, y después lo repetimos en un día diferente con concreto con aire incluido. La tabla 1 muestra las proporciones de mezcla y las propiedades físicas de cada concreto.

Los datos del sellado

Supusimos que toda la pérdida de peso medida se debía a la evaporación del agua. Puesto que todas las cajas insertadas tenían exactamente el mismo tamaño, calculamos el peso del agua de mezclado con base en el peso del concreto en cada caja. La pérdida de peso dividida entre el peso del agua de mezclado representa el agua de sangrado que se evaporó, expresada como un porcentaje. En seguida calculamos el sangrado relativo, dividiendo el porcentaje de sangrado para cada secuencia de acabado entre el porcentaje de sangrado para el concreto que sólo había sido enrasado. La figura 2 muestra el sangrado relativo para cada secuencia de acabado, medido tres horas después del enrase inicial. Elegimos tres horas como el tiempo típico en que podrían empezar las operaciones de acabado siguientes.

 Resultados para el concreto sin aire incluido

 Tal como se esperaba, la figura 2 muestra que diferentes herramientas y secuencias afectan la cantidad de agua que queda atrapada debajo de la superficie de concreto sin aire incluido. Pero hubo algunas sorpresas.

   El enrase manual con una llana de mango largo de magnesio para carretera selló la superficie y limitó el sangrado a uno de los valores más bajos. Sin embargo, como se esperaba, después del enrase con una llana de mango largo de madera o de magnesio se abrió la superficie, permitiendo que se evaporara de 60 a 70 por ciento más de agua. En estas dos pruebas, las llanas de mango largo de madera y de magnesio mostraron ser igualmente efectivas para abrir la superficie de concreto sin aire incluido. Este es un resultado no anticipado, ya que la creencia normal es que las llanas de mango largo de madera abren mejor la superficie que las de magnesio. Sin embargo, estos resultados han sido interpretados con cautela, ya que el sangrado relativo variaba signi­ficati­vamente entre las dos pruebas de secuencia de acabado que terminaban, o bien con un acabado con llana de mango largo de madera, o bien con una de magnesio –1.1 y 2.3 (promedio 1.7) para el acabado con llana de mango largo de madera y 1.1 y 2.1 (promedio 1.6 ) para el aplanado con llana de mango largo de magnesio–. Creemos que la presión sobre la hoja de la herramienta de acabado y, por lo tanto, el efecto de sellado, pueden variar en relación con la distancia de la hoja al acabador.

   Como se esperaba, la fresno reselló la superficie que había sido previamente enrasada y allanada con llana de mango largo de mag­ne­sio. La aplicación de una fresno selló la superficie, incluso más efec­ti­vamente que el enrase manual. Pero encontramos que al usar una llana de mango para carretera también se sella la superficie, reduciendo notablemente la pérdida de peso que acompaña a la evaporación del agua de sangrado. Esto está de acuerdo con las observaciones de campo de algunos aca­ba­dores que han tratado de minimizar este efecto de sellado usando llanas de madera o fijando tiras de madera a las hojas de las llanas de magnesio.

 Resultados para  el concreto con aire incluido

 Para el concreto con aire incluido, el enrase manual con una llana de mango largo de magnesio para carretera selló la superficie mucho mejor que cualquier otra secuencia de acabado. Las llanas de mango largo de madera y de magnesio reabrieron la superficie, pero el resultado sorprendente para esta serie de pruebas fue que un acabado con fresno inmediatamente después del aplanado con llana de mango largo de magnesio, no pareció resellar la superficie. Puesto que este resultado está en conflicto con la experiencia de campo que muestra el efecto de sellado del allanado prematuro con acero, nosotros no recomendamos usar una fresno en trabajos de superficies de concreto con aire incluido.

   Otra vez, en esta serie, inmediatamente después del allanado con llana de mango largo de magnesio, la llana de mango largo para carretera selló la superficie permitiendo que se evaporara menos agua. Los contratistas quisieran, tal vez, considerar el efecto de sellado de la llana de mango largo para carretera cuando dan acabado al concreto exterior que está expuesto a congelación y deshielo. Con base en nuestros resultados de pérdida de peso, el uso de una llana de mango largo de metal para carretera sin ningún acabado posterior distinto del escobeteado o el arrastrado de arpillera –como se recomienda a veces– puede provocar que quede agua de sangrado atrapada e incrementar la posibilidad de descasca­ramiento.

   En general, nuestros resultados muestran los beneficios de utilizar, ya sea una llana de mango largo de madera, o una de magnesio, para mantener abierta la superficie y permitir que se evapore el agua de sangrado. También indican que el uso de una llana de mango largo de magnesio para carretera para enrasar o de una llana de mango largo de metal para carretera después del enrase, puede sellar la superficie.

¿Por qué la diferencia?  

Debido a que las proporciones de mezcla y las condiciones ambientales fueron diferentes para los concretos con aire incluido y sin aire incluido, es difícil determinar por qué diferían los resultados de las dos pruebas. En general, la elección de la herramienta y la secuencia parecían tener un efecto menor en el sellado de la superficie en el caso del concreto con aire incluido que en el del concreto sin aire incluido. Además, encontramos que la llana de mango largo de ma­dera no abrió la superficie del concreto con aire incluido tanto como lo hizo en el caso del concreto sin aire incluido, y mientras que la fresno selló el concreto sin aire incluido, tuvo un efecto menor en el concreto con aire incluido. Nosotros creemos que esto se debe al efecto del aire incluido sobre el sangrado.

   La inclusión de aire muestra la velocidad de sangrado, reduciendo la cantidad de agua de sangrado que aparece en la superficie de concreto. Debido a esto, la herramienta de acabado usada afecta menores cantidades de agua de sangrado que pasan hacia la superficie. Estos datos apoyan nuestros artículos sobre delaminaciones publicados con anterioridad, sugiriendo que la inclusión de aire tiene un efecto menos pronunciado que la herramienta de acabado o la distribución de tiempo sobre la cantidad de agua de sangrado que sale de la superficie.

 Este artículo fue publicado en Concrete Construction y se reproduce con la autorización de.The Aberdeen Group.

 Desarrollo de la prueba

 En 1973, los investigadores midieron la efectividad de los compuestos de la membrana de curado colando losas de prueba de 66 x 61 x 20 cm que tenían cajas insertadas de metal de 10 x 15 x 10 cm.1 Las cajas fueron diseñadas para ser levantadas de las losas de prueba y pesadas periódicamente después de haber colocado, vibrado, acabado y curado el concreto y de haberlo luego expuesto a diferentes ambientes de curado. Estos pesajes midieron la pérdida total de agua desde el momento de la colocación.

   Esta prueba resultó apropiada para determinar la efectividad de la membrana de curado contra la pérdida de agua al sellar el concreto, de modo que adaptamos un método similar para determinar de qué manera las herramientas de acabado sellaron el concreto y evitaron la pérdida de agua.

   Nosotros hicimos 10 cajas para insertar que medían 23 x 23 x 11 cm, atornillando lados de hojas de metal a una base de madera pintada con epóxicos. Después de calafatear todas las hendiduras de la caja para evitar la pérdida de agua, formamos una losa de 4.5 x 4.5 m y 13 cm de espesor y colocamos las 10 cajas en cinco filas de dos cajas cada una, verificando las elevaciones de las cajas y los moldes laterales para asegurarnos de que todas las herramientas de acabado estuvieran apenas a poca distancia de las partes superiores de las cajas. Cada fila de dos cajas fue expuesta a diferentes secuencias de acabado antes de que apareciera agua de sangrado en la superficie. Las cajas fueron diseñadas para ser levantadas de las losas de prueba después de la secuencia de acabado y pesadas cada media hora, de modo que pudiéramos medir el total de la pérdida de agua desde el momento de la colocación. La compañía CAMAS Colorado Inc. proporcionó el concreto premezclado para rellenar los moldes, y un técnico de campo certificado por el ACI, de la compañía CTC-Geotek Inc., realizó las pruebas de campo para el revenimiento, contenido de aire, peso unitario y temperatura.

   Calculamos la pérdida de peso a las tres horas debido a que era la hora más probable para iniciar el aplanado mecánico y empezar el allanado.

 1 R.O. Wrbas, W.B. Ledbetter y A.H. Meyer, «Effectiveness of membrane curing on concrete surfaces», Highway Research Record núm. 443, Highway Research Board, Washington, D.C., 1973.

   

  Para evaluar la conveniencia de utilizar una u otra herramienta en el acabado de superficies sin correr el riesgo de sellarlas antes de tiempo, en función de evitar el descascaramiento prematuro del concreto exterior, los autores realizaron una serie de pruebas con diferentes concretos y combinaciones de herramientas. En este artículo exponen los resultados a los que llegaron.

 

 

 

 

Instituto Mexicano del Cemento y del Concreto, A.C.
Revista Construcción y Tecnología 
Octubre
2000
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