Los sistemas vivos y las organizaciones
Por Mauro Barona

Los autores identifican cuatro principios de la biología que pueden regir tanto para las empresas como para las especies vivas, y que son el telón de fondo de su tesis. Si quiere apréndaselos, le serán muy útiles: 1) el equilibrio es la muerte; 2) la innovación suele producirse al borde del caos; 3) la autoorganización y la emergencia se producen de manera natural, y 4) las organizaciones pueden ser perturbadas, no dirigidas.

El significado de todos estos principios y sus c onsecuencias, tanto en la vida como en el trabajo de las organizaciones, son estudiados tal y como lo haría un entomólogo ante una nueva especie. Los autores analizan los comportamientos adaptativos mediante ejemplos muy contundentes tomados de los anales de las propias empresas y de los estudios de las grandes escuelas de Administración, como Harvard.

Uno de ellos, al paso de la lectura, llamó la atención de Construcción y Tecnología. Tal vez por tratarse de una muy emblemática empresa mexicana, Cemex.

Hace unos días apareció en las librerías un estimulante ensayo que reta a la imaginación y hace pensar en la asombrosa efectividad de los sistemas vivos. Se llama El líder en tiempos de caos. Las leyes de la naturaleza y las nuevas leyes de los negocios, de Richard T. Pascale, Mark Millemann y Linda Gioja. El libro busca paralelismos entre las empresas y la naturaleza, "entre la fuerza de la tradición y la de la transformación"..

Para ubicar al lector, en caso de que ya haya ido a comprar el libro, láncese de inmediato al capítulo uno:
"La dirección de empresas y el renacimiento científico", lea los propósitos de la obra y reconozca, con los autores, que las prácticas derivadas de los cuatro principios no son infalibles -"de hecho no siempre son superiores a los métodos tradicionales"-, porque mucho depende del reto y de la magnitud del cambio que se persiga. Inmediatamente después encontrará, bajo el subtítulo "Ejemplo concreto", cómo Cemex se ha ganado el puesto que ocupa entre las más relevantes cementeras del planeta. El estudio de caso está basado en otro ensayo: "How the Mexican Corporation Cemex Turned into an Industrial Giant", publicado en Le Temps, de autor anónimo.

Para los que no han hallado el texto, va un recuento: "En México, Cemex, la tercera empresa cementera más grande del mundo (y la única que opera en todo el planeta), despacha su flota de hormigoneras (la traducción es española, como podrán apreciar) basándose en las mismas reglas simples por las que se rigen las hormigas para escarbar el territorio de una colonia con implacable eficacia. Cemex reconoce que hay algo que los propietarios de viviendas saben muy bien: que los proyectos de construcción nunca marchan según el calendario previsto (y que el cemento empezará a endurecerse en el camión).

"Proveedores y clientes llevan años aceptando con igual desgano este estado de cosas. Hablando con lógica: ¿cómo iba a ser de otra manera cuando la situación de la obra depende de tantos elementos imprevisibles? Pero Cemex desafía esa lógica. Esta empresa promete entregar el cemento donde se quiera y cuando se quiera (los subrayados son de los editores), avisando con dos horas de antelación. Cemex vende promesas -no sólo cemento- y las usa en el mercado como convincentes diferenciadores".

En seguida, la nota se conecta con los ejemplos que brinda la naturaleza: "Cemex carga sus flotas de camiones de cemento todas las mañanas y los despacha sin destino prefijado. El truco radica en cómo hacen sus visitas. Como las hormigas cuando excavan su territorio, los camiones son guiados hasta su destino por reglas simples. Las hormigas usan mensajes químicos (llamados feromonas) para transmitir estas instrucciones; Cemex usa un algoritmo basado en la codicia (entregar la mayor cantidad de cemento en el menor tiempo posible al mayor número de clientes) y en la repulsión (evitar la duplicidad de esfuerzos manteniéndose lo más alejados posible de otros camiones cargados de cemento).

"De todos los productos, el que más miedo puede dar llevarlo cargado en toda una flota de camiones es el cemento, pues es el que antes endurece. Pero el modelo de las hormigas funciona con notoria eficacia."
Cemex ha hecho chuza a la competencia en las ocho naciones en las que opera (incluidos el oeste y el suroeste de Estados Unidos). "La decisión de Cemex de emular un sistema vivo supone unos beneficios adicionales de 388 millones de dólares en el balance final."

Más adelante, en otro capítulo, los autores retoman la estrategia de Cemex cuando hablan de las "cuñas" de rendimiento, que es la maña que se dan algunas corporaciones para aprovechar la adversidad. Es como ponerse a propósito en la crisis: "Cuando Cemex ofrece un descuento de 10% en cada metro cúbico de cemento no entregado dentro de los 20 minutos de intervalo de tiempo programado para hacerlo, además de situarse por debajo de su calidad de servicio, está invitando a los clientes a comprobar esa calidad", casi como lo hacen algunas pizzerías.

El libro es una colección de lecciones, como la descrita aquí acerca de Cemex. Lo inusitado es que hablen con tanta admiración de una empresa mexicana que se la pasa todo el tiempo poniéndose a prueba.

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