Gargantas aventureras
Por Pablo Viadas

Se presume que la única obra hecha por el hombre que puede ser visible desde la luna es la Gran Muralla China, pero no se sabe a ciencia cierta pues los astronautas que ahí estuvieron nunca reportaron nada al respecto. Pero lo que sí es seguro es que la Presa de las Tres Gargantas, con su vaso de 670 kilómetros de longitud, podrá ser vista desde el espacio como el mayor lago artificial de la Tierra.
El Yang Tse Kiang es el quinto río más caudaloso del mundo y el cuarto en longitud. Al igual que el Ganges, se nutre de las aguas de deshielo de los Himalayas y drena la meseta del Tibet.
Desde tiempos inmemoriales es un auténtico dador de vida y muerte para el pueblo chino, cada año causa cientos y miles de muertes al paso de sus aguas furiosas a través de los seis mil kilómetros de su recorrido hasta Shangai, pero también sus aguas benéficas inundan los campos de arroz con que se alimenta la quinta parte del pueblo chino.

Desde que Shi Huangdi, 200 años antes de nuestra era, mandó construir la Gran Muralla China, la humanidad no ha emprendido un proyecto de construcción de tal envergadura.

Controlar las caudalosas aguas del río Azul ha sido el sueño y ambición de varios emperadores chinos y uno de los proyectos del Gran Líder, el finado Mao Tse Tung.
El agua es la mayor riqueza y si el inmenso caudal del Río Azul se logra encauzar, no sólo será uno de los depósitos de agua dulce más grandes del mundo y, como consecuencia, de alimentos, sino también la mayor planta de generación de electricidad, superando por más de dos veces a la hidroeléctrica de Itaipú en Brasil.
Y no es todo, el Yang Tze se volverá navegable, será un camino de seis mil kilómetros que "caminará" día y noche.
Sin embargo, con todo lo novedosa que puede resultar la obra, el sitio de su construcción fue localizado siglos atrás, como el lugar ideal donde se podría construir una barrera, ahí donde el río es forzado a pasar por las estrechas gargantas de Qutang, Xiling y Wu, precisamente los escarpados peñascos que le dan su nombre al proyecto.
Sin embargo, la barrera deberá tener dos mil doscientos metros de longitud y ser tan alta como un rascacielos de 50 pisos, o sea, 190 metros de altura. En otras palabras, tan alta y tan larga como el Golden Gate de San Francisco, solo que fabricada en concreto sólido capaz de contener los 40 mil millones de toneladas de aguas impulsadas desde la meseta del Tibet por el furioso Yang Tze.
Todas las cifras sobre la construcción de esta represa son exorbitantes, y en estos momentos sólo una economía como la China, que combina aspectos del capitalismo más agresivo con el férreo control de un estado socialista, puede acometer una obra de tal envergadura.
Se habla de excavaciones en el lecho del río y en las paredes de los cañones por más de cien millones de metros cúbicos de tierra y roca basáltica. Algo así como mover 250 veces el volumen de la Pirámide del Sol en Teotihuacán.
La obra requiere el cimbrado y colado de 25 millones de metros cúbicos de concreto, algo así como reproducir seis veces la famosa represa Hoover en Estados Unidos.
Y las cifras exorbitantes no paran, la represa contará con 26 grupos de turbinas generadoras de electricidad con más de 18,000 megawatts de electricidad. Casi 15% de la electricidad que consumirá una China industrializada en el siglo XXI.
Una serie de esclusas, más grandes que las famosas Esclusas de Miraflores en el Canal de Panamá, podrán elevar barcos de hasta 10 mil toneladas de desplazamiento a 150 metros de altura, como si los subiéramos por encima de la Torre Latinoamericana.
Los costos como se podrán imaginar, también son exorbitantes, y aunque no hay información precisa disponible de parte del gobierno chino, los datos que se tienen de cuando arrancó el proyecto en diciembre de 1994 mencionan un presupuesto de 12 mil millones de dólares y un calendario de construcción con terminación en octubre de 2009.
El Proyecto se cotiza ahora en alrededor de 25 mil millones de dólares, y se ha asignado un monto muy importante de esta cifra (sobre 40 mil millones de yuans) para reubicar a la población ribereña que será afectada por la inundación del vaso de la presa y reconstruir sus poblados y ciudades. En suma, una cifra tan astronómica como 30% del rescate bancario mexicano.
Según el calendario de obra, a mediados del año 2003 la cortina quedará concluida, y comenzará a llenarse un lago más largo que la distancia de México a Acapulco. Aunque los expertos dudan que se pueda cumplir tal fecha y estiman que el proyecto se alargará hasta el año 2019, es difícil precisarlo, la información disponible llega principalmente de organizaciones detractoras que, en el nivel mundial, están en contra del proyecto.

¡No! a la presa
Por todo el mundo, cientos de organizaciones ecologistas se oponen a la construcción de la presa. Sus argumentos van desde los francamente inquietantes en el orden técnico, hasta los de movimientos de derechos civiles que reclaman sobre los casi dos millones de pobladores que deberán ser reubicados y los daños inmensos e irreversibles a los ecosistemas que existen en la ribera del río Yang Tze.
Algunos datos vienen de consultorías poco conocidas pero que aseguran haber estado en algún momento en el proyecto, otros provienen de fuentes tan autorizadas como la Sección de Ingeniería del Departamento de Defensa de Estados Unidos, el que suponemos que ha de contar con un gran número de aerofotografías y datos muy precisos.
Como quiera que esto sea parece existir una muy escasa información por parte del proyecto de la Presa de las Tres Gargantas, el que cuenta con un gran número de inversionistas en los países de Occidente, desde Canadá hasta Europa.
Dejando a un lado el impacto ambiental, e incluso los escándalos de corrupción que han remitido a la cárcel a una docena de funcionarios chinos de alto nivel involucrados en el proyecto, comentaremos los aspectos de orden técnico más inquietantes.

Filtraciones
Entre los múltiples argumentos técnicos que esgrimen los detractores del proyecto, hay dos particularmente delicados.
El primero es la resistencia del lecho de roca desde el cual se desplanta la cortina de concreto. Según la consultoría Sklar-Luers y Asociados, especializada en ingeniería hidráulica. Esta firma fue invitada por la Three Gorges Development Corporation, la empresa paraestatal china encargada de la obra.
Tras examinar el lugar en el que se realizan los trabajos y contrastar sus mediciones con los ingenieros encargados del proyecto, descubrieron problemas que no habían sido previstos por los constructores de la presa. Uno de los más graves es el de la resistencia del lecho de roca sobre el que se asentará el dique de contención.
Las autoridades chinas habían elegido este emplazamiento, ubicado en la Garganta de Xiling, por la resistencia de la roca que forma el cauce del río. Sin embargo, el lecho ha resultado más frágil de lo previsto. A juicio de los especialistas estadounidenses, esto puede provocar importantes filtraciones, tanto bajo el dique, como a su alrededor, que debilitarían sus cimientos y agravarían el riesgo de hundimiento del muro de contención. En este caso, los 40 mil millones de toneladas de aguas embalsadas tras el dique se precipitarían río abajo en forma de una gigantesca ola que barrería todo a su paso durante cientos de kilómetros.
Con todo, es difícil apreciar esta información pues Sklar-Luers y Asociados no precisan cuál fue el estudio de mecánica de suelos en el que se basaron para emitir este juicio, y podría quedar como un argumento de peso muy discutible a no ser porque informaciones de principios del año 2002 señalan que han aparecido fisuras en la cortina de la presa.
Three Gorges Development Corporation se ha apresurado a declarar que se trata de agrietamientos superficiales de un ancho casi capilar, que se han producido debido a contracciones por temperatura en el concreto y que de ninguna manera comprometen la integridad de la obra. Probablemente sea cierto, pues la obra sigue ganando inversionistas y accionistas en los mercados internacionales.

Sedimentación
Un factor que puede parecer más grave es la sedimentación. Los ingenieros hidráulicos señalan que la cantidad de piedras y barro transportados por el Yang Tze puede cegar los aliviaderos de la presa, además de colmar la presa y dañar las turbinas. Para apoyar estas afirmaciones recuerdan que, por esta misma causa, entre 1950 y 1981 reventaron 3.200 de las 86.852 presas construidas en China.
Recuerdan, además, el caso del embalse de Banqiao -también construido en el Yang Tze y que en su momento fue calificado de indestructible por las autoridades chinas-, cuyo dique estalló el 5 de agosto de 1975. En número de muertos oscila entre 86.000 (cifra oficial) y 230.000 (según otras estimaciones), cientos de miles de personas perdieron su hogar, y varios millones más quedaron expuestas al hambre y las enfermedades.

El accidente sobrevino cuando los encargados de la presa fueron incapaces de abrir las compuertas, atascadas por el sedimento.
Lu Yumei, presidente del proyecto de las Tres Gargantas, ha afirmado en varias ocasiones que nunca sucederá algo similar en el nuevo embalse. Sin embargo, los representantes de Sklar-Luers aseguran que el canal de derivación construido para canalizar el río tras el bloqueo de su cauce estuvo a punto de quedar cegado por la excesiva cantidad de barro y partículas que transportaban las aguas.
Conclusiones
Según Three Gorges Development Corporation, en agosto de 2003 comenzará a llenarse el embalse conteniendo por primera vez al furioso Yang Tze, y la obra será concluida en algún momento del año 2009. Éste será el segundo proyecto de ingeniería constructiva más grande que haya emprendido la humanidad. Sus detractores creen que, como el primero, la Gran Muralla China nunca cumplirá los objetivos para los que fue planeada, pues en realidad nunca pudo detener a los ejércitos mongoles.
Pero estamos en el siglo XXI, y el nivel de la ingeniería actual, tanto en la Republica Popular China como en las empresas de ingeniería que por todo el mundo apoyan la obra, puede resolver aun las más intrincadas cuestiones de cimentación, si fuera cierto que la capa resistente fuera más débil que lo planeado, e incluso controlar los flujos de lodo y rocas que lanza el Yang Tze cada año.
Sin duda, una obra de esta magnitud causa muchos trastornos y molestias, casi dos millones de personas se deberán reubicar, pueblos y ciudades ribereñas quedarán para siempre bajo el lodo y las aguas. Y de cierto, la ecología regional nunca volverá a ser la misma, pero hablamos de agua, alimento y energía para un país donde vive la quinta parte de la humanidad.

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