Concreto en el Interiorismo
Por Adriana Reyes*

De acuerdo con Ignacio Ulloa, investigador sobre el desarrollo del diseño desde el siglo XIX hasta nuestros días, la importancia del interiorismo es reducida, sólo para un grupo de pequeña burguesía, porque es un ideal de consumo que ahora se ha puesto de moda, pero con un pasado en México desde el siglo XIX.

«Esta práctica de comprar el mobiliario o decoraciones viene desde finales del siglo antepasado, con el Centro Mercantil, primera tienda en importar mobiliario y accesorios para quienes poblaban las nuevas colonias residenciales, como la Roma, la Condesa, etc.

Estos burgueses tenían aspiraciones europeas y eso quedó reflejado en el binomio construcciones-decoración de interiores o interiorismo. “Se trataba de un consumo elitista –agrega Ulloa.

El diseño significaba una ostentación de poder económico y de consumo; también, contaba con un simbolismo de refinamiento, de cultura, de educación y confort. Pero, la arquitectura moderna trajo la racionalidad de la forma. Por tanto, las escenografías –en muchos casos recargadas — dejaron, por un rato, de aparecer en un contexto comercial evidente.

“El uso del cemento llegó tímidamente a la decoración, pero tiene cada vez más
seguidores porque en sus diferentes tonos, terminaciones o texturas es un elemento
con potenciales sin límites”. Savi y Muntaner*

La recuperación de este ideal viene con la arquitectura neoliberal porque puede justificar sus diseños. Ahora se está reinterpretando el pasado con relación a las costumbres de la aplicación de conceptos interioristas o decorativos”.

Tendencias
En este contexto, el uso de los materiales también tiene importancia en las diferentes corrientes. Así, en el minimalismo, que afecta al interiorismo y a la arquitectura, se incorporó el lema ‘less is more’ (menos es más) como respuesta a la excesiva sobrecarga de adornos y diseños complicados de épocas anteriores.
“La estética minimalista, que contrasta con el alma barroca del español consumista y recargado por espíritu y tradición, pretende despojar a los hogares y centros de trabajo de adornos supérfluos que no significaran un elemento de utilidad. El minimalismo centra su atención en formas simples y puras, dando una gran importancia al espacio y a los materiales ecológicos. Se busca un máximo efecto con un número mínimo de elementos.
Es ideal para personas ordenadas y sobrias*”. El uso del color es muy importante, pues este estilo requiere de una monocromía absoluta en suelos, techos y paredes, que se te complementa con los muebles. Es decir, el contraste lo dan algunos objetos decorativos o muebles en tonos totalmente distintos a la gama que se usó en los acabados.
Entre los elementos que introdujo el minimalismo destaca el uso del cemento, que llegó tímidamente
a la decoración, pero que tiene cada vez más seguidores porque en sus diferentes tonos, terminaciones o texturas es un elemento con potenciales sin límites, refieren Savi y Muntaner (obra citada).

Cemento y concreto
“Una extensión muy limpia es versión del minimalismo, propuesta moderna de pulcritud, con su simbolismo y dentro de ésta. Entre los materiales utilizados el concreto se presta para simbolizar racionalidad y funcionalidad, generalmente se aplica como expresión del material en todo su valor, se usa en edificios corporativos, bancarios u hospitales, donde se quiere demostrar el rigor de la funcionalidad y la firmeza del material”, dice Ulloa.
Añade que el uso del concreto deriva de un estilo de los años 20 y 30 del siglo pasado, del Brutalismo, surgido con la idea de aprovechar las propiedades de los materiales; “al concreto se le vio con la posibilidad de que a los materiales que están en torno a éste se les pudiera manejar desde un estilo purista. Es decir, si se quieren destacar los valores clásicos o las características del concreto no se debe cubrir. Ha sido muy tímida la evolución del uso, y los primeros edificios de concreto están por dentro y por fuera revestidos de mármol u otros materiales; la idea de quitarle los recubrimientos y explotar el concreto es del movimiento Brutalista, vinculado con la racionalidad tecnológica”.
Evolución en el uso
El concreto evolucionó y las posibilidades tecnológicas fueron revolucionarias. Estos cambios representaron nuevos tratamientos del material para que su simbolismo «interiorista» se ampliara agregando a la firmeza y racionalidad el elemento de capital financiero, «el concreto es el material de la modernidad, las cualidades expresivas
son operativas, funcionales, racionales; como el equipamiento burgués de las ciudades de este siglo es su dinámica, este material quedo muy bien tanto en exteriores como en interiores », explica Ulloa.

A principios del siglo
XX el concreto aparece en la arquitectura, en los equipamientos de los edificios destinados para funciones administrativas, bancarias y de servicios públicos; la escuela de Chicago -señala el investigador- lo puso de moda como una posibilidad técnica para optimizar los equipamientos de los edificios que tienen capital financiero en todas sus manifestaciones.
“En el transcurso del tiempo las posibilidades combinatorias dieron pie a que se produjera una teoría de justificación de por qué hay que usarlo y esto dio como resultado el consumo del material en espacios más allá de los mencionados”.
Como expresión de la obra, el concreto estaba oculto en la estructura por un ropaje del cual se despojó pausadamente, quedando a la vista; primero, en elementos aislados constructivos, en columnas y muros, mientras con el tiempo ha ido ganado terreno al ornamento por su capacidad expresiva, «se puede exponer para ver sus características, lo cual es ideal para la visión minimalista donde el material es un elemento decorativo”.
Dada la plasticidad del concreto puede tener aspectos decorativos: «en la esquina de un muro ahuecado se convierte en una lámpara; también, se puede construir con éste una banca, un librero o un nicho, y no hay necesidad de más elementos decorativos u ornamentales, que ligados al concepto exterior de la obra (su fachada) dan una coherencia donde el concreto se convierte en un material arquitectónico, de diseño de interiores, así como de ornamentación”.

Tomando en cuenta lo anterior se podría entender porque hay una conexión —al menos en el uso de un material concreto- entre arquitectura, diseño de interiores y ornamentación.

¿QUÉ ES EL INTERIORISMO?
Definir el concepto implica abordar temas de arquitectura, diseño de interiores, y en algunos casos, ornamentación, actividades en las que, para algunos, hay un abismo, mientras para otros una conexión.
Según la Asociación Mexicana de Escuelas de Interiorismo es una actividad profesional del diseño orientada a procurar, como servicio a la sociedad, la idónea resolución del entorno habitable del hombre mediante la aplicación de determinados elementos y normas básicas de diseño, técnicas, funcionales, estéticas, ambientales, psicosociales, económicas y legales, con el objeto de mejorar la calidad de vida de los usuarios.
De acuerdo con Charles Eames, uno de los diseñadores más completos del siglo XX, “es la expresión de una intención, diseñar es la manera de ordenar los elementos de tal forma que cumplan un fin particular”.
Ignacio Ulloa explica que la ornamentación de interiores es decorar un estilo sobre paredes ya hechas. Y en esa adecuación del espacio físico delimitado y su entorno inmediato por medio de una acción de proyecto, tecnológica, artística y humanista, los materiales utilizados cobran gran importancia. Con el transcurrir del tiempo las ideas que conducen al óptimo ambiente, de acuerdo con gustos individuales y tendencias universales, dejan caer su peso en elementos específicos algunos con gran demanda y otros con menos.
REFERENCIAS
*(Less is more, minimalismo en arquitectura y otras artes. Vittorio E. Savi, Josep M. Muntaner. Edit. Col. legi d’Arquitectes de Catalunya, 2000).
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