Saturnino Suárez
El éxito no nace se hace

Por Mireya Pérez

Durante muchas décadas, la simple mención de ICA, como se le llama de manera familiar a la firma Ingenieros Civiles Asociados, ha sido el sinónimo de la buena ingeniería civil mexicana y las obras realizadas por esta empresa dentro y fuera de nuestras fronteras, las que han llenado de orgullo a nuestro país.

En esta ocasión para conocer de viva voz los orígenes de la que sin duda ha sido una de las empresas constructoras más importantes, incluso a escala internacional, platicamos con el ingeniero Saturnino Suárez, socio fundador, quien lleno de vitalidad y buen humor comparte sus recuerdos de empresario, ingeniero, compañero y amigo.

EN UNA ÉPOCA EN LA QUE LA INGENIERÍA MEXICANA ESTABA EN SUS INICIOS, ¿CÓMO SE PENSÓ EN FUNDAR UNA EMPRESA DE LAS DIMENSIONES DE ICA?

En el origen está Bernardo Quintana, quien desde el segundo año de ingeniería, en la Universidad, quería construir y construir. En aquellos años, excepto lo poco que hacía en zapatos en León, Guanajuato, el mercado nacional lo compartían la fábrica Hispano, propiedad de un señor de apellido Zertuche, también padre de un compañero de la facultad, y la United Shoe Company, de capital inglés, la cual para su abasto tenía una gran tenería para el curtido de pieles y una pequeña fábrica de cartón, donde se hacían las envolturas de loszapatos. En esta última empresa Don Bernardo Quintana Ávalos era el único funcionario de altura. Por eso, creo que de ahí nace la inquietud industrial de Bernardo Quintana (hijo).

¿CÓMO SE FORMA EL GRUPO FUNDADOR DE ICA?

Yo soy de la generación de 1939 y un día unos amigos de Bernardo, todos pertenecientes a los de 1938, me invitaron a entrar en una planilla azul para postularnos como mesa directiva de la sociedad de alumnos de la Facultad de Ingeniería, que era muy importante porque entre otras cosas tendríamos que organizar uno de los dos bailes más famosos de la época, el de Ingeniería, que junto con el de Medicina eran todo un acontecimiento y la sociedad de alumnos ganaba mucho dinero. Claro está, estoy hablando de 1937, 38, 39, 40 y 41. Me fueron a buscar y me dijeron que si quería entrar con el “Nano” -así le llamaban a Bernardo-, a una planilla. “¿Y de qué se trata?”, contesté, “te invitamos a la taquería Dolores -que todavía existe-, en la noche a comerte unos tacos”.
Por entonces no se le daba dinero a la universidad, porque a Cárdenas no le gustaba esta institución, y esa noche me explicaron”“se trata de esto, la escuela, en el Palacio de Minería, se está cayendo, no le ponen un solo centavo... Por ejemplo, los barandales de arriba no existen, se habían caído, el patio estaba en un estado pésimo.
Por esto, pensamos dedicar el dinero de los bailes a reconstruir. Y yo respondí ‘le entro’, pero como no teníamos dinero, no regalábamos nada, y las otras planillas por ejemplo daban hasta reglas de cálculo y de un total de 500 alumnos que había en toda la facultad, sólo 50 votaron por nosotros. Yo estaba muy enojado y pensaba: ¡qué criterio!, porque les regalan votan... En fin, eso sucedió en enero de 1941. Unos meses después, Bernardo me estaba esperando a la salida de clases y me preguntó “¿Adónde vas? Pues con el Monje -otro compañero de entonces-, a Chapultepec. No, no -me contestó- ¿por qué no vienes conmigo? Bueno, déjame avisarle al Monje. ¿Y para qué? Ven, quiero que veas una cosa que queremos hacer allí en la tenería...” Y me fui a su cochecito, y me dijo “se trata de tirar este edificio y hacer una fábrica de papel, ¿le entras?”
Él estaba en 4° año y yo en 3°, y le entré. El edificio que demolimos era una fábrica donde limpiaban las tripas para hacer el empaque de los embutidos, a seis cuadras del rastro de la ciudad de México. Allí empezamos, haciendo casitas, y había un grupo, hasta que nos juntamos nueve, haciendo edificios, casitas, estudiando y trabajando.

¿CUÁNDO SE DECIDIERON A DAR EL PASO DE LA FUNDACIÓN FORMAL DE LA EMPRESA?

En marzo de 1947, cuando el arquitecto Mario Pani convenció a Don Esteban García de Alba, en ese entonces director de Pensiones, hoy ISSSTE, de hacer el Multifamiliar Miguel Alemán en la avenida Coyoacán. Pero, Pani le dijo a Bernardo “nomás hay que hacer una compañía, pues Don Esteban no quiere contratar a un señor, y fue en ese momento, el 4 de julio de 1947 constituimos ICA para acceder a ese contrato. O sea, vamos a cumplir 57 años de estar constituidos.
Según recuerdo, la compañía se creó con 100 mil pesos, ahí están las escrituras, que entonces la firmamos nueve personas, el llamado grupo Quintana, que en orden de antigüedad lo formamos Bernardo Quintana, yo (Saturnino Suárez), Carlos Rodriguez+, Alberto Baroccio+, Raúl Quiroz+, Enrique Toscano, Ricardo Alduvín+, Arturo Baledón y Fernando Espinoza. Después llegaron en el grupo que calculaba Felipe Pescador, Raúl Sandoval, Fernando Hiriart, -más tarde director de la Comisión Federal de Electricidad-, Javier Barros Sierra y Ulises Mora Lara.

DE LAS GRANDES OBRAS DE INFRAESTRUCTURA, ¿CUÁL FUE LA PRIMERA?

Fue el concurso de la cuenca del Tepalcatepec, de la cual recuerdo una bonita anécdota. El general Cárdenas invitó a los generales Topete, los Álvarez Mortín y La Victoria, cuando ganamos el concurso, y también pidió que fuera Bernardo para conocerlo.
Al término de la visita al lugar, el Cárdenas le dijo a Sandoval –quien en principio tomó contacto con él-, “véngase a Uruapan”. Se fueron en coche, y el general Cárdenas en el trayecto le hizo muchas preguntas:”“¿quiénes son?, ¿cuál es su idea de la construcción? ¿cómo entienden su compromiso?, ¿cuál es su compromiso con México?”. Finalmente dijo “bueno, veo que son profesionales universitarios y puedo confiar en ustedes”. Entonces
preguntó:”“¿qué equipo tienen?” Y le contestó Sandoval que teníamos la carta de intención con unos judíos en Chicago “¿...y la van a cumplir?””“Sí, sí, señor, estamos seguros”, dijeron Bernardo y Sandoval. “Bueno, pues vayan a traer el equipo y cuando esté aquí empiezan las obras”.
El equipo eran dos tractorcitos, y al día siguiente se fue Raúl Sandoval a Chicago, donde quien había firmado la carta le dijo que ya habían vendido las máquinas. Sandoval habló por teléfono con Bernardo, quien decidió informar a Cárdenas, quien respondió que estaba esperando este resultado, pero que no habría problema. Y sugirió “vean a un señor que se llama Antonio Ortiz Mena, subdirector del Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos
”.Estamos hablando de los tiempos de Miguel Alemán, 1946-1952. Así, llegamos a ver a don Antonio. Más bien, yo le digo ‘San Antonio’, quien explicó:’“ya me habló el general, pero ¿cómo me van a pagar?” Con muchos
titubeos empezamos a enumerar, que teníamos un coche, en tanto Bernardo ofreció su casa, y Sandoval la de su mamá.
“No, no, no -exclamó don Antonio con una voz muy tranquila- “el general Cárdenas tiene confianza en ustedes y él no se equivoca, les voy a dar el equipo de un constructor que quebró, pero me tienen que cumplir con los pagos”. Entonces, nos dio palas y maquinaría, y con eso empezamos, y le pagamos religiosamente.
Por otra parte, en la entrega de la obra también fuimos puntuales.

Le PROMETIMOS A DON ESTEBAN GARCÍA DE ALBA, QUE EL PRIMERO DE SEPTIEMBRE DE 1947 LOS BURÓCRATAS ESTARÍAN OCUPANDO EL INMUEBLE, Y LA EXACTITUD CAUSÓ TAL CURIOSIDAD QUE EL DOS DE SEPTIEMBRE DEL 49”– el primero se daba el Informe de Gobierno- el presidente Alemán fue a visitar el multifamiliar. Queriendo hacer lo mejor invitamos a José Clemente Orozco a pintar cosas muy bonitas, y el día de la visita del presidente allí estaba él y Alemán le preguntó - ¿”Maestro, ¿qué le parece?” Y Orozco contestó “Pues éstos ya “acabaron y yo “no terminé...” Este conjunto fue nuestra mejor recomendación y el 3 de septiembre de 1949 empezamos el Presidente Juárez.

¿CUÁLES FUERON LOS GRANDES LOGROS DE ICA EN EL PRINCIPIO?

Puedo señalar tres grandes logros: confiar en los jóvenes ingenieros, confiar en la ingeniería mexicana y confiar en que somos muy competitivos en el extranjero.

¿USTEDES SE IMAGINARON LO QUE IBA A SER ICA CUANDO LA FUNDARON?
¿TENÍAN IDEA DE LO QUE LOGRARÍAN?

Francamente no. Pero, les digo a los jóvenes, aunque ya estoy retirado, “yo me voy a ir de aquí, pues ya son muchos años, pero vienen tiempos nuevos, así que trabajen... Y reconociendo un poco de soberbia, puedo decir que el éxito consistió en que desde el principio pusimos bases muy firmes y sólidas respecto a la delegación de autoridad, de entrenamiento, capacitación... Sobre todo, hay que enseñar compromiso, responsabilidad y disciplina. Este éxito no lo esperábamos. Eso sí, que quede bien claro, llegó porque mantuvimos tesis muy sanas, no regalar nada, no dar nada, sino el propio esfuerzo.

Este artículo le pareció: