La Ingeniería mexicana
¿Un pilar fracturado?
Por Gabriel Moreno Pecero

 

La meta a la que se enfrenta la ingeniería mexicana y específicamente la ingeniería civil es la siguiente: “Hacer más de lo hasta ahora realizado en un tiempo menor al empleado en el pasado, dentro de un ambiente de intensa restricción económica, enfrentando obras cada día tecnológicamente más difíciles y en un marco de afortunada competencia internacional”.

Para satisfacer el reto planteado se requieren ingenieros, entre ellos civiles, suficientes en número y con calidad. En lo que respecta al número, es importante comentar sobre la situación que actualmente se vive en las instituciones de educación superior, tanto públicas como privadas, que ofrecen la licenciatura de ingeniería civil.

De seguir la tendencia a la baja que se observa en la matrícula de inscripción de la carrera de ingeniería civil en el país, se tendrá que responder al reto planteado por la ingeniería mexicana con ingeniería no mexicana

En cuanto a la decisión de los jóvenes al seleccionar la licenciatura en que se formarán se observa que tal decisión se encauza principalmente hacia las carreras de administración y gestión, según se puede observar en la tabla 1.

Lo anterior lleva a formularse las preguntas: ¿Por qué la disminución de matrícula en ingeniería civil? ¿Qué hacer para revertir lo observado?

Antes de intentar expresar algunas posibles respuestas, es conveniente conocer la información que al respecto tiene la Asociación Nacional de Universidades e Institutos de Educación Superior, ANUIES.
La información abarca un periodo de 20 y 22 años, de 1977, 1979 a 1999.
Ingreso: Estudiantes que ingresan por primera vez a estudiar una ingeniería.
a) Reingreso: Estudiantes que ingresan al ciclo escolar siguiente al primer año o semestre en el que lo hicieron por primera vez.
b) Ingreso en Ingeniería Civil: Estudiantes que ingresan a estudiar por primera vez ingeniería civil en un ciclo escolar.
c) Reingreso en Ingeniería Civil: Estudiantes que ingresan al ciclo escolar siguiente al primer año o semestre en el que lo hicieron por primera vez.
d) Población total nacional: Total de alumnos en el nivel nacional que estudian algún tipo de ingeniería, se consideran ingresos y reingresos.
e) Población total nacional en Ingeniería Civil: Total de alumnos en el nivel nacional que estudian ingeniería civil, se consideran ingresos y reingresos.
En la gráfica 1, se muestra una comparación entre la población total nacional que ingresa y reingresa (matrícula total) a las diferentes carreras de ingeniería, y aquellos que son considerados alumnos de primer ingreso a las diversas carreras de ingeniería.
En el año 1979 la población total nacional de estudiantes de ingeniería registrados era de 194 837 alum
nos, de los cuales 48 047 (24.6%) correspondían a primer ingreso.

Para el año 1999, como población total nacional de estudiantes de ingeniería se registraron 481 543 personas, de las cuales 126 357 (26.4%) fueron alumnos de primer ingreso. En 20 años, la población total nacional de estudiantes de ingeniería ha crecido en 147% (286 837 estudiantes); mientras que el número de estudiantes de primer ingreso en ingeniería se ha mantenido en promedio en 25.6%.
Se puede decir que las ingenierías tienen una población creciente, y también el primer ingreso, lo cual indica una tendencia favorable, aunque los niveles de crecimiento de la matrícula de ingeniería deberían ser más elevados.

Hace falta un análisis de por qué la matrícula ha ido en aumento, y una pregunta queda sin responder: ¿en cuántos años se concluye la carrera?
La gráfica 2 muestra una comparación entre la población total nacional que estudia ingeniería civil y la población clasificada como de primer ingreso.

Para el año 1977 la población total nacional de estudiantes de ingeniería civil era de 27 217 personas, de las cuales 5 342 (19.6%) eran estudiantes de primer ingreso.

Para el año 1999, la población total nacional de estudiantes de ingeniería civil era de 34 312 alumnos, de los cuales 7 621 (22.2%) eran de primer ingreso. Por lo tanto, en 22 años la población total nacional de estudiantes de ingeniería civil creció 25.7%, mientras que el número de estudiantes de primer ingreso se ha mantenido en promedio en 19.2%. Sin embargo, se puede ver que este comportamiento es muy irregular, pues se observan periodos de altas y bajas, como lo muestra la tabla 2.

La gráfica 3 muestra con detalle el comportamiento de los ingresos nacionales en ingeniería civil. En 22 años la población de estudiantes de
ingeniería civil ha crecido en 42.66% (2 279 alumnos), sin embargo, si consideramos las poblaciones inicial (5 342 estudiantes) y final (7 621 estudiantes), se observa un crecimiento de 2 279 estudiantes.

No siempre ha sido así, un caso especial sucedió en 1979 cuando se registró un descenso de 28.7% en el ingreso en ingeniería civil respecto a 1978. Pero también se han dado periodos en los que la matrícula se incrementó – periodo 1985-1987–; sin embargo, el comportamiento es de ciclos, decremento-incremento-decremento. Al revisar las gráficas anteriores se podría pensar que el comportamiento de los ingresos y reingresos de estudiantes de ingeniería civil es de incremento, a pesar de los altibajos que se observan.
La gráfica 4 muestra una comparación porcentual entre el total de la población nacional de ingreso en ingeniería civil y el total de población que ingresa a todas las carreras de ingeniería.
Se observa el comportamiento irregular de los ingresos en ingeniería civil en el nivel nacional. En algunos casos parece que la tendencia es de incremento, por ejemplo, de 1979 a 1981 se registró un crecimiento de 2.5%, al pasar de 7.42% en 1979 a 9.99% en 1981.
Sin embargo, después de tres años se presenta una caída drástica: para 1982 se nota un severo decremento de 2 puntos porcentuales respecto al año anterior, es decir, pasamos de 9.99% a 8.0%.

El decremento se registra cuatro veces en el periodo de análisis, pero si se observa detenidamente a partir de 1990, la tendencia ha sido de una constante disminución en el ingreso a ingeniería civil, con una ligera recuperación en 1996, pero con un descenso que alcanza 6.0% en 1999.
La gráfica 5 muestra el porcentaje de diferencia entre el total de estudiantes en el nivel nacional de ingeniería civil y el total de estudiantes en el nivel nacional de algún tipo de ingeniería. Esta gráfica
incluye a todo el universo de estudiantes de ingeniería civil, considerando los que ingresan por primera vez y los que ya se encuentran en ciclos escolares posteriores al primer año de ingreso.

Lo que se observa es preocupante, se nota claramente la marcada tendencia a la disminución en la participación porcentual de ingeniería civil respecto al total de la población que estudia alguna ingeniería.
Disminuye de 15.58% en 1980 a 7.13% en 1999.

La problemática detectada de manera objetiva se hace más crítica en el caso de las instituciones de educación en ingeniería civil, especialmente las privadas, localizadas en el área metropolitana de la ciudad de México.
Por otra parte, la problemática no es exclusiva de la república mexicana sino que tiene ámbitos internacionales tanto en países desarrollados como en aquellos que están en el proceso de desarrollo, como son los de América Latina. En esta situación resulta imperioso tratar de revertir la tendencia detectada, pues si ello no ocurre, en el caso de México se tendría que responder al reto planteado por la ingeniería mexicana, con ingeniería no mexicana.
Por ello, es insoslayable hacer un análisis planteando propuestas de respuesta a las preguntas antes anotadas. En un primer intento, se establecen cinco razones que tratan de explicar el porqué de la problemática, así como cinco propuestas sobre lo que en principio se considera conveniente hacer.

Razones

1. Dificultad de aprendizaje de la licenciatura de ingeniería civil respecto a otras. Con frecuencia se conoce la decisión de un joven de no estudiar
ingeniería, especialmente la civil, porque la conceptúa como licen
ciatura “difícil en su aprendizaje”, al comparar la dificultad que ofrece en relación con otras licenciaturas, entre las que destaca la de administración.

2. La poca retribución económica que recibe el recién egresado de ingeniería civil respecto a la que tienen los egresados de otras licenciaturas, especialmente las que se ocupan de administración.

3. La falta de información entre los jóvenes de expectativas de desarrollo en otros campos de la ingeniería civil diferentes a los tradicionales, los que surgen cada día con motivo de los cambios que en el mundo se están dando.

4. Las decisiones políticas de las autoridades gubernamentales, que no proporcionan el reconocimiento a la ingeniería civil a fin de que se ubique en un primer nivel.

5. La actual Ley de Obra Pública, que premia al que genera la obra ingenieril menos costosa, no la más económica, y resulta evidente que siempre se puede cotizar de manera de cumplir con tal ley. Simplemente, se estrangula la ingeniería, se disminuye la calidad de los
productos ingenieriles. El análisis de esta razón permite concluir que está íntimamente relacionada con la existencia de la segunda y la cuarta.

¿Qué hacer ?
En relación con la primera razón, debe reconocerse que el aprendizaje de una licenciatura depende de la calidad de las cinco columnas que sustentan la educación superior: infraestructura, planes y programas de estudio, normatividad, alumnos, profesores.

La consideración de esas cinco columnas y su priorización determina que son los profesores los que en definitiva constituyen la columna vertebral de la educación superior, por lo que en ellos recae la responsabilidad de hacer que el aprendizaje de la ingeniería se dé en un marco de motivación intensa del alumno, para lo cual se requiere que el docente siga esquemas de cambio que se inician reconociendo que “el profesor no es el que hace su docencia para enseñar, ese no es el objetivo fundamental de su labor, el docente es el que hace que los alumnos aprendan”.

El profesor dogmático que no permite fructificar la personalidad de cada alumno debe desaparecer, para dar paso a aquel otro que propicia tal hecho. Esta forma de proceder se vuelve necesaria no sólo por lo que ya se ha señalado aquí, sino también porque con su forma de actuar, el profesor logra que sus alumnos sean innovadores, preparándolos para actuar en un mundo cada día más globalizado en el que se reconoce que la única manera de que un ingeniero mexicano pueda triunfar en el nivel internacional es que sea generador de innovaciones tecnológicas.

Por otra parte, el profesor debe estar acorde en su actuación con los cambios que el mundo está experimentando, y con los que en los próximos años se verán, porque ese será el mundo en el que habrán de actuar como profesionales los que ahora son alumnos.

Debe reconocer que se vive el siglo de la información y el conocimiento, y el hecho cierto de que el exceso de información acaba con el conocimiento, por lo que debe centrarse en acciones de selección de información para los alumnos y en métodos de manejo de la información. Mucho es lo que se puede escribir al respecto, pero después de ello, la conclusión a la que se llega es que los profesores, en promedio, deben cambiar para estar acordes con el acontecer actual y futuro del mundo, y puntualmente, para lograr que el aprendizaje de la ingeniería se dé en un ambiente de intensa aceptación por los alumnos, que de esta manera lograrán captar que tal aprendizaje no es difícil.

En cuanto a la poca retribución económica del recién egresado de ingeniería civil, ha de reconocerse que diferentes organismos relacionados con esa licenciatura se han ocupado de generar propuestas de aranceles que en principio son justas, en el sentido de reconocer el valor de la ingeniería civil. Por esto, lo que ha de hacerse es lo requerido para que tales aranceles se respeten, y en esa acción aparece como elemento no positivo la actual Ley de Obra Pública, que por la razón ya anotada, en nada contribuye a generar una mejor ingeniería sino todo lo contrario.
La difusión de acciones propias de otros campos que no son los tradicionales de la ingeniería civil resulta ser labor importante que no ha de descuidarse, porque frecuentemente el joven que se interesa en la ingeniería civil como profesión, lo hace conceptuando como su actividad
única la construcción.

Desde luego, se reconoce que la construcción es actividad importante de la ingeniería civil en la que se integran conocimientos, habilidades, actitudes y aptitudes, pero no es la única y es momento de buscar otras, por ejemplo, las que están ligadas al ahorro de energía, con los nuevos materiales, con los aspectos ambientales, áreas de trabajo que han de ocupar cada vez más la atención de los profesionales de la ingeniería, entre ellos los civiles.

Finalmente, la decisión política de las autoridades del país constituye un aspecto fundamental que se da al ubicar a la ingeniería civil en su justo nivel, de manera que permita estar y actuar a los profesionales al establecer las decisiones de política a seguir en México. Ejemplos valiosos en ese sentido se tienen en la historia de México, con resultados verdaderamente exitosos. La forma de lograr esa acción política es intervenir como ingenieros en su gestación, unidos en esa forma de proceder a través de las asociaciones gremiales.

Conclusión
Por las características del mundo actual y las que se avizoran, la meta será mejorar las condiciones de vida de los mexicanos, impulsar a los profesionales de la ingeniería civil mexicana, generar los cambios que necesariamente han de darse en sus actitudes, en sus aptitudes, en sus habilidades, en sus conocimientos, de manera que estén en armonía con el medio en el que deben actuar ahora y en el futuro.

* Ingeniero Civil, maestro en Ingeniería, jefe de la División de Ingeniería Civil, Topográfica y Geodésica, Facultad de Ingeniería, Universidad Nacional Autónoma de México.

AGRADECIMIENTOS
Se agradece la colaboración valiosa en la generación
de esta ponencia, del Ayudante de Profesor Antonio
Silva Madrid y de la señora Silvia Espinosa.

LOS INGENIEROS

En el año 2000 diferentes organismos involucrados con la Ingeniería Civil, coordinados por la Secretaría de Educación Pública a través de su Dirección General de Profesiones, culminaron una serie de trabajos cuyo propósito fue elaborar un documento que tratara tres momentos importantes de la ingeniería mexicana, el desarrollo y la contribución que tuvo a lo largo del siglo XX, el momento actual que vive la profesión y del futuro que tal vez le aguarda en los primeros años del tercer milenio.

Del escrito mencionado, se extrajo la siguiente descripción del perfil del Ingeniero Civil:

El Ingeniero Civil es el profesional con capacidad para planear, proyectar, diseñar, construir, administrar, mantener y operar obras para el desarrollo urbano, rural, industrial, habitacional y de la infraestructura del país, procurando el mejor aprovechamiento de los recursos materiales y financieros en beneficio de la sociedad.
Debe poseer conocimientos de Física, Matemáticas y Química que le permitan lograr la comprensión de las
ciencias de la Ingeniería Civil; entender los fundamentos de Estructuras, Geotecnia, Hidráulica, Construcción, Sanitaria, Sistemas, Transportes, a fin de preparar soluciones a los problemas propios de la profesión; aplicar las herramientas de la computación y de la comunicación gráfica en los proyectos de ingeniería civil; tener conocimientos de administración y de evaluación de proyectos y conocer la sociedad en la que desarrollará sus actividades.

Debe poseer las siguientes habilidades, actitudes y aptitudes:

• Amplia visión para planificar y realizar acciones presentes y futuras, generando, mejorando y ejecutando los planes de desarrollo del país.
• Capacidad para entender y actuar eficaz y oportunamente bajo el contexto social, económico y político de la nación, con decisiones técnicas eficientes y ética profesional.
• Amplia y actualizada formación científica, técnica y humanística, con énfasis en la preparación de las ciencias de la ingeniería.
• Capacidad para integrar, coordinar y organizar equipos de trabajo multidisciplinarios y grupos de espe-cialistas.
• Creatividad para encontrar soluciones a los problemas de la ingeniería civil con calidad y atendiendo a la mejora continua.
• Aptitud para desarrollar y asimilar tecnología, para la investigación y para el trabajo experimental.
• Habilidad para comprender y utilizar sistemas de información y herramientas de cómputo.
• Interés en los avances de la ingeniería, en el diseño de nuevos procesos y en la generación de conocimientos.
• Poseer una cultura política que le permita ser factor de opinión en el desarrollo de la nación.
• Capacidad para usar eficientemente los recursos energéticos y fomentar la aplicación de nuevos materiales.
• Dominar la comunicación oral y escrita en nuestra lengua y en al menos un idioma extranjero.
• Interés en preservar y mejorar el patrimonio histórico y cultural del país.
• Poseer una cultura de protección civil para prever acciones que disminuyan o eviten daños provocados por fenómenos naturales o inducidos, tales como: incendios, sismos, inundaciones, sequías y otros.
• Capacidad para aprovechar los recursos naturales en beneficio de la especie humana procurando el cuidado del medio ambiente.

De lo anterior se concluye que este profesional debe estar preparado para aumentar las grandes acciones que el desarrollo del país plantea y cumplir con las metas que surjan. Como única meta se puede mencionar una que engloba a todas: hacer que gran parte de los actuales mexicanos y los que nacerán, tengan condiciones de vida mejores que las actuales.

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