Alvaro Siza Saudade del espacio, nostalgia de la forma
Por Enrique Chao

Pero, Siza no es sólo local, sino uno de los arquitectos más activos del mundo. De hecho:es la figura lusitana más señalada en el star system de los superarquitectos (al que, paradójicamente, el propio Siza critica ásperamente, “ya que crea –dice- un ritmo apresurado que no propicia la calidad ”).
Con frases de elogio, sus admiradores han calificado a Siza como “un artista total que domina diversos soportes y lenguajes; artesano capaz de aprovechar las técnicas locales; arquitecto obsesionado por controlar todas las fases de la construcción; hacedor de ciudades a quien éstas revelan sus más íntimos secretos ”.
En el correr de los años, él mismo se ha convertido en una referencia mundial con exposiciones de proyectos y dibujos, diversas conferencias, múltiples entrevistas y decenas de artículos.

ENTRE INTUITIVO Y RACIONALISTA

Álvaro Joaquim de Melo Siza Vieira, su nombre completo, es el arquitecto más internacional de la Escuela de Oporto y ha sido responsable de una larga lista de proyectos, en donde suele aparecer el concreto armado, como la reconstrucción del barrio lisboeta de Chiado, después del incendio que lo arrasó (1988)y también la hierática y alargada Iglesia de Marco Canaveses, en Portugal, donde incluyó al conjunto una antigua construcción – una residencia de ancia- nos-una Iglesia y Centro Parroquial planeado.

Álvaro Siza es el arquitecto portugués por antonomasia.
Mencionar su nombre hace evocar de inmediato a otros famosos de Portugal como el conjunto musical Madredeus, la pianista Maria Joao Pires, el cineasta Manuel de Oliveira, el futbolista Luis Figo, el guitarrista Carlos Paredes y el escritor José Saramago.

Por otro lado, levantó el Museo Serralves aplicando concreto in situ. Al exterior de este muro de hormigón van colocados ladrillos “con un posterior blanqueo ”. Entre el ladrillo y el muro de concreto hay dos capas, una de regularización y otra de poliestireno extruido. Su elegante Pabellón de Portugal, también de concreto, deja al visitante sin palabras. Es la obra magistral del arquitecto, arraigada en Lisboa (1998) y citada como una obra de arte por el diestro manejo del material. Sin que mediaran concursos, Lisboa le encomendó a Siza el edificio insignia de su exposición universal, donde mostró a todos el dominio histórico de los lusos sobre los océanos.
El arquitecto erigió un pabellón atlántico, sobrio, magnífico, con una superficie pandeada, como una gruesa sábana, enorme, de concreto, de tres mil m2, que queda suspendida en el aire, sólo sustentada en su interior por cables de acero:el espacio se convirtió en seguida en el techo de las ceremonias oficiales.
La sobriedad de la construcción es impactante. La serenidad en la construcción, estremece.
Y en la casa Avelino Duarte (1981-1985), de dimensiones más próximas, Siza consiguió materializar “la continuidad espacial del interior, la fluidez descompuesta de las circulaciones y el uso ornamental de los materiales. La casa es un volumen sobrio y compacto en tres plantas que superponen los diferentes niveles de habitabilidad …”
La combinación de materiales y la iluminación cenital ‘conectan ’verticalmente a la vivienda. Para mayor asombro, “los muebles fueron diseñados por el arquitecto como acabados de la estructura arquitectónica ”.

EL OFICIO DEL ARQUITECTO

En la vecina España, Siza ha levantado muchas de sus mejores obras, como el Centro Meteorológico de la Villa Olímpica de Barcelona (1989-1992) y el Museo de Arte Contemporáneo de Galicia (1988-1993), en Santiago de Compostela. Además, como destacó la prensa, recientemente encabezó el proyecto de remodelación de la zona de los museos del madrileño Paseo del Prado, a punto de inaugurarse, y participó destacadamente en el disputadísimo concurso de “La ciudad del Flamenco ”, en Jerez. Pero, el mundo y sus accidentes geográficos son poco para su imaginación sin fronteras. Entre sus proyectos urbanísticos destacan el que trazó para Macao, colaborando con su profesor Fernando Tavora (1983-1984), el plan de recuperación de Schilderswijk, en La Haya (1985), el de la renovación urbana en Venecia, en la Giudecca (1985)o, de regreso a casa, el plan urbanístico de la Plaza de España (1989), en Lisboa.
Siza ha sido reconocido con muchos galardones, como el premio de Arquitectura de la Asociación de Arquitectos Portugueses (1987), la Medalla de Oro del Colegio de Arquitectos de Madrid, el Premio Europeo de Arquitectura de la Comisión Europea, el premio Pritzker, por el conjunto de su obra (1992)-el Óscar para los arquitectos que concede anualmente la Fundación Hyatt, en Chicago-, y el Mies Van der Rohe. Además, fue distinguido con el León de Oro de la Bienal de Venecia (2002)por el mejor proyecto para un edificio en la ciudad de Portoalegre, Brasil. Sin embargo, sorprende saber que la vocación original de Siza era otra.

EL ESCULTOR' QUE NO FUE

Álvaro Siza nació en 1933 en Matosinhos, la playa de Oporto, en la desembocadura del Duero, donde el río tuerce el empuje de sus brazos hacia el Atlántico. La familia de su bisabuelo había emigrado de Minho al Brasil, donde nació el padre de Siza . Pero, a la edad de once años, su padre regresó a Portugal, quien, más tarde, se haría ingeniero. Hasta su ingreso en el Instituto de Oporto, Álvaro y sus dos hermanos y dos hermanas, tomaron lecciones de una profesora particular. Apenas estudiaban una hora diaria. El resto del tiempo, recreo. Sin embargo, recibieron una educación religiosa tan severa que una de sus hermanas se hizo monja. De mala gana, y para complacer a su padre, que no lo quería como escultor (por la imagen de bohemio, desaseado y pobre que tenía este género de artista) estudia arquitectura en la Escuela Superior de Bellas Artes:“como en la misma escuela de arquitectura también se daba escultura, pensaba cambiar cuando ya hubiese empezado los estudios ”, rememoró Siza en una entrevista. Pero, un cambio de directores le inyectó bríos para quedarse definitivamente en esa Facultad. Además, a los 15 años, de viaje con la familia, visitó Barcelona y se quedó de una pieza ante las obras arquitectónico-escultóricas de Gaudí, de quien siempre ha reconocido inspiración.
Para no perder el paso y reforzar su creciente gusto por la arquitectura se hizo colaborador (entre 1955 y 1958)del estudio del inquieto ingeniero Fernando Távora, quien introdujo en Portugal, en la década de los 50, una reflexión innovadora que nunca antes se había planteado en ese país, sobre el papel social que debía desempeñar la arquitectura, en contraposición con las obras y los discursos oficiales de la época. Távora fue el creador de una nueva lógica de construcción.

PRIMERAS OBRAS

En 1965, a instancias de Carlos Ramos, director de la Escuela de Bellas Artes, Siza expuso su trabajo de fin de curso y obtuvo el diploma con la mejor nota y le ofrecieron impartir clases. En 1969, por las condiciones laborales, abandonó dicha escuela, y no regresó a ésta hasta 1976, como catedrático numerario de construcción.
En 1970 realizó su primer proyecto importante de viviendas en Caxinas (parcialmente hecho y luego destruido). El proyecto para 1 200 viviendas en la calle Malagueira, en Évora (1977); el Centro Cultural de Sienes (1982-1985) y la Biblioteca de la Universidad de Aveiro (1988). En esa etapa sus obras se caracterizan por la posibilidad de modificación durante su periodo de construcción. Las viviendas estaban basadas en las propias necesidades de los usuarios. Por eso, Siza llega a decir que “su tarea favorita es la que le coloca ante un problema nuevo ”. Más adelante, Siza trabaja con su padre en un proyecto, el de las piscinas de Mares de Leça de Palmeira, que formaban parte de un plan general para toda la costa situado al norte del puerto de Leixoes; pero luego de la construcción de una refinería, éste se vio modificado.
En ese entonces era inconcebible no construir paredes alrededor de la piscina, e implantar todos los elementos (las dos piscinas, terrazas, vestuarios y un bar) en las rocas.
Después de esta obra, Siza se trazó un nuevo objetivo:“no ser tradicionalista, pero no ignorar la tradición ”. A pesar de ello, sus primeros trabajos no siempre fueron bien acogidos; eran infrecuentes, por decir lo menos. Más adelante, ganó el concurso abierto de la Ciudad de Matosinhos para la construcción del restaurante Boa Nova o Casa de Cha (Casa del Te), también en Leça de Palmeira (1958-1963). Tres años después se casó con la pintora Maria Antonia Marinho Leite y tuvo con ella dos hijos, Álvaro y Joana, pero su mujer fallece en 1973, y desde entonces Siza muestra más hondas las ojeras, más grave el rostro taciturno que le caracteriza, como de topo triste (y se consuela con un tabaquismo incontenible).

LA SALIDA, EL EXTERIOR

El trabajo en viviendas sociales, las discusiones sobre la ciudad, las cargas ideológicas de esas décadas, (las décadas de los 60 y 70), la llegada de la derecha, de la ultra …empujaron al arquitecto a trabajar fuera de Portugal: “Fui invitado, primero a Berlín y luego a Holanda, para trabajar en viviendas sociales en zonas donde había un gran número de emigrantes y un deseo político de desarrollar su participación; de los turcos, en Alemania, por ejemplo ”. Después fue profesor invitado y conferenciante en la Universidad de Pennsylvania, en la de Los Andes de Bogotá, en la Escuela Politécnica de Lausana y en la Escuela de Diseño de la Universidad de Harvard.
En 1979 participó en el concurso Görlitzer Bad (piscinas Görlitz), en Kreuberg, Berlín, y ganó un premio especial. Siza se adaptó de inmediato a los retos y participó en la Exposición de la Construcción de Berlín (IBA): En 1980 trabajó para la manzana Schelsisches Tor; y en 1983, para los concursos Kulturforum (1980- 1989)y Pal Prinz Albrecht. Nadie sabe de dónde sacó tiempo para estar en tantos lugares, ganar tantos concursos y terminar apenas a tiempo todos sus compromisos: En 1984, en Nápoles; en 1985, en Giudecca, Venecia; en 1986, en Salzburgo; en 1988, en Siena y en Sevilla; en 1989, en París, y en 1988-1990, en Madrid.
A partir de la década de los 80 expone en el Museo de Arquitectura de Finlandia, en el Museo Alvar Aalto, y en París, en el Centro Georges Pompidou, donde se hizo acreedor al Premio de Arquitectura del Año, otorgado por la sección portuguesa de la Unión Internacional de la Crítica de Arte. Otras exposiciones de su obra se organizaron en Delft, Oporto, Lisboa y Berlín.
En 1986 Siza inicia uno de sus proyectos más importantes: la escuela de formación especializada para profesores en el Instituto Politécnico de Setúbal, y expone en Londres y Cambridge. En Portugal, tras el encargo de la reconstrucción del Chiado, se inició el reconocimiento oficial de su obra. El objetivo para el Chiado es el mantenimiento de las fachadas y de la arquitectura, inclusive la más antigua, de la época del gran terremoto de 1755. Siza restauró y trazó plataformas y caminos, escaleras, rampas y accesos. . . En los planos viejos, Siza descubrió ruinas, sendas y calles del glorioso pasado de Portugal.
Como antecedente, entre 1971 y 1974, llevó a cabo la sucursal bancaria de Pinto &Sotto Maior, en Oliveira de Azemeis, donde propuso escalonar los tres pisos del banco alineando los dos superiores para no tapar la vista de la casa contigua que databa del siglo XVIII.

LA FILOSOFÍA DEL ARQUITECTO

En una entrevista, cuando se le pidió que definiera su obra, Siza titubeó:“…Creo que mi arquitectura es capaz de tener una relativa fragilidad en connotación con ese acercamiento a la arquitectura a partir de una impresión y que luego se desarrolla racionalmente ”.
En otra ocasión, Siza sembró incertidumbre al declarar que: “La arquitectura pura se encuentra abriendo camino a través de los condicionantes y penetrando hasta el corazón de la situación, hasta su atmósfera específica, intuyendo cuál es el momento particular ” Siza es un arquitecto atípico que profundiza en torno a su obra. Por un lado avanza con la razón, y para no perder el equilibrio, retrocede con la emoción. Lo piensa todo, desde los materiales hasta los objetos. Ha reflexionado, por ejemplo, que “el diseño de un mueble no puede ser definitivo. No tiene referencias fijas ni de escala, ni de ambiente, ni de necesidad. El cuerpo se transforma tan lentamente que todavía cabe usar hoy una silla egipcia. Si despojamos a los objetos de su ropaje, queda tan solo la historia de media docena de formas ”.

Ha destacado que “la imaginación vuela a baja altura entre las formas ”, y postula que se debe “dotar al diseño de íntima seguridad, de serenidad, aunque algún cabo quede suelto, inestable, para que el medio que lo rodea pueda ofrecerle algo, contribuyendo así a transformarlo ”.
Por otro lado, Siza manifiesta en sus obras una arquitectura de carácter regionalista, ”“quizás por haber nacido en Portugal, un país relativamente aislado ”. Sus críticos destacan que en sus obras ” prevalece la idea de un edificio con un patio convergente que se abre por su extremo más angosto al paisaje ”y al espacio que le rodea.
“Hay que trabajar con la ambigüedad que existe, entre el orden de lo nuevo y de lo prexistente ”. El orden global de una obra es comprendido de manera gradual, y los momentos fragmentarios de la experiencia se van sumando hasta llegar a la comprensión, ”“ pero la intención es que las piezas encuentren su lugar en una estructura expresiva más amplia ”.

Siza siempre prestó especial atención a los paisajes originales, utilizándolos como datos culturales que deben integrarse en el diálogo con la construcción final.
Para él los proyectos surgen como “respuestas concisas a las exigencias del lugar, como recintos acotados y no como objetos impuestos; adaptación al lugar como fruto de una investigación continua, paciente y una lenta aproximación al dibujo conforme a los objetivos propios de cada trabajo; nunca son fruto de la inspiración ”.

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