Reconversión y concreto

Raúl Huerta Martínez

La reconversión es un proceso que permite la relación del factor humano con la aplicación de tecnologías con el propósito de generar ventajas competitivas. Además tiene como objetivo implementar proyectos que permitan una actualización en materia tecnológica, ambiental y energética en los sectores industriales, a través de la asistencia técnica que estimule el acceso al financiamiento de programas de actualización tecnológica y propicien la competitividad de la industria nacional.

Página 1 de 1

Las innovaciones tecnológicas en general, han generado una verdadera mutación en las relaciones internacionales de la producción, contribuyendo a formar un contexto de globalización que se rige, principalmente, por razones económicas. Esto ha permitido realizar procesos que antes eran impensables por su elevado costo, o bien por el largo tiempo que requerían para su realización. Ahora se pueden desarrollar gracias a estos avances de flujos de bienes y servicios; pero sobre todo de información. Elemento considerado como de mayor importancia para el desarrollo del nuevo sistema mundial, ya que se basa en complejas redes de intercambio. En concreto, con estos avances se logra acortar distancias y que las barreras tiendan a desaparecer. Todo ello ha permitido una nueva forma de organizar la producción, tanto interna como externamente a las fábricas.

Las ventajas aportadas por el nuevo sistema de producción de características flexibles y el desarrollo de un mercado cada vez más globalizado tienen, en la localización o relocalización de procesos productivos, completos o de ciertas fases, una de sus estrategias más eficientes.

Actualmente, el mundo se debate en la urgente necesidad de modernizarse con eficiencia, innovación y equidad. La globalización, la apertura económica, la competitividad son fenómenos nuevos a los que se tiene que enfrentar nuestra contrastante economía, pues como sabemos oscila entre las perspectivas de ser considerada como nación del primer mundo pero a su vez mantiene rasgos propios de país tercermundista. La dinámica del sistema obliga a mantener mínimamente niveles de productividad que generen ganancias para atraer a los inversionistas tanto nacionales como extranjeros.

En México, no obstante su apresurada apertura comercial, se ha intentado la aplicación de esquemas supuestamente probados con éxito en otras sociedades, en algunas ramas de la actividad económica, mientras que en otras se ha manejado la idea de que hay que esperar a que la actual etapa de transición madure para formar una verdadera doctrina empresarial. Las dos alternativas tienen sus pros y contras,
pero es necesario definir cuál es la más viable en la actual coyuntura.

En esta etapa, ningún método de cambio organizativo en particular se impuso, pero la convicción generalizada fue que los manuales y las recetas no sirven. El diseño debe ir precedido de un análisis de lo que se quiere cambiar, donde deben estar implicadas las diferentes competencias empresariales, que es necesario tener en cuenta la opinión de los trabajadores, que no es posible cambiar de un sólo golpe sino que hay que preparar a la gente para el cambio continuo.


De esta manera, los países industrializados transformaron aquellas empresas que operaban con ineficiencia y con inaceptación social, generadoras de malas condiciones de trabajo en estructuras grandes pero internamente articuladas y diferenciadas, cuyos componentes son aptos para ser flexibles y económicos al mismo tiempo que viables para las personas.

El concreto

EI sector de la construcción no se caracteriza por la necesidad de tecnologías altamente especializadas, y las estrategias de las empresas de este sector no se basan a menudo en una capacidad competitiva gracias a la innovación.

La exitosa introducción de una nueva tecnología –en cierto modo de cualquier tecnología– debe estar unida a un sistema de gestión de calidad eficaz que defina las instrucciones de trabajo, las directivas de control y
los procedimientos que se pueden emplear para llevar a cabo la introducción de un concreto, por ejemplo, el concreto autocompactable.

Los avances en el diseño del concreto generan nuevas aplicaciones estructurales y arquitectónicas que sesuman a las construcciones tradicionales con este material. Se destaca, entre ellos, las recientes tecnologías para el concreto y a otros materiales elaborados con cemento Portland. Su empleo en elementos estructurales y en pavimentos permite lograr una mayor integración de las construcciones con el medio circundante.

A la hora de introducir una nueva tecnología en diversos países se deben considerar numerosos procesos y factores, y cada uno de ellos adquiere relevancia y tiene sus efectos propios en el éxito o fracaso de la introducción de una nueva tecnología como el concreto autocompactable.
Proceso de mezclado, equipos de mezclado, cimbras, técnicas de colado, organización de la planta, laboratorio de ensaye y formación del personal de la planta. Factores como: normatividad; estado de la tecnología; materiales: agregados, cemento, aditivos; clima atmosférico; actitud del personal directivo; actitud de los trabajadores de la fábrica, así como competencia, mercado e investigación científica.

Los nuevos conocimientos necesitan de una estimación de los recursos humanos y las inversiones en material necesarios para introducir la nueva tecnología como el concreto autocompactable en la planta. No
obstante, el proceso de introducción es diferente en cada fábrica y estará caracterizado por retos y contratiempos individuales.

El concreto autocompactable constituye uno de los más recientes desarrollos de la tecnología del concreto. Es capaz de fluir en el interior de las cimbras, pasar a través de las armaduras de refuerzo, llenar el molde y compactarse por la acción de su propio peso, sin que se produzca la segregación de sus materiales componentes. Dos elementos a tener en cuenta son que las propiedades de los elementos construidos con este material dependen de sus características en estado fresco y que las variaciones en el tipo y proporciones de sus componentes afectan la calidad final. Por estos motivos, se debe tener una matriz (mortero) con elevada fluidez para permitir el llenado de los moldes y, al mismo tiempo, obtener una viscosidad suficiente para evitar la segregación de los agregados gruesos. Para obtener el concreto autocompactante se emplean superfluidificantes de alta eficiencia combinados con materiales finos que se incorporan en contenidos mayores a los habitualmente utilizados en un concreto convencional. Dado que existe una amplia variedad y disponibilidad de materiales, el técnico debe optar entre diversos tipos de cemento y adiciones minerales, y verificar su compatibilidad con diferentes aditivos químicos.

Uno de sus principales campos de aplicación es la construcción, donde su uso puede propiciar un considerable aumento de la productividad, facilitar el diseño de elementos de formas complejas y eliminar la etapa de vibrado economizando los tiempos de construcción, mano de obra y mejorando la calidad del ambiente laboral. Además de reducir la contaminación sonora, como una ventaja adicional.

La introducción de una nueva tecnología en una organización de este tipo debe estar coordinada en cualquier caso por un equipo de investigación y desarrollo. El proceso de introducción se divide en dos fases principales: el desarrollo y la introducción propiamente dicha. La primera fase es la misma para toda la empresa, mientras que la fase de introducción en las fábricas se debe adaptar a las distintas necesidades.

Todo el proceso, incluida la introducción en las fábricas, debe ser coordinado por el departamento de Investigación y Desarrollo. Gracias a esta coordinación se garantiza una documentación adecuada de los ensayos de campo, la aplicación de criterios idénticos y la difusión de los conocimientos adquiridos en los ensayos realizados en la planta. Los primeros ensayos realizados en la planta y la posterior introducción del concreto autocompactable en todas las plantas del grupo necesitan de numerosos criterios para el equipamiento necesario y los controles necesarios para garantizar la producción en operación diaria sin afectar a la calidad del concreto.

Los aditivos

Los aditivos químicos son una parte fundamental en la fabricación del concreto, ya que gracias a ellos se consigue una serie de características que hoy en día son casi imprescindibles en el diseño y ejecución de estructuras de concreto. Los aditivos químicos contribuyen a la constante evolución de los concretos, y se usan cuando se desea modificar favorablemente alguna de sus características, comportamiento o propiedad habitual del concreto, ya sea en su estado fresco o endurecido, mejoran la durabilidad, facilitan su puesta en obra o refuerzan alguna de sus características También se usan para solucionar situaciones difíciles, problemas de bombeo, desarrollo rápido de resistencias o exigencias de muy baja relación agua/cemento.

En el diseño de concretos autocompactantes es imprescindible emplear un aditivo superplastificante de tercera generación que sea capaz de dispersar las partículas de cemento con mayor efectividad que los aditivos superplastificantes tradicionales, ya que el contenido de finos de ese concreto es mucho mayor que en los concretos convencionales, además de ser necesaria mucha mayor fluidez para colocarse y compactarse sin medios externos. El aditivo debe dar la reducción de agua y la fluidez requeridas. Es importante que las propiedades del concreto se mantengan durante un tiempo determinado, contando el tiempo de transporte y el de ejecución. EI tipo de aditivo para la realización de concreto autocompactante debe ser seleccionado en función del tiempo abierto de trabajabilidad necesario, así como del poder reductor deseado: en concreto autocompactante para elementos prefabricados la trabajabilidad no es un parámetro tan crítico como el concreto autocompactante fabricado en planta, donde los tiempos de transporte son mayores. Si analizamos la evolución tecnológica del concreto, podemos afirmar que en un futuro se ejecutarán obras con concretos y morteros que tendrán propiedades especiales.

El mortero

El mortero de albañilería se ha preparado tradicionalmente a pie de obra, haciendo acopio de los materiales y con procedimientos de mezclado que no siempre han sido los más adecuados. Estos barros,
arcillas y cales fueron los precursores de los actuales morteros. En esencia, la forma de aplicar estos materiales no ha evolucionado demasiado, ya que hoy en día, a pesar de disponer de herramientas que facilitan el trabajo, sigue haciéndose manualmente.

Es bien conocido el empleo de conglomerantes, en obras que se remontan a más de dos milenios, para unir bloques, piedra y mampostería. Los romanos dejaron testimonios de la elaboración de morteros que hasta la fecha presentan propiedades que mejoran, en muchos casos, la resistencia al paso del tiempo que han ofrecido las propias rocas constitutivas de la mampostería. Hasta la aparición del cemento Portland, los morteros de caliza, arcilla y cal han tenido preponderancia en la construcción, con el principal inconveniente de su lentísimo fraguado y endurecimiento y el de no ofrecer propiedades resistentes destacables.

En lo que si se ha progresado mucho es en los conocimientos científicos y técnicos de los morteros y sus componentes. De esta forma pueden seleccionarse las materias primas y sus proporciones para fabricar morteros que cumplan con los resultados esperados. Hoy en día, la tendencia ha cambiado y es menos frecuente esta práctica ya que tiende a un control exhaustivo de todos los materiales y de su puesta en obra como garantía de calidad final. De igual manera, los aspectos medioambientales y económicos han de prevalecer a la hora de evaluar la utilización de morteros en las obras de construcción.

Los morteros secos presentan una serie de ventajas genéricas desde el punto de vista logístico, económico, técnico y medioambiental, ocupan poco espacio en obra y no generan desperdicio de material, además de ofrecer una puesta en servicio rápida y limpia. La utilización de un tipo u otro, depende del volumen de obra, las condiciones meteorológicas, la ubicación y la distancia desde el centro productor.

Podemos encontrar principalmente tres tipos de morteros preparados en instalaciones industriales. En primer lugar, para el mortero seco en silo se tiene por un lado el espacio que va a ocupar el cemento y por otro lado la arena para elaborar el mortero. Estos silos tienen dosificadores automáticos instalados que regulan las cantidades de cemento, agregado y agua a emplear, y el mismo silo incorpora un mezclador de estos elementos.

En segundo lugar, hallamos morteros estabilizados, que están listos para su uso, pero al ser un material perecedero, requiere que se calculen con precisión previamente las cantidades que se van a utilizar en obra. Son los morteros más sensibles, en cuanto al tiempo abierto se refiere, a la temperatura y la humedad relativa, pudiéndose desecar o congelar si no se toman las medidas pertinentes para su conservación.

Por último, tenemos los morteros secos premezclados en planta industrial, que acaparan una mayor flexibilidad y especialidad de dosificaciones, y en los que se pueden incluir mayor variedad de
aditivos, como aireantes, plastificantes, retenedores de agua, hidrofugantes, reguladores de consistencia, etcétera.

El mortero estabilizado es un mortero industrial húmedo con un determinado tiempo de vida abierto, que por lo general puede oscilar entre 8 y 72 horas. El mortero se mantiene trabajable durante determinados periodos de tiempo, en los cuales conserva todas sus características técnicas. Es decir, el mortero puede ser entregado en la obra un viernes por la tarde y puede ser utilizado en la obra un lunes por la mañana. Una vez aplicado en obra, su comportamiento es similar al de un mortero convencional.

Con el mortero estabilizado se consiguen acabados perfectos y riesgo mínimo de fisuración, debido a su alto grado de trabajabilidad. Este es un mortero húmedo de alta calidad que requiere para su fabricación de instalaciones con un alto nivel tecnológico y estrictos controles de sus materias primas: Mismo que dotan al mortero estabilizado de garantía de calidad y confianza. c

Referencias:
José Antonio Vieyra Medrano, Reconversión industrial del sector automotriz en México.
“Introducción del Concreto Autocompactante en diferentes culturas y países”,
en PHI Internacional, 4, 1, 2008.
“Últimos desarrollos de aditivos para mortero seco”, Cemento Hormigón, núm. 922, 2008