[ A ] RQUITECTURA
   
  Breve semblanza

El arquitecto y urbanista Dante Di Lorenzo es egresado por la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina en 1985; posteriormente comenzó a impartir cátedra de equipamiento (diseño interior) en la misma universidad. En 1988 —en sociedad con Karin Kinzel— desarrolla diversos proyectos como las oficinas de Gubert-DDB Publicidad, Gaudelli, Z Publicidad, el corporativo del Hypo Vereinsbank, en la Ciudad de México, y la casa del artista plástico Gabriel Orozco, en Tepoztlán, Morelos, entre otros proyectos.
También desarrolló el proyecto de la imagen corporativa para la cadena Pane en via. Comenta que su filosofía de trabajo se fundamente en encausar la resolución de los proyectos dentro de tres aspectos principales: “menos es más”, respeto a los procesos ecológicos de cada proyecto —por pequeño que parezca—, y comprender que un proyecto es parte de un “todo” sensible, para con ello aportar nexos a la estética, a las necesidades de los clientes, la tecnología y la habitabilidad de espacios. Esto último ha quedado enfatizado en su trabajo debido a que su estancia fuera de la Ciudad de México lo ha llevado a exaltar el hecho de que es posible vivir mejor y de manera más amigable con el medio ambiente. ”Mi compromiso está enfocado a mantener esta visión de ciudad que hoy tenemos todos los habitantes y luchar por que todo progreso respete nuestro entorno, tarea difícil, dado el crecimiento acelerado que sufren ciudades como Cuernavaca.”
Cabe decir que todos los sectores del restaurante se encuentran atravesados por un muro de block de concreto, con la intención de unirlos física y visualmente.
Este muro está conformado por curvas y contracurvas que le dan una sensualidad única que contribuye a la sensación general de intimidad, confort y seguridad. El material fue elegido con el afán de incorporar la idea de un muro que une, contiene y trae a la mente del usuario su paisaje urbano cotidiano. Estos muros quedan además ornamentados con macetas que albergan helechos de tal forma que el restaurante en sí, mantiene esa evocación de una de las características primordiales de Cuernavaca —la de ser un espacio urbano pleno de vegetación— para el comensal; esto brinda soporte conceptual a la selección de materiales que en su mayoría obedecieron a un valor simbólico más que económico. Colofón
La estética de este espacio arquitectónico ha sido definida por una serie de elementos con sustento y personalidad propia, jugando entre sí en armonía de sonidos, formas, luz, transparencias y recuerdos vivos. Asimismo, presenta partes integradoras e integradas que reflejan fielmente lo que deben ser las características ideales de un contenedor de diversos tipos de usuarios (jóvenes, niños y adultos).
En este contexto, como vimos, el color juega un papel muy importante. Los colores corporativos han sido colocados con el propósito de contrastar y profundizar esa sensación de desintegración de los diferentes elementos y despegarlos visualmente de las paredes contenedoras al tiempo que tienen, en sentido contrario, la intención de unificar y diferenciar sectores. Por su parte, destaca el hecho de presentar un espacio considerado como un todo, pero a la vez, hecho por fragmentos estilizados. Esto es resultado de una propuesta audaz que, en equilibrio, logra reunir la tradición y la contemporaneidad en un solo lugar. Sin duda, se trata de una edificación con el ambiente ideal para pasar un buen momento dentro de una urbe en constante crecimiento.
   
interior que, en conjunto con la luz, adquiere una importancia preponderante como elemento de diseño y no como elemento funcional en sí mismo. De esta manera, se tiene, por un lado, lo etéreo y lo sutil como protagonistas principales de la escena de este diseño, y como contrapunto, una estructura de gran tamaño.
 
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Construcción y Tecnología®
Marzo 2007
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