En navas de san Juan
deseo de paisaje

Santiago Quesada García 1

En la zona norte de la andaluza provincia de Jaén, en España, fue desarrollado
este interesante proyecto de viviendas unifamiliares realizadas en concreto blanco armado y que muestran, entre otras características, una valiosa identidad con el entorno.

1 El autor es doctor en Arquitectura por la Universidad de Sevilla, España.

    

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Este recién terminado conjunto de 25 viviendas unifamiliares se encuentra ubicado en la localidad de Navas de San Juan, pequeño pueblo localizado en la comarca de La Loma, al norte de la provincia andaluza de Jaén. El paisaje de esta región está caracterizado por las suaves lomas, un interminable mar de olivos —árboles emblemáticos en esa provincia— y por la extraordinaria blancura de la cal, tan habitual en la arquitectura popular de los pueblos de la zona.
Una arquitectura mediterránea donde predomina el muro macizo, los pequeños huecos y las cubiertas de tejas árabes y donde las sucesivas capas de cal terminan por eliminar aristas y redondear esquinas, mochetas y dinteles.

Desgraciadamente, esta valiosa arquitectura tradicional —con su equilibrada sencillez y sobriedad— va desapareciendo poco a poco pues está siendo sustituida por edificaciones que nada tienen que ver con la memoria e identidad del lugar. Hoy, son construidos vanidosos edificios de dudoso gusto neo-andaluz, con volumetrías, materiales y colores que muestran muy poca relación con el entorno. Construcciones llenas de balaustradas, impostas, jambas, azulejos... Pretenciosas construcciones muy alejadas del paisaje donde se encuentran. En un entorno periférico, con abundancia de estos edificios, es donde está ubicado este conjunto de veinticinco viviendas sociales (que es como se conoce en España al rubro de interés social), de protección oficial en régimen cofinanciadas —pues participan varias administraciones en su desarrollo— que pueden ser para renta o venta y que tienen un costo mucho menor que el existente en el mercado.

El proyecto
El proyecto propuso la ubicación de unos pequeños patios delanteros a las casas, lo que permitió que el edificio se separara de la alineación de la calle, construyendo el espacio de la fachada con una profundidad definida por tres planos diferentes. En el acceso a las casas quedó situada una marquesina en forma de L invertida, hecha de concreto armado blanco, que forma un pequeño umbral que protege y acoge al visitante.
Toda la estructura de la edificación fue hecha con base en vigas y pilares de concreto armado que forman una retícula aproximada de 5x6 metros. Sobre esta retícula se apoyan forjados unidireccionales de viguetas semirresistentes de concreto prefabricado.
Todos los elementos vistos de la estructura portante (cornisa, zunchos intermedios, vuelos, bancos inferiores) fueron realizados en concreto blanco. Por su parte,la cimentación estuvo ejecutada por medio de zapatas aisladas de concreto armado arriostradas en dos direcciones.
Cabe decir que durante los trabajos de construcción apareció un gran pozo de agua —no previsto en el proyecto original— que coincidía justo con la situación de dos zapatas de cimentación en dos líneas de carga diferentes. Esta contingencia quedó resuelta proyectando dos grandes vigas-puente de concreto —una por línea de carga— que atravesaban el pozo en su cota superior. Ambas vigas se diseñaron con una luz de diez metros con un canto aproximado de un metro; en su punto medio se apoyaron los pilares que debían transmitir las cargas a las zapatas que se debieron de eliminar.
A pesar de ser viviendas unifamiliares, la gran cornisa de concreto blanco que recorre toda la fachada, sin duda alguna, le da identidad y unidad a todo el conjunto. Es como si fuera un edificio de viviendas colectivo tumbado —es decir, alargado—, lo que permite que a cada una de las viviendas se ingrese individualmente sin renunciar a un carácter unitario, huyendo además del aspecto excesivamente fragmentado que tienen, por lo general, las viviendas adosadas.

Santiago Quesada, Arquitectos asociados, ees una firma española dedicada la arquitectura, fundada en 1987.no obstante que un director,ell arq. Santiago Quesada García, a dedicado buena parte de viida profesional a la enseñanza
—imparte la materia de proyectos en la Escuela de Arquitectura desde hace veinte años —, la historia de la Arquitectura y la restauración, su trabajo como arquitecto
también queda patente en obras como la que aquí presentamos y en otras como las 29 viviendas realizadas en la población de Hornos de Segura, 30 viviendas en Tomares, 30 viviendas en Montoro, las casas Consistoriales Altas, en Baeza, la sede del Instituto Andaluz de la Mujer, en Granada y 12 viviendas en Fuerte
del Rey. Estos proyectos y obras han sido reconocidos en diversas ublicaciones, exposiciones, siendo invitado exponerlas, por jemplo, en el congreso celebrado en Bergamo, con ocasión de la conmemoración el Cincuentenario del VII CIAM.
Dentro de su labor académica, Quesada García ha sido profesor invitado en el Institut supérieur d’architecture de la communauté Française, La Cambre”, de Bruselas (1992 1998); en la Facoltà di Architettura di Palermo e Reggio,
Calabria (1997); en la universidad politécnica de El Salvador (2001); en la facoltá di Architettura del politecnico di Milano 1994, 1996, 2000 001). Entre 2003 y 2004 fue profesor contratado en el Corso di stetica del Laboratorio di rogettazione Architettonica del politecnico i Milano. También ha sido director de los talleres Internacionales de Arquitectura que se desarrollan en la sede Antonio Machado de la Universidad Internacional e Andalucía.

Otra de las búsquedas desarrolladas en este proyecto fue el de intentar dotar a las viviendas con un espacio de calidad. Unas viviendas que están limitadas por su superficie (70 metros cuadrados útiles) y por una normativa muy estricta. En estas casas, la espacialidad se ha conseguido uniendo toda la planta baja en un espacio único. De esta forma, el salón se abre por completo hacia el patio delantero y, también, hacia la cocina posterior, con la que se comunica a través de puertas corredizas con cristales. Con esta disposición se permite el uso abierto o compartimentado en toda la planta baja. En el centro del salón se dejan dos muebles útiles: una pequeña chimenea y la escalera.
Sin embargo, el deseo fundamental que movió desde sus inicios a este proyecto fue, como lo hace ver el mismo título del reportaje, el deseo de paisaje. De un paisaje excepcional que tiene una luz que parece emanar de las casas tradicionales andaluzas. Es como si el blanco de la cal, en sus rugosidades, almacenara durante el día toda la luz del sol y la desprendiera después, durante el crepúsculo. El deseo en este proyecto ha sido capturar esa luz. En este sentido, conviene recordar lo que Goethe decía: “el color es el sufrimiento de la luz”. No queríamos hacer sufrir la luz. Un no-color como el blanco permite enfrentarse directamente con la luz y con el moldeado de los volúmenes, agudiza la percepción de los tonos y permite sutiles e infinitos grados de sombra.
¡Que gran lección del genio barroco de Borromini en la iglesia de la Sapienza de Roma! ¿No creen?
En general, se puede decir que el “material” utilizado fue: el blanco. Un blanco que envuelve a todos los demás materiales empleados: ladrillo y concreto visto, la rugosidad de las tapias, el metal… son sus texturas las que hacen vibrar la luz. El blanco nunca es blanco, siempre es otro color. Se transforma por efecto de la luz del cielo, de las nubes, del sol, de los olivos, del tiempo... La arquitectura de las casas nunca será la misma, nunca se sentirá estática; cambiará con el tiempo, la luz y el uso, como el paisaje de olivos hacia donde mira —algo metafísico— el balcón.
Con una nueva presencia se ha creado un nuevo paisaje. Sin embargo, con la ejecución del proyecto se extrae una experiencia: la imposibilidad de alcanzar los valores propuestos por aquel modelo elegido como referente o prototipo. Esa desemejanza genera inquietud, ansiedad, curiosidad insatisfecha... Movidos siempre por el deseo, comenzaremos una nueva investigación en un nuevo proyecto, con el paisaje u otros referentes como modelo.

Conclusión
El proyecto de arquitectura es una acción o praxis realizada por un sujeto-arquitecto y caracterizada por el deseo incoativo de imitación o emulación que le suscitan determinados modelos, prototipos o referentes, elegidos siempre de una manera racional, consciente y libre. El deseo, en el proyecto de estas viviendas, ha estado motivado por la luz concreta que existe en un lugar que forma parte del paisaje mediterráneo andaluz.